Además de un repaso por sus más conocidas canciones, el artista repitió sus críticas al presidente de EEUU, además de compartir el escenario con dirigentes de grupos sociales y mapuches que aprovecharon la ocasión para plantear sus demandas.
El hispano-francés Manu Chao deleitó anoche a unas 10.000 personas en Santiago, en un concierto en que mezcló la música con reivindicaciones sociales y políticas y que marcó su despedida de Chile, donde volvió después de seis años.
Además de un repaso por sus más conocidas canciones, el artista repitió sus críticas al presidente de EEUU, George W. Bush y al neoliberalismo, además de compartir el escenario con dirigentes de grupos sociales y mapuches que aprovecharon la ocasión para plantear sus demandas.
Sobre el mandatario estadounidense, Manu Chao afirmó que se trata del «hombre más peligroso para el futuro de nuestros hijos».
En lo musical, el espectáculo no difirió de los que en días previos ofreció en el sector obrero santiaguino de La Pintana, que fue gratuito, y en la sureña ciudad de Concepción.
Acompañado de su banda «Radio Bemba Sound System», el ex vocalista de «Mano Negra» se paseó por éxitos tales como «Clandestino», «Bienvenido a Tijuana» y «Desaparecido», además de canciones como «Señor matanza» y «Mala vida».
El concierto, que se extendió por dos horas en el centro cultural «Estación Mapocho», fue abierto por el grupo de hip-hop «Soez», de La Pincoya.
Entre los invitados al escenario estuvieron una dirigente mapuche que criticó al Gobierno por su política frente a las demandas indígenas por tierras, y una joven de la Villa Francia, que arengó a los presentes y criticó la exclusión y la falta de justicia para los pobres.
También subió al escenario el escritor Pedro Lemebel («Tengo miedo, Torero», «Adiós Mariquita linda»), que dedicó a Manu Chao un texto especialmente escrito para él, en el que calificó al cantante como «un trovador político de nuestros tiempos».
Manu Chao abandonó hoy Chile rumbo a México, la siguiente escala de su actual gira latinoamericana.
