La muerte de Gabriel fue un momento que nos hundió, al final de cuentas. Estábamos en un abismo sin darnos cuenta, como que había llegado una abulia total, un no querer hacer nada, sin proponérselo siquiera. No estábamos haciendo nada, no había atisbos de creación, pero nosotros no nos dábamos cuenta de que estábamos en ese abismo. Quienes se dieron cuenta fueron Juanita y su pareja de ese entonces, Fernando Flores, y después de pensarlo y darle vueltas al asunto nos citan a una reunión para proponernos que Juanita tocara batería y Fernando el bajo, porque en ese tiempo Mario no estaba tampoco en el grupo. Nosotros no lo pensamos dos veces en todo caso… probablemente nos dimos unas vueltas por el salón, miramos por la ventana y sentimos la felicidad que nos llenaba y repletaba el corazón…. la necesidad de seguir tocando, porque “el que nace chicharra muere cantando”…. Entonces dijimos inmediatamente que sí y ahí nace Hijos de la Tierra, pero en un proceso de cinco años.
Respecto de la muerte del Gato, ése fue un golpe bajo, porque si estábamos sin una mano eso nos dejó sin las dos….y ahí sí que fue grave el asunto, pero de alguna forma, aunque parezca increíble, ya estábamos acostumbrados. No es que no nos conmoviera la muerte del Gato, pero ya habíamos tenido otra que había sido tan fuerte como ésa.
[cita]La desaparición del Gato fue todavía mucho más fuerte para el pueblo chileno, que no lo pudo creer.[/cita]
La muerte del Gato fue mucho más multitudinaria. Pero nosotros ya sabíamos que íbamos a seguir, no hubo ese planteamiento que nos pasó con Gabriel, ni esa herida ni esa indefinición… ahora ya teníamos el dolor inculcado. Esa experiencia nos había hecho comprender que entonces íbamos a seguir para siempre, así quedara uno, Los Jaivas iban a tener que seguir.
