Después de diez años, el cantautor que saltó a la fama a los 19 de la mano de Elise Regina, una de las reinas de la música brasileña, regresa a los escenarios locales para hacer un balance en vivo de su trayectoria durante esta última década y, además, para brindarle un especial regalo musical a la mandataria.
Milton Nascimento pertenece a una especial generación de músicos de Brasil. Ya en la década del ’60 su nombre comenzó a sonar cuando sólo tenía 19 años. El punto de partida fue su traslado a Belo Horizonte, hasta donde llegó con una sola intención: dedicarse por completo la música.
Elis Regina, célebre intérprete carioca, fue la llave de Nascimento para salir del anonimato. De hecho, participó junto a ella en el "Festival Internacional de la Canción de Brasil", lo que le brindó la oportunidad de firmar contrato con el sello "Codil" y grabar su primer disco.
De ahí en adelante la historia es conocida. Pero la principal virtud de Nascimento, a diferencia de contemporáneos como Caetano Veloso y Gilberto Gil, miembros del movimiento musical del "Tropicalísimo", fue su férreo apego a las raíces folclóricas de Brasil.
Al teléfono, desde el balneario de Buzios en Brasil, Milton Nascimento cuenta que siempre ha estado abierto a cosas nuevas. "Desde los inicios desde mi carrera he viajado a lugares recónditos de Brasil para escuchar música nueva y, por lo general, termino cantando con la gente que vive ahí", señala tratando de explicar su fascinación por los sonidos más rústicos y de raíz de Brasil.
«Hacer eso es un placer y, al mismo tiempo, un deber. Rescatar esos sonidos y cantarlos con el estilo que he desarrollado son una forma de poner al desnudo la riqueza musical de mi país", cuenta el músico, que se presentará en el Court Central del Estadio Nacional el próximo 22 de marzo.
-¿Cuál es el interés de estar cerca de las raíces musicales?
-Lo más importante es poder estar con la gente más pobre, como el norte de Brasil, en ciudades como Minas Gerais, donde hice un show con 60 niños pobres. Lo más increíble de esos lugares del país es que, a pesar de no tener nada, su cultura es muy rica y eso incluso ha servido como material para realizar dos DVD.
-¿Los nuevos artistas de Brasil siguen conectados con ese interés que durante los ’60 lo llevó a acercarse a las raíces folclóricas de Brasil?
-Los músicos brasileños, en general, están abiertos a escuchar los sonidos de Brasil y del exterior. En general, los músicos de mi país agregamos el folclor en nuestros show. Por ejemplo, estos sesenta niños pobres conocían mi voz, pero no tenían idea que era negro (cuenta entre risas). Además, bailaban como Fred Aster, sin que jamás hubieran visto alguna de sus películas. Eso da a entender que las raíces musicales de Brasil están presentes en todos lados y es imposible no vincularse con ellas, incluso las nuevas generaciones.
-Pero no todo ha sido folclor en su carrera. Su trabajo en el campo del jazz, específicamente con el saxofonista Wayne Shorter, fue uno de los puntos altos de la experimentación con el jazz. ¿Qué tan conectado está con el jazz hoy en día?
-"Native Dancer", que fue el disco que en 1974 grabamos, fue idea de Wayne (Shorter). Luego de esa experiencia me empezaron a preguntar cuál era el estilo musical al que yo me dedicaba. Luego grabamos un disco donde participó mucha gente, músicos de América central, el productor de Bob Dylan por esos años, gente del staff de The Rolling Stone. Pero mi relación con el jazz se canaliza a través de Wayne Shorter.
El Bossa Nova y el Tropicalísimo, dos de las etiquetaciones más fuertes de la música contemporánea de Brasil, ¿no lo han encasillado nunca?
-Yo prefiero no tener etiquetaciones. Como una vez me dijo Caetano Veloso, Milton solo es un movimiento (dice entre risas).
-Y Caetano Veloso, ¿es un movimiento?
-Caetano cuando apareció fue vinculado al movimiento de la Tropicalia. Y cada una de las personas que integraron esa generación musical, cada uno hoy es un movimiento en sí, sin duda.
Fascinación por Bachelet
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| Michelle Bachelet junto a los integrantes de U2 en su visita de febrero de 2006 a Chile. |
Cada vez que un grupo o solista visita Chile hoy en día, en su agenda parece obligado sostener una reunión con la Presidenta Michelle Bachelet. Lo hizo Serrat, U2, Rubén Blades y también existió la intención por estos días de organizar un encuentro entre la mandataria y Chris Martín, vocalista del grupo inglés Coldplay.
Sin embargo, Milton Nascimento quiere eso y mucho más pues, no conforme con una eventual reunión, tiene claro cuál será su regalo a la Presidenta. "Quiero dedicar concretamente María, María a la Presidenta Bachelet", señaló.
-¿Por qué quiere hacer este regalo musical a Michelle Bachelet?
-Porque confío mucho en ella, porque es mujer y, además, porque es la primera Presidenta de América del Sur. Por eso, esa noche "María, María" será una canción que sólo le pertenecerá a ella.
-Últimamente, todos los músicos que vienen a Chile quieren reunirse con la Presidenta. ¿Por qué a usted le gustaría sostener una reunión con ella?
-No sabía que la Presidenta era tan popular entre los músicos. Como aún no la conozco, sólo me restrinjo a dedicarle esta canción.
-¿No será porque nuestra Presidenta es soltera?
-No, no, para nada (contesta con humor)
-Aparte de dedicarle una canción, y apelando a la idea de un supuesto encuentro en La Moneda, ¿qué temas le gustaría discutir con la mandataria en el plano cultural?
-No tengo mayores comentarios políticos sobre el trabajo cultural en ambos países. Por ejemplo, conozco mucho al ministro de Cultura de Brasil, Gilberto Gil, es una excelente persona y le daría todo mi poyo. Él está haciendo un buen trabajo cultural. Quizá sobre eso podríamos hablar.
-Hace poco hubo elecciones presidenciales en Brasil. Ya que admira tanto el caso chileno, ¿no piensa en alguna candidata mujer para la presidencia de Brasil?
-Hay varias ideas, pero artísticamente, una mujer indicada para el puesto sería Fernanda Montenegro, porque es la mejor actriz de Brasil y es una persona que genera mucho respeto y se puede confiar plenamente en ella, al igual que el ministro Gil.
Brasil al rojo vivo
Una de las ciudades más peligrosas de Brasil, según las encuestas y estudios, es Sao Paulo. Con un promedio de 500 secuestros express al mes (unos 16 por día), esta orbe se ha posicionado en el triste ranking de las ciudades más peligrosas del mundo. En tanto, Río de Janeiro triplica los índices de criminalidad de Bogotá, una de las ciudades consideradas más peligrosas, producto de la presencia de la guerrilla.
Una situación que preocupa a los habitantes de Brasil. Una ola de violencia que desde 2003 mantiene alerta a la ciudadanía y que no es indiferente poara sus artistas. El ejemplo más claro es "Carioca", el disco donde Chico Buarque critica tanta violencia, alejándose de todo tipo de elogios a su ciudad natal.
En la misma línea de pensamiento se encuentra Milton Nacimiento, quien lamenta que dichos índices de violencia aumenten cada vez más, sin que se encuentre una solución. "Yo opino lo mismo que Chico Buarque. Encuentro que tiene mucha razón en su discurso y también como expresa ese desencanto a través de su música", señala.
-Sin embargo, ¿cuál es su apreciación sobre el tema?
-Es una situación que me pone muy triste y que no creo que sea exclusiva de Brasil. En la mayoría del mundo está ocurriendo lo mismo. Yo creo que para poder opinar sobre el caso de Brasil es necesario estudiar mucho a otros países para tener un elemento de comparación.
-¿Con esto quiere decir que los casos de violencia ocurridos en Brasil no son tan frecuentes como señala la prensa de su país?
-No estoy diciendo que no sea así, sino que al igual que Brasil, todo el mundo está siendo víctima de la violencia y que es necesario comparar y estudiar, no solo para ver cuál es el mejor o peor país en ese sentido, sino para acabar con esta situación.
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