Está considerado como uno de los mejores periodistas argentinos en el período comprendido entre la década de los sesenta y primeros años de los setenta, en que el periodismo intentaba trasladar los delirios nacionales a reportajes minuciosos.
Tomás Eloy Martínez, uno de los grandes escritores argentinos, falleció este domingo a los 75 años en Buenos Aires tras una larga lucha contra el cáncer, según informa la pagina web del diario argentino Clarín.
Escritor, periodista y profesor universitario, nació en Tucumán, Argentina, en 1934.
Fue crítico de cine en el periódico «La Nación», redactor jefe de la revista argentina «Primera Plana» y, más tarde, director del semanario «Panorama», antes de incorporarse al diario «La Opinión» para hacerse cargo de la dirección del suplemento cultural.
Está considerado como uno de los mejores periodistas argentinos en el período comprendido entre la década de los sesenta y primeros años de los setenta, en que el periodismo intentaba trasladar los delirios nacionales a reportajes minuciosos.
Por sus denuncias sobre los delitos cometidos por la dictadura militar (1976-1983), el régimen de Argentina le obligó a exiliarse en Venezuela, donde fundó «El diario de Caracas».
Su interés por el séptimo arte le llevó en sus comienzos a escribir guiones para películas y un ensayo titulado «Estructuras del cine argentino» (1961). En total escribió diez guiones para cine, tres de ellos en colaboración con el fallecido novelista paraguayo Augusto Roa Bastos.
Publicó su primera novela, «Sagrado», en 1969 y después vendrían títulos como el libro de relatos «Lugar común la muerte» (1979) y «La pasión según Trelew» (1974).
Con la fórmula periodística, esta última obra trata de los experimentos que realizaron los militares en la ciudad patagónica de Trelew y que años después harían masiva y sofisticadamente.
Entre 1970 y 1974 publicó unas memorias del tres veces presidente argentino Juan Domingo Perón que el difunto general «sancionó como legítimas» y que los historiadores suelen utilizar como fuente para sus investigaciones, aunque Martínez recuerda su parcialidad a causa del momento histórico en que vieron la luz.
En 1983 obtuvo una beca del Wilson Center de Washington para escribir «La novela de Perón», publicada en España en septiembre de 1989 y en la que profundiza en la figura de Perón, describiéndole con más sinceridad y sin las presiones que tuvo a la hora de redactar sus memorias.
Tras ganar en la década de los 80 varias becas de entidades de Estados Unidos, Eloy Martínez se afincó en este país.
Entre 1984 a 1986 fue profesor de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Maryland, en donde además dictó cursos sobre los cronistas de Indias y sobre novela e historia.
Años mas tarde, en 1991, comenzó a dirigir el Programa de Estudios Latinoamericanos de la Rutgers University en Nueva Jersey.
Tomás Eloy Martínez, residente en Estados Unidos, se retiró en 1991 del mundo del periodismo activo, aunque siguió escribiendo columnas para «The New York Times» y otros medios de comunicación.
Eloy Martínez es también autor de «La mano del amo» (1991) y «Santa Evita» (1995), uno de los clásicos del autor que aborda la vida y el destino de los restos de la esposa de Perón, conocida como la «abanderada de los humildes». También publicó «Las memorias del general» (1996), entre otras obras.
En marzo de 2002 fue galardonado con el Premio Alfaguara de Novela por su obra «El vuelo de la reina», una «historia de amor y obsesión» que tiene como trasfondo la crisis argentina y que le llevó cinco años de elaboración.
Por este libro, Martínez también recibió en 2007 el premio de creación literaria de la Casa de América Latina en Portugal.
En 2004 presentó la novela «El cantor de tango», a la que calificó como un «homenaje a la memoria de la ciudad de Buenos Aires», donde ya no residía desde hacía varios años.
Su última obra data de 2009, «Purgatorio», con la que buscó concienciar al lector de que las dictaduras «más crueles» no son posibles sin la complicidad de la sociedad, según afirmó en una entrevista.
Ese mismo año, el autor fue incorporado a la Academia Nacional de Periodismo de Argentina en honor a su trayectoria en la prensa y la literatura. En 2009 al ser premiado con el Ortega y Gasset de Periodismo a la Trayectoria Profesional.
