Propietario de una sexshop de Bélgica ofrecía a sus clientes pagar menos IVA por ser una actividad similar a ir a un museo.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea frustró el intento del dueño de una sexshop de Bélgica de ofrecer sus películas porno como «actividad cultural».
El propietario del Erotic Center en la ciudad de Brujas ofrecía a sus clientes pagar menos Impuestos de Valor Agregado (IVA) por usar sus cabinas de cine porno, alegando que este tipo de servicio suponían «exenciones culturales» en el sistema tributario belga.
Este impuesto es generalmente del 21% en Bélgica, pero por los productos culturales —como las películas de los cines tradicionales— sólo se paga un 6%.
Según la corte europea, las cabinas de cine pornográfico que ofrecía el Erotic Center no son el tipo de actividades culturales que se benefician de esta tasa reducida, que sí se aplica a parques de atracciones, zoos o museos.
Cine individual
Tras más de seis años de litigaciones por este caso, el tribunal sostiene que para poder beneficiarse del IVA al 6%, las películas deberían verse de manera colectiva, no individual ni en la privacidad de una cabina.
«El pago hecho por un cliente para ver a solas una o más películas o extractos de películas en cabinas privadas no se puede beneficiar de la tasa reducida de IVA que se aplica a las entradas de cine o a otros eventos culturales», aseguró la corte, con sede en Luxemburgo.
