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«Todos los hombres llevamos un lobo feroz que hay que destruir»

Influenciado por Serrat, Aute y Silvio Rodríguez, el madrileño llega al país el 14 de mayo para dar el primero de tres conciertos. Se reconoce como un hombre soñador, pero enfermo de soledad, imposibilitado para hacer algo solo. El cantautor habló con El Mostrador.cl sobre su próximo concierto y sobre aquello que intenta transmitir con su música.


Recordar a los viejos maestros de la trova española y latinoamericana era el objetivo de un grupo de jóvenes que, a comienzos de los años 90, inició un recorrido por algunos bares madrileños, cantando en vivo las canciones que, dos décadas atrás, hacían referencia a la situación política por la que atravesaba España.



Las canciones de Serrat y Aute comenzaron a inundar los viejos bares y el público que escuchaba a estos jóvenes se dio cuenta de que había que volver a los orígenes. De este grupo de trovadores nació Ismael Serrano, quien hoy se levanta como uno de los principales representantes de la nueva trova española.



Con canciones que invitan a reflexionar y que guardan estrecha relación con el momento político y humano a nivel planetario, Serrano ha grabado cinco discos y acaba de lanzar uno recopilatorio, Principio de Incertidumbre, en el que se da el lujo de incorporar seis temas inéditos.



Profundamente influenciado por Aute, Silvio Rodríguez y, principalmente, por Joan Manuel Serrat, este músico español reconoce la marca que dejaron en él los trovadores de antaño, al asumir que "personas como éstas escribieron la banda sonora de mi vida, me ayudaron a sentirme menos sólo y me enseñaron a entender la música".



– ¿Qué pasa contigo cuando después de admirar por tanto tiempo a estos cantautores tienes la posibilidad de cantar con ellos a estadio lleno?
-La primera vez que visité Chile, en 1997, fue para un homenaje al Che Guevara, en el Estadio Nacional, en el que también participaba Silvio Rodríguez. Cantar con él supone cumplir un sueño. Yo lo había visto siempre como público y tener la oportunidad de compartir escenario con él fue saber que la música sirve para cumplir algunos sueños. Fue descubrir que detrás de las canciones que yo había escuchado toda mi vida, estaba la persona que yo creía que era, estaban los ideales que yo había hecho míos.



– Pero también has hecho tuyos ideales como el de las Madres de Plaza de Mayo o el de los zapatistas mexicanos
-Sí, es que supongo que de forma natural me conmuevo con la lucha que hace la gente por tratar de vivir en un mundo mejor. Participo del sueño de un lugar más justo, más humano, más tolerante. En definitiva, me duelen las injusticias del mundo, me duele leer en el periódico las tragedias cotidianas y así surge, de manera espontánea, el compromiso con toda esa gente.



-Al mismo tiempo, nace la admiración hacia esas personas que se sacrifican y entregan gran parte de su tiempo y de su vida para tratar de ganar su lucha y conseguir sus objetivos, que en el caso de las Madres de Mayo es la lucha contra el olvido, contra la falta de memoria. Los zapatistas buscan recuperar su dignidad indígena y la lucha que hacen me genera emociones que se convierten, que se canalizan en una canción.



– ¿Qué otras emociones se canalizan en canciones?
-Al final todo termina siendo canción. Me mueve todo tipo de emociones, cada canción habla de un sentimiento diferente. Hay algunas de amor y desamor, de esperanza, pero supongo que muchas veces se canta para recuperar amores perdidos, batallas perdidas, la memoria perdida.



– Como en La memoria de los peces
-Claro, los peces tienen una memoria que dura segundos. Nosotros tenemos que recuperar la memoria histórica, por eso es que en ese disco hablo de todas las causas ajenas que siento como mías. Porque siento que no debemos volver a cometer los mismos errores y la única manera que tenemos de asegurarnos de ello es recordando.



– ¿Por qué tus discos y tus canciones siempre son metafóricos?
-Siempre trato de encontrar un hilo argumental común a todas las canciones; trato de conceptuar cada vez que hago un disco, encontrar el sentimiento común que comparte esa docena de canciones. En el caso de La memoria de los peces el denominador común es la necesidad de recordar, de tener una memoria histórica.



-En el caso particular de Principio de Incertidumbre, hablo de esa incertidumbre que supone la música en vivo y la vida en general. Sabemos cuándo y cómo empezamos, pero no cuándo terminamos, porque hay muchos observadores que participan junto con uno.



-Ese principio fue una de las pocas cosas que aprendí cuando estudiaba física, y dice precisamente eso, que nada se puede medir con exactitud, que nada se puede predecir porque el observador, por el mero hecho de ser testigo de las cosas, las altera.



Enfermo patológico de soledad



-¿Qué es la música para ti?
– La música es algo indispensable para mí, porque es mi terapia. Es lo que yo utilizo para enfrentarme a mis miedos, a mis dudas. A través de ella canalizo mis esperanzas, me hace compañía, me hace saber que no estoy solo en mis búsquedas, y eso para alguien que tiene un miedo patológico a la soledad, adquiere un valor muy importante.



– ¿Por qué miedo patológico?
-No lo sé, por eso digo que es patológico. Creo que debe ser una enfermedad, no sé muy bien de dónde me viene. La verdad es que no sé hacer nada solo y necesito compañía siempre. Necesito saber que hay gente que comparte conmigo mis sueños.



– Y eso, ¿cómo se refleja en tus canciones?
-Cada canción habla de una parte especial de mi vida, una parte a la que no puedo renunciar. Vértigo de mi primer disco, Atrapados en Azul, habla de una mis obsesiones que es el miedo a la fugacidad de las cosas, el miedo al paso del tiempo. Es una forma de hablar de ese temor que me produce el paso rápido del tiempo, haciendo un repaso de lo que he sido, de lo que soy y de cuáles son mis dudas.



-En Ahora de mi cuarto disco, La traición de Wendy hago precisamente referencia a mi actuado actual. Es una continuación de Vértigo, en la que el tiempo pasa, pero eso no quiere decir que tengamos que renunciar a los sueños. Tal como dice la canción, este es el momento para volver a empezar, para enfrentarse a la necesidad de seguir persiguiendo esos sueños que nos mantienen vivos, a pesar de que no seamos los mismos.



Caperucita tiene una letra muy fuerte, ¿qué significó para ti escribirla?
-Esa canción nace de la impresión que me llevó darme cuenta de que todos los hombres encerramos un lobo feroz al que debemos aprender a atar o destruir. La mujer es víctima de ese lobo feroz que todos los hombres llevamos dentro. La historia de Caperucita me pareció una metáfora bastante clara para ejemplificar la situación que viven muchas mujeres que son devoradas por los hombres, a los que se enfrentan de forma cotidiana. Es una denuncia a la violencia doméstica, que es un problema que merece una atención urgente. No podemos permitir que los lobos feroces devoren a las Caperucitas.



– Después de los atentados del 11 de marzo en Madrid, ¿te sientes más sólo?
-No, todo lo contrario. Lo cierto es que la sociedad española reaccionó de forma ejemplar, la gente salió a tapar la calle para condenar el terrorismo, condenar el atentado y sobre todo para solidarizar con las víctimas. Ver cómo la gente reaccionaba, a pesar de que el miedo podía paralizarlos; ver cómo actuaban con una valentía absoluta, reconociendo su responsabilidad a la hora de solidarizar con los afectados, te reconcilia con el mundo y te hace saber que no estás solo, que la exigencia de paz en el planeta es un clamor mundial del que participamos todos.



Su paso por Chile



El próximo 14 de mayo, Ismael Serrano llega al país para presentar en vivo Principio de Incertidumbre, su quinto disco. El cantautor ofrecerá tres conciertos, el 14 en Valparaíso, luego el 15 en Santiago y por último, el 16 en Concepción. Después de su paso por Chile viajará a Bolivia para terminar su gira por Latinoamérica y retornar a España para terminar la promoción de su disco, con una presentación en Madrid



– ¿Cuál es la relación que tienes con Chile, desde 1997, tu primera visita?
-Con ese país la relación parte del concierto que hice y del cual nacieron amigos que son para toda la vida; conocí a gente que se convirtió en amiga para siempre, que participó voluntariamente en la organización del concierto. Mi experiencia en Chile siempre ha sido muy bonita, con los conciertos, las giras y han gatillado sentimientos y relaciones muy profundas.



– ¿Cómo será el concierto que darás acá el 15 de mayo?
-Será un repaso a toda mi carrera, a los 7 años de carrera musical. Cantaré las canciones de mis cinco discos, más las nuevas que se incluyeron en Principio de Incertidumbre, pero principalmente las canciones que la gente quiere escuchar. Quiero que se produzca ese diálogo con el público a través de la música; quiero que la gente se sienta identificada con el mensaje que intento transmitir, volver a sentir el vértigo que me producen los conciertos.



– Después de los conciertos masivos, al menos en Chile, siempre has hecho otro más íntimo en alguna universidad. ¿Este año seguirás con la costumbre?
-No sé si el tiempo nos lo va a permitir, porque tenemos un concierto por día y de Chile tenemos que viajar a Bolivia. Si en esta ocasión el tiempo no nos permite hacer un concierto más íntimo, tendremos que hacerlo la próxima vez, porque en Chile siempre lo hemos hecho y es una costumbre muy saludable que pretendemos seguir manteniendo.

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