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Nubes desenterradas en el patio

Este año se cumplen 60 años del nacimiento de Lennon y 20 desde su asesinato. Con la misma tranquilidad se podrían sumar 36 desde la edición de su primer libro (My own writings); 31 desde su matrimonio con Yoko Ono, 27 de su expulsión de Estados Unidos. El marketing tiene razones que la razón ignora y lo cierto es que este año no ocurre nada excepcionalmente importante en relación a Lennon, exceptuando el misterio permanente de su vigencia.


No es propósito de esta columna recordar una vez más el genio de Lennon, las ocasionales bajezas de su carácter, ni las curvas bizarras de sus ideas políticas y sociales. Sólo sucede que esta semana se publica en Chile la versión 2000 de Imagine, el álbum que Lennon publicó en 1971; el quinto de sus discos solistas y, muy probablemente, el mejor de ellos.

Este es el Imagine donde la cara de Lennon es una fotografía difusa tras un jirón de nubes, único punto de luz en una carátula verdosa y pálida como una vieja fotocopia. Nada tiene que ver con el naif retrato a colores del Imagine: John Lennon de 1988, sencilla colección de éxitos preparada por Yoko Ono, intento desesperado y lucrativo por detener la campaña de desprestigio desatada por el fallecido Albert Goldman cuando publicó Las vidas de John Lennon, biografía no autorizada con todo lo que usted nunca quiso saber sobre su cantante favorito.

Bueno, es el Imagine original el que se relanza ahora. El disco de diez canciones que Lennon compuso en los meses intensos que siguieron a la separación definitiva de los Beatles y su matrimonio con Yoko Ono. Son diez temas con guitarras de George Harrison y producción de Phil Spector y en ellas Lennon alcanza, quizás por única vez en solitario, el equilibrio perfecto entre su arte y su biografía.

Las canciones de Imagine no son dogmáticas ni exhibicionistas, como varias de sus composiciones futuras. Lennon habla de amor, celos, guerra y ataca despiadamente a McCartney en los temas "Oh Yoko!", "Jealous guy", "I don’t want to be a soldier mama", "How do you sleep" y "Howl", pero nunca saca el foco de la música y su disco es, sobre todas las cosas, una hermosa serie de canciones.

La nueva versión del álbum está remezclada y remasterizada en forma digital y se nota bastante. La voz de Lennon suena como no se la escuchó nunca y el álbum completo ha ganado peso, como si le hubieran sacado de encima una gruesa capa de grasa. En este caso, el recambio tecnológico se justifica. También la nostalgia. El nuevo Imagine tiene 18 fotos de la época de Tittenhurst Park, la casa londinense donde se compuso "Imagine" y que pasó a la historia en las tomas de 16 milímetros que se hicieron en la época y fueron reeditadas este año en una película de 56 minutos (Gimme some truth). Son las imágenes del piano de cola blanco y Yoko Ono envuelta en una boa de lana, transportada en brazos, congelada en el gesto impávido de sus ojos asiáticos.

Imagine es, sobre todas las cosas, un disco de amor. Lennon hizo las canciones; Ono diseñó su carátula y sobrevuela todas sus canciones como inspiración. Una frase suya de 1963, "Imagina las nubes goteando; cava un hoyo en tu jardín para colocarlas ahí", cierra el disco. Es el "Imagina" original del álbum, que Lennon hizo concreto con sus menciones al cielo y la religión, pero dejó vago e intacto en la contraportada del álbum porque ése era, a fin de cuentas, su verdadera intención.

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