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Rigoletto cerró centenario de Verdi en Berlín

La Komische Oper cerró el ciclo operístico berlinés de homenaje al compositor italiano Guiussepe Verdi con la puesta en escena de «Rigoletto», melodrama en tres actos inspirado en la novela «El rey se divierte», del dramaturgo francés Víctor Hugo.


Hubo aplausos al terminar anoche la representación, cuya dirección musical estuvo a cargo del japonés, Tetsuro Ban, y silbidos tan audibles a la escenografía de Martin Schüler y al vestuario de Gundula Martin, que ninguno de los dos se atrevió a comparecer una segunda vez ante el público. No fueron los únicos elementos desafortunados en el Rigoletto de anoche.



De partida, fue un desatino dejar que la Komische Oper pusiera el broche de oro a la celebración del centenario de la muerte del compositor italiano, pues de los tres teatros que forman el triángulo operístico de la capital, este es el único en el que sistemáticamente traducen los libretos al idioma alemán.



En el caso de Verdi, esa circunstancia obliga a los interpretes a inflexiones forzadas de voz y a introducir palabras en italiano para no perder la melodía, una gratuita agresión al oído de los amantes de la ópera italiana.



Con el estreno de Rigoletto culminó la celebración del homenaje a Verdi en Berlín, celebración que comenzó el pasado 11 de noviembre con Luisa Miller e incluyó la puesta en escena de 35 obras verdianas, entre ellas La Traviata, Don Carlos, Il Trovatore, Falstaff y Nabucco, pieza esta última estrenada en la Scala de Milán en 1844 y con la que Verdi obtuvo su primer éxito operístico.



La Filarmónica de Berlín se sumó igualmente a la celebración del centenario con varios conciertos, el más apoteósico fue el Requiem, dirigido por el titular de la orquesta, Claudio Abbado, con la participación del Orfeón Donostierra, de la soprano Angela Gheorghiu, la mezzo Daniela Barcellona y el tenor Roberto Alagana.

Por otra parte, el próximo mes de abril, un foro internacional reunirá a musicólogos de todo el mundo para estudiar en paralelo las obras de Verdi y de Wagner, así como el compromiso de ambos con la política en sus respectivos países, que vivieron en el siglo XIX un período de unificación y gran patriotismo.



EFE


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