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El impecable sonido de Tortoise se congela

La edición del nuevo disco de la banda paradigmática del post-rock confirma su perfecto estado y profundiza una línea instrumental abstracta. No obstante y pese a contener todos los elementos de pulcritud y perfección que caracterizan a Tortoise, el grupo pareciera entrar en terrenos de peligrosa reiteración.


A mediados de la década pasada, Tortoise remeció el circuito de la música alternativa, superando incluso sus límites al situar sus discos entre los más aclamados del ’96 y el ’98. A la vez, echó a correr un rumor sobre el post-rock y sus ilimitadas posibilidades para redefinir la música popular. Utilizando una mezcla de fuerte base rítmica, vibráfonos y marimbas, jazz, electrónica y un impecable trabajo de producción, parecía encarnar toda la tradición avant gard del rock and roll.



Un mes atrás, apareció su quinto disco, It’s All Around You (en la foto), con el que la banda de Chicago confirma su perfecto estado, mantiene una radical distancia con los ritmos en boga y profundiza una línea instrumental abstracta. Pese a todo, sorprende menos de lo esperado y confirma el congelamiento que corroe a la bandas que integraron el post-rock.



Aun en pleno auge del grunge y entrada de la música alternativa a las pantallas de MTV, tanto en Inglaterra como en EEUU se gestaba sin coordinación una especie de movimiento que mezclaba y experimentaba con rock, electrónica, jazz y reminiscencias del krautrock alemán. Bandas como Laika, Stereolab, Main, Labraford, Flying Saucer Attack, Disco Inferno, Gastr del Sol, Bark Psychosis y Spectrum, entre otras, fueron identificadas con el nombre de post rock. La versión experimental de los ’90.



Aunque parece haber cierto consenso tácito que el segundo disco de Tortoise, Millons now living will never die (1996), definió el concepto de la mejor forma posible, de manera especialmente ilustradora con la canción que abre la placa, ‘Djed’: una especie de mosaico de influencias que en 21 minutos -destruyéndose y construyéndose-, recorre algo así como la historia alternativa del rock; la guitarra apenas aparece. Antes, en todo caso, la banda liderada por John McEntire ya había mostrado sus cartas con un disco homónimo, el que remezclado se convirtió en una joya de sólo dos track, Rhythms, Resolutions & Clusters.



Si Tortoise (94) parecía ser una versión más sofisticada y diversificada del dribling minimalista de Slint, Rhythms, Resolutions & Clusters confirmaba la sospechas de que la nueva banda era algo más que un par de bajos y un vibráfono. En las remezclas hay un trabajo de deconstrucción sonora, pocas veces escuchados. Millons now livingÂ… sería la consagración -dentro de los estándares de la música alternativa y bajo un sello independiente, Thrill Jockey-, que abriría la puertas a la banda para trabajar con bandas como Stereolab o Mouse On Mars. A parte de expandir las posibilidades creativas de los cinco integrantes de Tortoise para seguir en grupos paralelos como Isotope 217, The Sea and Cake, Eleven Day Dream o Aerial M.



Luego vendría TNT (’98) y Standars (2001), discos que aunque menos sorprendentes, terminaron por definir el gesto básico de Tortoise: fusionar las posibilidades tecnológicas con la improvisación instrumental. Pese a lo paradojal de la unión, la banda la avala en vivo, donde los integrantes rotan entre entre las perillas de los sintetizadores y los instrumentos tradicionales. Un muestra de ello pudimos ver en Santiago en un concierto impecable en el 2001.



Manteniendo el ritmo



La segunda canción de It’s All Around You, ‘The Lithium Stiffs’, introduce el único elemento nuevo a las herramientas de Tortoise: la voz, auque no a modo de canto, sino en términos instrumentales. El resto de las armas de la banda continúa intacto y siguiendo una línea instrumental que potencia y profundiza el disco pasado.



Como siempre, la batería mantiene una fuerte presencia a modo de soporte, donde el bajo y la guitarra suelen confundirse -o fusionarse- generando entramados por donde corre la luminosidad de la marimba y el vibráfono; la fina manipulación de los sintetizadores sigue generando una diferencia eléctrica, que encuentra a la banda con los procedimientos de la música electrónica. El tradicional sonido de Tortoise está intacto, tanto que por momentos pareciera escucharse algo demasiado conocido.



De hecho, y modo de falencia, en general el disco no presenta mayores diferencias respecto a Standars. Incluso tiene menos elementos lúdicos, se aleja de las experimentaciones electrónicas y repite un la línea mélódica nostálgica y aparentemete sencilla. Canciones como ‘It’s all around you’, ‘Strech, On the chin’, ‘Five too Many’, ‘Salt the skies’, son las típicas canciones de Tortoise, perfectas pero que podrían haber sido incluidas en TNT.



Se puede apreciar cierta diferencia en ‘Crest’, ‘Unknown’ y ‘By Down’; estas dos últimas, especialmente abstractas y divagantes. ‘The Lithium Stiffs’, con voces femeninas y masculinas mezcladas, puede ser el único giro que presenta Tortoise en It’s All Around You; quizá justamete por esa variación instrumental y su presentación tan delicada (un canción similar a lo hecho por Gastr del Sol en Camoufleur, 1998).



Pese a que It’s All Around You contiene todos los elementos de pulcritud y perfección de Tortoise -sus fans continuarán tranquilos-, la banda pareciera entrar en terrenos de reiteración peligrosa. Si en algún momento Jeff Parker, Dan Bitney, John Herndon, Douglas McCombs y John McEntire lideraron una renovación de rock experimental, hoy parecen simplemente mantener el ritmo de un sonido absolutamente propio, pero ya no tan sorprendente.



Quizá tras el nuevo paso de Tortoise sólo se concrete la retirada de lo que fue el post-rock, teniendo en cuenta el congelamiento creativo de bandas como Laika, Gasrt del Sol, Labradford o Main. Habrá que centrar entonces el foco en grupos como Godspeed You Black Emperor!, Mogwai y mantenerse atentos al sonido ya clásico de Stereolab.

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