Publicidad

Germán Marín y el «don» de la oportunidad

Nuevamente el autor de »El Palacio de la Risa» hace noticia por sus declaraciones, esta vez contra el fallecido Volodia Teitelboim. Figuras de la literatura se toman la palabra: injusticias, camaraderías, rencores personales, posiciones de poder y poca valentía son algunas de las respuestas.


Dicen que nadie habla mal de los muertos, pero aparentemente al escritor Germán Marín poco le importan las expresiones populares. A escasos días de la muerte del dirigente comunista y hombre de letras Volodia Teitelboim, el representante de la Nueva Narrativa Chilena apareció en una entrevista publicada el sábado 2 de febrero por el diario La Tercera criticando fuertemente la figura del intelectual.



"Volodia Teitelboim era un cobarde", fue la frase que el suplemento cultural destacó del texto, en que Marín calificó como "mediocre", "perro faldero" de Pablo Neruda, "cómplice" del estalinismo y "mariconazo" al fallecido autor de poesía, biografías y memorias, a cuyas obras tildó de "subliteratura" por su escaso talento creativo.



Ante tales apreciaciones, diversos representantes de la literatura chilena salieron al paso de sus declaraciones, aunque otros consultados por El Mostrador.cl evitaron referirse al tema, ya sea por la amistad que tienen con Marín o porque no quieren aparecer en polémicas.



Germán Marín está "solo contra Chile" en sus declaraciones, dice el escritor Poli Délano, agregando que "es muy injusto cuando dice que Volodia es cobarde. Chile cree lo contrario porque Volodia dio demostraciones en toda su vida de ser leal con sus principios y con la lucha ideológica que sostuvo desde muchacho".



La crítica literaria y académica Patricia Espinoza cree que las ideas de Marín están atravesadas por asuntos de índole personal "que lo llevaron a estos exabruptos", lo que quita toda objetividad a su propuesta.



Según afirma, el tema de las cobardías y complicidades cruza a mucha gente que vivió en el exilio "y me parece que no fue patrimonio de Teitelboim, también lo arrastra a él. Hay que preguntarse también por eso: ¿Cuánto usufructuaba él de Enrique Lihn, por ejemplo?"



Para el ex presidente de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH) Reinaldo Marchant, las expresiones del autor de "Ídola" tienen que ver con ciertas personalidades que se arrogan preponderancia en cosas "que ellos ni siquiera en los momentos indicados realizaron".



"Habría que preguntarle qué es lo importante que hizo él en tiempos de la dictadura. Yo no recuerdo que haya hecho nada. Por lo menos Volodia regresó a Chile y, desde el punto de vista de sus ideas y valores, realizó algo conocido y público", argumenta.



Poli Délano destaca el regreso de Teitelboim al país durante la dictadura. "A una edad avanzada entró a clandestinamente disfrazado, no lo reconocía ni su familia y llegó a realizar labores políticas clandestinas. Eso no es de una persona cobarde, me parece que Marín es un necio".



"Me parece fácil irse contra una figura como Volodia Teitelboim y no hacerlo contra los grandes representantes de la derecha. En ese sentido, Marín busca chivos expiatorios por problemas personales para quedar otra vez como el último de los rebeldes, pero la rebeldía no va por ahí", puntualiza Espinoza.



Matonaje literario



"Es un provocador, que busca tribuna y lo logra", dice sobre Germán Marín el escritor Gonzalo Contreras. Algo en lo que coincide Reinaldo Marchant. "Me causa extrañeza, porque es un escritor autoeditado, lo publica la editorial en la que él trabaja (Sudamericana). Fue una entrevista pensada para armar polémica. Es antojadizo, majadero, que en el momento en que se requiere una opinión sensata, se recurra a él", asegura.



Délano califica las declaraciones como "amatonadas, de alguien que quiere destacarse pisando a otros". Y agrega que "si Volodia es un gran escritor o no, no es Marín quien debe pontificarlo. Marín es un escritor bastante aburrido y él no tiene la tela para andar diciendo quiénes son grandes y quienes son mediocres".



Para Contreras, Volodia Teitelboim es un escritor fecundo "pero no brillante porque se traspasaba de texto político a la literatura, en que era una cosa un poco pomposa. Basta con eso para que no se convierta en un gran escritor. Siendo que es un hombre de letras, que vive de las letras".



Patricia Espinoza considera a Marín un buen escritor y narrador, pese que llegó "un poco tarde" a la Nueva Narrativa, "pero aún así logró llegar a ser prácticamente el mejor". El problema, señala, es que "se ha convertido en una especie de mito para todos los jóvenes que están bajo su alero. Porque Marín tiene una posición de poder, no es cualquier escritor. Buscan sus redes y conexiones para que los pueda posicionar y legitimar", asegura.



"Desde su posición de editor tiene una situación de poder que puede resultar atractiva para muchos literatos" asegura Poli Délano. Para Espinoza, Marín, junto a Patricio Fernández -el "director espiritual" de The Clinic- "son personas que abren la boca para lanzar ciertos datos, tirar mierda con ventilador, sin ninguna justificación sólida, donde uno claramente capta que hay cosas del pasado. ¿Por qué no habla de los cortesanos actuales? ¿Él no será un cortesano también?".

Publicidad

Tendencias