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Actriz de «Gloria» y los premios Oscar: «Es difícil saber qué pasará. Es un sistema que está basado en mucho lobby» Paulina García habla de la película y de sus orígenes como actriz

Actriz de «Gloria» y los premios Oscar: «Es difícil saber qué pasará. Es un sistema que está basado en mucho lobby»

La ganadora del Oso de Plata en la pasada Berlinale como mejor actriz cuenta en esta entrevista que es difícil saber qué pasará con la película de Sebastián Lelio en los premios de la Academia de Hollywood, porque finalmente es un tema de influencias. En esta entrevista cuenta, además, de sus orígenes como actriz, de su trabajo en teleseries y de cómo le ha sobrevenido el éxito con la película más exitosa de su carrera: «Gloria».


La trayectoria de la actriz Paulina García habla por sí sola. Más de una veintena de obras de teatro como actriz, directora y dramaturga, así como una fructífera labor en cine y televisión podrían verse coronados si “Gloria”, su película más destacada, triunfa como mejor película extranjera en los Premios Oscar 2014.

En esta entrevista, Paulina García (1950) nos cuenta de sus inicios en la Escuela de Teatro de la Universidad Católica en plena dictadura, de su primera incursión en televisión (“Los títeres”, 1984) y de cómo llegó al cine, un género que le brindó un punto de inflexión a su carrera tras ganar el “Oso de Plata” del festival de cine de Berlín, por su rol protagónico en “Gloria”.

Paulina Garcia Foto: Agencia Uno

Paulina Garcia
Foto: Agencia Uno

-¿Cómo estás tomando el tema de la postulación al Oscar? ¿Crees que tiene posibilidades?

Es difícil saber qué influye para que la película quede dentro de la quina (de postulantes al Oscar a la Mejor Película Extranjera). Es un sistema que está basado en mucho lobby. Puede ser como no, las otras alternativas son súper buenas también.

-¿“Gloria” ha sido un trabajo más o un punto de inflexión en tu carrera?

Es un punto de inflexión, sin duda. Me gané un Oso de Plata. Cuando hay un evento así, siempre hay un antes y un después en tu carrera.

Ha sido el fruto de una larga carrera

También. No sucede que se obtiene un premio de esa envergadura porque es un chiripazo a los 52 años. Hay un trabajo persistente, riguroso y constante que respalda que alguien pueda llegar a obtener un premio así.

Hay un bar de Sebastián Lelio que lleva el nombre del personaje, ¿qué opinas de eso?

No lo conozco, pero me alegro por él. Es importante para él, debe ser un bonito lugar.

-¿Cómo evalúas su forma de trabajar, sin guión, con mucha libertad para la improvisación?

Me parece interesante, necesario, porque así uno puede otorgarle una tabla propia a ese empalizado que es una película. Finalmente hay algo ahí que humaniza y acerca el rol a lo que uno es. Entre lo que uno es y lo que está escrito, hay que encontrar una fusión, un movimiento nuevo, una dialéctica necesaria para que los personajes sean vivos. (Como directora) he trabajado con muchos textos que se han ido creando en el camino, con las actrices y conmigo misma interpretando y escribiendo en el camino, por lo tanto me gusta mucho eso. También me gusta mucho también trabajar con textos establecidos, ya escritos.

-¿Qué te parece que tras el Oso te hayan bautizado “la Meryl Streep” latina?

Fue un periodista argentino el que escribió eso. En todo caso, la comparación es siempre honorífica.

Orígenes

-Yendo al tema de tus orígenes, ¿por qué quisiste ser actriz?

-No tengo un por qué claro. Más bien respondió a una necesidad. Estaba buscando un lugar en el planeta. Sabía que estaba vinculado a las artes, no sabía a cuál. Había estudiado música, plástica, sin grandes resultados o sin que me provocara el entusiasmo que me provocó estudiar teatro. No tenía claro exactamente qué iba a hacer siendo actriz, sólo supe que tenía que hacerlo. Me parecía que en el teatro podía reunir muchas cosas que me interesaban. Jugando con amigos creamos unos pequeños personajes, los grabamos, hicimos una cosa de radio dentro del mismo ambiente universitario, después se hizo un café concert. Con el tiempo se fue afiatando ese personaje y de repente alguien me dijo: «Hey, ¿tal vez por acá?, tal vez podrías hacerlo en serio».

-¿Cómo era estudiar teatro en tiempos de dictadura? ¿Cómo recuerdas esa época?

Una época súper dura. Dura e interesante en algún aspecto, porque uno sentía que lo que estaba estudiando era súper necesario. Los artistas sentíamos que éramos parte de un movimiento que estaba buscando una salida nueva a lo que estaba sucediendo. Como artistas nos sentíamos responsables de esa búsqueda. Fue muy intenso y también muy doloroso, porque la represión era cotidiana, estaba muy inserta dentro de nosotros. La rebelión estaba prohibida. Los momentos de alegría, que eran muchos también, por razones variopintas, eran también culposos. Era muy contradictorio. Se vivía intensamente, pero también se sufría intensamente.

-¿Cómo era el tema de la censura?

Había leyes concretas que decían que no podías usar uniformes militares en una escena, ni nombrar la palabra “militar”, ni el término “golpe de Estado”. No podías nombrar a los servicios de inteligencia en escena. Había una obra que se llamaba «Antonio, Nosé, Isidro y Domingo» (cuyas iniciales aluden a la DINA), que escribió Mauricio Pesutic, porque no podíamos hablar de la DINA. Estaban prohibidas algunas palabras. Piensa tú que le quemaron la carpa de teatro a Jaime Vadell, allanaron el teatro Abril, el teatro La Comedia, degollaron al hijo del actor Roberto Parada. Caían presos todos. Caímos muchos. Si salías a la calle a hacer teatro para ganar un par de pesos, caías preso.

-Tú incursionaste en televisión en esa época, ¿cómo era eso? ¿Era distinto el ambiente?

Es que eran los mismos. Los mismos actores que estaban siendo perseguidos actuaban en la televisión; lo que pasa es que no trabajábamos en Canal 7 porque muchos estábamos vetados. Cuando yo empecé (en 1984), al poco tiempo volvieron a hacer producciones dramáticas y todos los que estaban en “La madrastra” eran gente de izquierda, en el Canal 13. El ambiente era más o menos parecido. No tiene nada que ver con lo que hay hoy día. Es otra realidad. Estabas pisando huevos todo el tiempo, no sólo porque la pega era poca, escasa, sino también porque no sabías a quién tenías al lado. Todos los medios de comunicación estaban intervenidos.

-¿Por qué quisiste trabajar en televisión?

Porque me pagaron plata y era importante. Estaba en segundo año, viviendo sola. Necesitaba trabajar, no había trabajo, ni siquiera restoranes para trabajar de garzón, era otro país. Te hablo de una época en la que había 25% de cesantía. En el curso nos ofrecieron a varios hacer un casting y dijimos «vamos todos», y de ese casting quedamos varios. Y cuando me pagaron, dije, cresta, puedo pagar seis meses de arriendo. Podía hasta juntar plata para la deuda universitaria.

Cine

-¿Cómo se dio tu incursión en el cine?

Todos los que trabajamos para “Tres noches de un sábado” (2002) en realidad trabajamos para una película de televisión, no de cine. (El director) Joaquín Eyzaguirre luego la agarró y la transformó en cine. Esa fue mi primera incursión en cine, aunque esa película nunca se estrenó como película totalmente.

-¿Cómo llegaste a “Gloria”?

Sebastián (Lelio) y Gonzalo (Maza) me llaman porque habían decidido escribir una película para una mujer adulta y me dicen que ese personaje podría ser yo. Aún no tenían nada escrito. Luego empiezan a conversar y a escribir. Viene el terremoto, se mete otra película de ellos, “El año del tigre”, y el proyecto se retrasa dos años. Recién nos volvimos a reunir en enero de 2012. Fue un trabajo interesante, intenso, que requirió mucha dedicación. Fueron dos meses de ensayo y cinco semanas de filmación.

-¿Por qué crees que ha tenido tanto éxito?

Creo que porque habla de un personaje que está como en segunda línea, que no es protagonista de ninguna historia, y que no está tirando ningún carro, no es punta de lanza de nada. No es un héroe, pero es un héroe, un héroe escondido. Ella hace de su vida algo heroico y es un personaje que está ahí: es tu madre, es tu hermana, es tu tía, es tu amiga o incluso tú mismo. Puede ser cualquiera, porque no es sólo la historia de una mujer, sino una historia común y corriente. Creo que hay algo allí de un personaje desprotegido, en el sentido de que anda por la vida sin demasiadas corazas, simplemente tratando de vivir lo mejor posible, que es lo que hacemos todos.

-¿Qué te ha dicho la gente?

Dicen que les encanta, que la encuentran muy honesta, que les gusta mucho que no sea una historia complicada, pero que al mismo tiempo tenga una complejidad existencial, que el personaje trasciende la historia, que no es la historia lo relevante, sino lo que ella va haciendo para salir adelante o para vivir, que revela mujeres de Chile, pero también del mundo.

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