Pablo Hales Beseler. Director de CÍVICA Ong., practicante de kung fú, músico, actor aficionado y… majadero.
Realmente no sé cómo puedo estar sentado frente al computador en mi oficina (de hecho, luego de haber redactado una escritura para un cliente a las 08:30), porque este fin de semana fue brutal, casi para pedirles a las productoras que No traigan más bandas y que todo sea como antes cuando no venía nadie.
Todo partió el jueves.
Como lo comenté en un artículo anterior, el concierto de Steve Vai fue lo esperado. Tanta genialidad que es rayana en lo ridículo. Es el virtuosismo llevado al absurdo. Maravilloso, pero agotador. Porque en todas las canciones había una improvisación de Vai con solos interminables, estridentes, magníficos. Es un artista de otro nivel, extraterrestre. Y se hace evidente por qué no puede formar parte de una banda. Con un ego de ese tamaño, no cabe nada más. Aunque el show tiene también su parte liviana y simpática, como cuando hizo subir a dos personas del público para “componer” una canción.
Unas palabras para la productora, Chárgola. Hermosa producción, todo muy cuidado. Un sonido estupendo a la altura de un prodigio musical. Lo mismo la iluminación, los palcos, la escenografía, así como también la seguridad, el cumplimiento de los horarios y el trato al público. Nada que decir, salvo felicitarlos. Y no es lo común, desgraciadamente.
El viernes fue el turno de Kreator. Los alemanes han estado seis veces en Santiago. De hecho fueron la primera banda de thrash metal que tocó en Chile. Y Mille Petrozza, su gran vocalista y guitarrista, se encargó de recordar esos hitos. Hizo ver lo importante que era Chile para Kreator. Recordó la primera visita, cuando fue necesario suspender el concierto porque el público estaba desarmando el escenario. Y otra de sus venidas, creo que el 2010 en un Necrofest, dijo que ahí había visto el mosh pit (ese círculo en el que baila el público, dándose golpes y empujones) más demencial y violento del mundo. Pidió que el que se hiciera ahora fuera más brutal y violento. Hizo separar al público de la cancha en dos bandos, dejando un pasillo central vacío para que hubiera un enfrentamiento de proporciones. Y el público estuvo a la altura.
La banda suena cada vez mejor. Yo creo que está a la altura de los más grandes del metal, en un escalón definitivamente superior al resto. Como Metallica, Slayer, Megadeth o Anthrax. De hecho siendo aún más extrema, podría estar perfectamente entre los BIG 4 o BIG 5 para ser más precisos.
Pensé que el sábado descansaría. Era el paseo de curso de mi hijo mayor que va en primero básico. Tenía la idea de una parcela, asado y piscina. Pero se me olvidaron las 25 criaturas….. ¡qué iba a descansar! Fue como haber estado en dos recitales de Kreator. La diferencia, por supuesto, es que a estas otras criaturas uno las ama de manera incondicional. Pero quedé agotado.
Y por supuesto que después de una tarde de piscina y fútbol con 25 cabros chicos no estaba en condiciones de ir a ver a las viejas glorias del thrash chileno que tocaban en el bar Steelclub de Maipú. Estuvieron Massacre, Nimrod, Vastator y Betrayed de Valparaíso. Mis saludos y mis respetos.
Desde el guitarrista espacial, la violencia extrema de Kreator y la energía ilimitada de las criaturas…. Pensé que el domingo sí que descansaba.
Pero se me había olvidado… Magma, la banda venida del planea Kobaïa…..
Así que partí nuevamente al Caupolicán, esta vez con mi amigo Igor Saavedra.
Para quienes no lo conocen bien, Igor es en estos momentos uno de los mejores bajistas de ocho cuerdas del mundo, considerado un experto y virtuoso por la prensa especializada, que pasea por el mundo el nombre de Chile. De hecho venía llegando de Los Angeles donde hizo “master class” en la Bass Player Live de 2013. Es el tercer año que lo invitan y lo confirmaron para el 2014. Allá lo tienen considerado al nivel de los más grandes y compartió cartel con Dave Ellefson de Megadeth, Frank Bello de Anthrax, Nathan East de Toto y de Eric Clapton, Jerry Jammot de Aretha Franklin, Nate Watts de Stevie Wonder, Billy Shehan, Rudy Sarzo, entre otras glorias del bajo. Allá lo tienen por virtuoso y lo admiran. Por supuesto que en Chile no le dan pelota.
Y nos fuimos a ver a los extraterrestres. Es una banda tremenda, que maneja la métrica y la armonía a niveles espectaculares. Los cambios rítmicos deben ser agotadores para los músicos y las canciones en kobaïano deben ser de una exigencia altísima para sus cantantes que parecen líricos. Supe que lo de Valparaíso fue un éxito. Un público entusiasta pero reducido.
Era sorprendente ver el cambio en el mismo lugar. Pasar desde Vai, Kreator hasta Magma demuestra que el espacio es excelente. Mis felicitaciones sinceras a la gente del Caupolicán, pues ha logrado mantener un espacio a la altura de los requerimientos en épocas que no han sido fáciles para el espectáculo.
Hablando en serio, no hay bolsillo ni físico que lo resista. Están viniendo todos. De todas partes del mundo, por desgracia, con los mismos precios de todo el mundo. Es tanto que no da el tiempo, por eso a los amigos del rock en Chile, avísenos para poder ir a verlos y comentarlos acá. De hecho el Festival Chile Rock 2013 que hicieron en la cúpula del Parque O´Higgins, también tuvo un buen cartel. Vayan mis felicitaciones a los organizadores.
Al terminar, unas palabras para Metallica. Se les dice de todo: que son comerciales, que se vendieron, etc. En fin, son los reyes del metal, fueron capaces de poner el metal en todos lados…. hasta en la Antártica. Y eso, al menos en parte, ha generado el espacio. Hasta este espacio.
Como dijo Petrozza en la noche de Kreator: hace 20 años en Chile ser metalero era un peligro, te podían tomar preso solamente por usar el pelo largo. Hoy, sin pelo evidentemente, podemos comentarlo en todos lados.
¡Que viva el rock!