BRAGA
Aprofa
A pesar de los avances, la mutilación genital sigue siendo una realidad en muchas partes del mundo, sobre todo en países de África, Oriente Medio y Asia meridional.
El 6 de febrero se conmemora el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital, una fecha para recordar y reafirmar el compromiso global con la erradicación de esta práctica.
En diversas partes del mundo, niñas, mujeres y personas con vagina continúan siendo sometidas a esta violación de los Derechos Humanos, con consecuencias físicas, emocionales y sociales.
Según Naciones Unidas, la mutilación genital no solo causa sufrimiento físico inmediato, como hemorragias y dolor crónico, sino que también aumenta el riesgo de complicaciones a largo plazo, como mayor riesgo de transmisión de VIH, incluyendo problemas de salud reproductiva y mental, e incluso la muerte.
Aunque en las últimas décadas ha habido avances en la reducción de su prevalencia, sigue siendo una práctica común en 30 países de África, Oriente Medio y Asia meridional, así como en regiones como India, Indonesia, Iraq y Pakistán, e incluso en algunas comunidades de América Latina.
Este año, el enfoque recae en el compromiso de poner fin a esta práctica para el año 2030. Sin embargo, factores como las crisis humanitarias, conflictos armados y la pandemia de Covid-19 representan amenazas significativas para los progresos logrados hasta ahora en la materia.
Desde la Asociación Chilena de Protección de la Familia (Aprofa), organización que vela por los derechos reproductivos y sexuales, se destaca la importancia de permanecer vigilantes ante cualquier situación que vulnere la autonomía y la integridad corporal de las mujeres.
La directora ejecutiva de la asociación, Débora Solís, indicó que “la mutilación genital es la manifestación más cruel del control sobre el cuerpo de las mujeres y debemos permanecer atentos y atentas ante cualquier situación que no ponga al centro la decisión de estas, ya que eso sin duda es un retroceso en los derechos sexuales y reproductivos”.
En este sentido, Solís destacó que en Chile es crucial impulsar la educación y la sensibilización sobre estas violaciones de los Derechos Humanos, enfatizando la importancia de los derechos sexuales y reproductivos como pilares fundamentales de la igualdad y la dignidad para todas las personas.
