Escrita por el connotado dramaturgo nacional, Mauricio Barría Jara, «Impudicia» aborda desde una visión crítica la problemática de la violencia de género, sumergiendo al espectador en el doloroso mundo de una esposa que imagina la propia destrucción y muerte en manos de su marido, como única salida a una vida matrimonial sin sentido.
Con texto original del connotado dramaturgo nacional Mauricio Barría, la compañía SubTren de Valparaíso reestrena «Impudicia», dirigida por Gabriela Martina Aste. La obra, que aborda desde una visión crítica la problemática de la violencia de género, fue ganadora de la XV Muestra de Dramaturgia Nacional, tendrá una temporada de cuatro funciones los viernes 13 y 20; y sábados 14 y 21 de julio, a las 20:30 horas, en la Sala Ténnyson Ferrada del Centro Cultural Estación Mapocho. Adhesión general $3.000; dos por uno $5.000.
Escrita por el connotado dramaturgo nacional, Mauricio Barría Jara, «Impudicia» (Ganadora de la XI Muestra de Dramaturgia Nacional, 2005) aborda desde una visión crítica la problemática de la violencia de género, sumergiendo al espectador en el doloroso mundo de una esposa que imagina la propia destrucción y muerte en manos de su marido, como única salida a una vida matrimonial sin sentido, marcada por el desamor, la incomprensión, la rutina y la soledad. La acción se desarrolla a partir de la narración introspectiva del relato detallado de la situación de los cuerpos y de su recorrido emocional al ser deseado por el otro, en un mundo cuyas condiciones de humanidad se encuentran altamente flageladas producto de la auto exigencia y competitividad del ser contemporáneo, apegado irracionalmente a promesas no cumplidas de felicidad que gatillan angustias.
La violencia intrafamiliar en las relaciones de pareja es metaforizada por Barría, interesado por experiencia de la violencia proveniente del abuso de poder, tanto en episodios históricos como en actuales sociedades globalizadas, signadas por el individualismo y la deshumanización.
Dirigida esta vez por Gabriela Martina Aste, la obra explora la exacerbación del yo que constituye la personalidad autoritaria: cómo alguien sueña su propia muerte y es capaz de hacer heroico lo más vulgar. El espectáculo busca profundizar en el morbo colectivo de observar y disfrutar la simple y compleja tragedia del ser hoy, vinculándose con la misma impudicia del espectador que mira como un extraño, sucesos que se desarrollan desde su entorno más cotidiano, apuntando directamente a su propia subjetividad.
Una dueña de casa espera la llegada de su marido, quien viene atrasado. Ella cocina mientras espera, fantasea en las razones y motivos que lo llevan a él a dejarla de lado, imaginando las distintas formas en que desearía deshacerse de ella y elucubrando cómo no desea volver a su casa para cumplir con sus deberes conyugales. Con placer, devanea entre las posibles escenas de su propia muerte, construyendo su propio relato de heroína trágica, hasta que finalmente, la llegada del marido viene a completar el cuadro revirtiendo inesperadamente la acción. En forma de un monólogo aparente, la mujer va creando el personaje del marido, dándole vida y sentido a través de un relato que opina acerca de la autoestima del sujeto, de las relaciones de poder, de amor y de pareja, y, particularmente, de la construcción –y deconstrucción- de realidades en un mundo mediatizado.
