En el marco del Seminario Internacional “Los desafíos para incorporar la perspectiva de género en la administración de justicia en Iberoamérica”, que se realizará durante los días 17 y 18 de mayo en Santiago, la ministra Andrea Muñoz Sánchez, presidenta de la Comisión Permanente de Género y Acceso a la Justicia y ministra encargada de Asuntos de Género del máximo tribunal del país, conversó con El Mostrador Braga sobre los avances y desafíos de la aplicación de la perspectiva de género en el sistema judicial chileno.
Durante el 17 y el 18 de mayo de 2023 se realizará en Santiago el Seminario Internacional “Los desafíos para incorporar la perspectiva de género en la administración de justicia en Iberoamérica”, evento presencial que será transmitido también de manera virtual por el canal del Poder Judicial.
La actividad, organizada por la Comisión Permanente de Género y Acceso a la Justicia de la Cumbre Judicial Iberoamericana y la Corte Suprema de Justicia de Chile, reunirá a magistradas y magistrados de nuestro país e Iberoamérica, así como a integrantes de diversos espacios nacionales e internacionales dedicados al derecho y/o género.
El encuentro tiene como objetivo analizar los puntos críticos en que debe incorporarse, de manera efectiva, la perspectiva de género al momento de administrar justicia, a fin de superar los sesgos, brechas y estereotipos de género que influyen en el juzgamiento, con un enfoque jurisdiccional y aportes académicos.
La instancia será inaugurada por la ministra de la Corte Suprema Andrea Muñoz Sánchez, presidenta de la Comisión Permanente de Género y Acceso a la Justicia y ministra encargada de Asuntos de Género del máximo tribunal del país. Destacada por su amplia trayectoria, la abogada y jueza chilena tuvo un importante rol en anteproyectos de ley como la Ley 19.585 de Filiación y la Ley 19.947 de Matrimonio Civil.
-Usted estudió y egresó durante la dictadura. De allí hasta ahora hubo numerosas transformaciones sociopolíticas que permitieron incorporar, de a poco, la perspectiva de género en el derecho, ¿cómo evalúa las transformaciones socioculturales ocurridas en este proceso y qué desafíos considera que existen para su profundización?
-He podido advertir cambios importantes en la cultura chilena, que de repente han ido más rápido que la ley. Se han ido produciendo cambios importantes y la institucionalidad misma tiene que irse adecuando a esos cambios y hoy día vemos el matrimonio igualitario y otros temas que llegan cuando las personas ya entendieron que ese tipo de diferencias no se puede hacer.
-Y en cuanto al funcionamiento, a lo que son los tribunales, la institucionalidad jurídica en general, ¿qué transformaciones o qué desafíos ve en esa línea?
-La Corte Suprema desde hace varios años, 2014-2015, empezó a impulsar con fuerza un camino para un pleno respeto del principio de igualdad y no discriminación, y ha aprobado una Política de Igualdad de Género, la creación de una Secretaría Técnica de Igualdad de Género y no Discriminación, y estableció una institucionalidad bastante robusta, a nivel nacional, con comités locales de género, y se ha venido trabajando mucho en todas las áreas para ver problemas de acceso a la justicia en mujeres víctimas de violencia y, también, acceso a la justicia de personas LGBTQI+. Ha habido avances importantes, pero todavía queda mucho y, sobre todo, porque es un cambio cultural, como dices tú. Y la cultura implica sesgos, estereotipos, normaliza desigualdades estructurales y eso no es tan fácil de cambiar… Tenemos que formar a nuestros jueces y juezas y nosotros mismos cambiar internamente para mirar las cosas de una manera distinta. Pero se han hecho cambios importantes. Cuenta con una Política de Igualdad de Género con ejes estratégicos importantes, como enfoque de género en acceso a la justicia y, a nivel interno, las personas que trabajan allí lo hacen en espacio seguro y libre de violencia.
-Respecto a la formación jurídica, es decir, en las carreras universitarias de futuros trabajadores del derecho, ¿cómo se ha incorporado esta perspectiva?
-Cuando yo estudié nada de esto existía. Hoy no está presente a nivel general, pero hay muchas iniciativas, como cursos de género, y tenemos actividades conjuntas con la Universidad de Chile, la Universidad Diego Portales y otras casas de estudio, que han ido incorporando en su oferta de cursos muchos cursos, muchos programas sobre igualdad de género y no discriminación, Derecho Internacional de los Derechos Humanos, violencia, hay conversatorios, muchas cosas bien interesantes, incluso programas puestos en línea de manera permanente.
Y en ese sentido ha habido mucha conexión con el trabajo de la Secretaría Técnica de Igualdad de Género, y no es que no sea el Poder Judicial. Yo te diría que, claro, probablemente hay muchas personas que lleguen al Poder Judicial con una formación que no sea muy completa en esa parte, pero la Academia Judicial es una fuerza importante por entregar esa herramienta. Solo te podría decir, pero esperamos que eso avance, desde luego, es un punto de inflexión.
–¿Qué nivel de alcance cree que tiene la perspectiva de género en el razonamiento judicial actual en Chile? ¿Y qué desafíos cree que hay en este sentido?
-El desafío, que nosotros esperamos reflexionar con mayor profundidad en el seminario, justamente tiene que ver con cómo mejorar o profundizar sobre razonamiento judicial, la argumentación jurídica, valoración de la prueba, y otros aspectos en materia de perspectiva de género. Yo pienso que cada vez se ha ido avanzando un poquito más. La Secretaría Técnica ha ido creando distintas herramientas, la Política de Igualdad de Género impone esa obligación de generar guías, protocolos, Cuadernos de Buenas Prácticas. Y ahí quisiera mencionar tres cosas bien interesantes.
El Cuaderno de Buenas Prácticas para fallar con perspectiva de género propone una matriz de análisis para que jueces y juezas, en el fondo, puedan tener una especie de ruta jurídica que los acompañe en el conocimiento del caso: cuál es el contexto, cuáles son las categorías sospechosas, estereotipos, valoración de la prueba, razonamiento judicial, etcétera. No es un Cuaderno que se imponga a los jueces, es no vinculante, pero de alguna manera está distribuido y se ha hecho capacitación, primero presencial y después en línea, con motivo de la pandemia.
Y hemos hecho también dos cosas, la segunda que te quería decir, un Repositorio de Sentencias con Perspectiva de Género, en que uno va viendo la evolución que se va produciendo, y tenemos un Concurso de Sentencias con Perspectiva de Género. Este año estamos iniciando la tercera versión y lo que se hace es convocar a jueces y juezas a presentar sus fallos o que otras personas lo presenten. Nos han presentado fallos en que efectivamente se abre una ventanita de argumentación con perspectiva de género. No es un tema logrado cien por ciento ni mucho menos, estamos en eso, pero yo creo que si tú te metes a la página, ves el Repositorio, el Concurso de Sentencias, uno tiende a pensar que se ha ido abriendo un camino.
-¿Qué obstáculos existen para aplicar la perspectiva de género y el enfoque interseccional en el país? ¿Y de qué manera cree que eso se puede trabajar para poder derribarlo?
-La Corte Suprema emitió un fallo en diciembre de 2016 a propósito de una mujer mapuche que estaba embarazada y que fue obligada a dar a luz engrillada. Y esa fue una oportunidad para que la Corte incorporara por primera vez la interseccionalidad y destacó que, efectivamente, había habido una conducta que debía ser abordada con perspectiva de género y que no había tomado en cuenta la situación especial de esa mujer y que se la había discriminado, y enumeró los factores de discriminación: por ser mujer mapuche, privada de libertad, en estado de embarazo, de manera que invocó tratados internacionales. Fue un fallo muy destacable que ha sido conocido a nivel latinoamericano inclusive y da señas de que la perspectiva de género también, en todos los grupos vulnerables, se puede incorporar.
–Ad portas del inicio de un nuevo proceso constituyente, a su juicio, ¿qué podemos rescatar del proyecto constitucional que fue rechazado? ¿De qué manera podemos transversalizar la perspectiva de género en esta nueva Carta Magna, considerando que lo van a liderar grupos de derecha y de derecha extrema?
-Espero que el proceso constituyente actual llegue a buen puerto. Hubo una primera etapa fallida, en la cual obviamente se levantaron temas que podrían seguir teniendo interés ahora. El Poder Judicial, la Corte Suprema, han colaborado lealmente con la primera, con los constituyentes anteriores y con la Comisión Experta, haciendo ver cuáles son los criterios que estima que debiera recoger para mejorar el sistema de justicia.
Básicamente se ha detenido más bien en la separación de la parte jurisdiccional con el gobierno judicial y, también, ha hecho mención, como uno de los fundamentos constitucionales de la jurisdicción, a la perspectiva de género. Yo creo que hay que estar atento a la discusión que se haga, los consensos. En definitiva, por supuesto, uno desearía que aparecieran temas que la Corte ha sancionado como importantes para el resguardo del derecho de igualdad y de no discriminación. Espero que salga de la mejor manera posible y será el pueblo chileno el que tenga que ratificar en la jornada qué tal se da ese proceso.