Publicidad
Bad Religion ¿Otra vez el Diablo en Santiago? Rock y algo más

Bad Religion ¿Otra vez el Diablo en Santiago?

Pablo Hales Beseler. Director de CÍVICA Ong., practicante de kung fú, músico, actor aficionado y… majadero.


IMG_6202

Creo que ya he escrito sobre esto. Pero no deja de sorprenderme. Y no deja de hacerme pensar. Y mal, muy mal.

Hace unos meses salía de mi casa a la pega y al llegar al paradero me encontré de frente con una micro que casi me mató. No fue la imprudencia del chofer o que yo me pasara el ceda el paso. Fue el enorme letrero que tenía a un costado. Al principio pensé que estaba viendo mal, luego pensé que era un rayado, pero no.

Lo que vi fue un enorme letrero negro con una gran cruz blanca, ubicada dentro de una circunferencia roja y atravesada por una raya roja diagonal. Es decir un signo de prohibición de la cruz. Un signo anticristiano.

Entonces me di cuenta de que era un anuncio publicitario del recital que la banda norteamericana de punk californiano Bad Religion dará en Santiago este 14 de febrero en el Caupolicán.

Y claro, me hizo pensar en las cosas que escribí el año pasado sobre el verdadero triunfo del Diablo y en la forma en que ha cambiado Chile.

Porque a principios del gobierno de Aylwin, cuando Chile recuperaba su democracia (o por lo menos terminaba la dictadura), en términos prácticos y concretos, las fuerzas más conservadoras de la Iglesia católica fueron capaces de conseguir que se impidiera tocar en Chile a Iron Maiden. Y no sólo eso, era tal su poder de influencia que fueron capaces de cosas mucho más graves, como demorar 13 años la aprobación de la ley que permitiera el divorcio en nuestro país.

A principios de los 90, la vida en Chile estaba dominada por el control posdictadura, no hubo un destape como en España. No venía nadie. De hecho los dos primeros grandes recitales de rock fueron de Rod Stewart y Cindy Laupper. En fin…

Parece que Chile ha cambiado. La Iglesia católica, especialmente a través de sus grupos más conservadores, sigue tratando de impedir que nuestras leyes se adecúen a la realidad de las personas normales. Como lo dijo el  Sr. Miguel Otero con tan repugnante claridad.

Pero ya hay ley de divorcio, y temas como el aborto y el matrimonio homosexual están en la palestra. Y en lo que nos convoca, el rock tiene su espacio asegurado. El año pasado Iron Maiden, Slayer y Ghost (una banda realmente satánica) eran los auspiciadores oficiales del noticiero central de TVN…. ¡Cómo nos ha cambiado la vida!

De hecho, nos visitan bandas de rock de todo el mundo y de todos los estilos. Algunas verdaderamente satánicas. Y no hay ningún escándalo, como debe ocurrir en un país civilizado. Pero igual estamos en Chile, el país que inventó el doble estándar y la pacatería. Por eso me sorprendió ver el logo de Bad Religion (el “crossbuster”) paseándose por las micros del Transantiago.

Yo creo que esto finalmente es mucho más satánico que lo que los prohibicionistas han logrado ver. Porque esta “apertura” es sólo aparente. Chile sigue siendo un país muy cartucho, los poderes fácticos de la extrema derecha, el pinochetismo, los ultraconservadores, los mojigatos y los represores (que al final son los mismos) siguen teniendo mucho poder, mucho más del que podrían ejercer en una sociedad verdaderamente democrática.

Yo creo que esta apertura tiene que ver con el dinero, con lo comercial, con lo terrenal. Con lo verdaderamente diabólico. Creo que TVN acepta a Iron Maiden y Slayer como sus auspiciadores, principalmente porque le pagan. Porque llenan estadios y venden. Creo que la empresa de los buses que le dio el espacio a Bad Religion, probablemente no sepa qué cresta es Bad Religion, solamente recibió el cheque, se frotó las manos y en un gesto que sí es verdaderamente demoníaco, autorizó cualquier cosa con tal de vender.

Espero estar tremendamente equivocado.

Y ahora al rock.

Bad Religion es una de las bandas fundadoras del movimiento punk rock o hardcore melódico. Especialmente en su versión californiana. Para algunos menos beligerante o menos agresiva que los ingleses. Partieron allá por 1979 y han sido una de las piezas fundamentales para el movimiento punk norteamericano. Su música ha sido compañía de los surfistas y skaters de todo el mundo. Con más de 15 discos oficiales, creo que es necesario escuchar sus discos Suffer, Recipe for Hate y el último True North. Sus temas «American Jesus», «21th Century Digital Boy» e «Infected», son verdaderos himnos del hardcore melódico.

Pero donde Bad Religion ha dejado un verdadero legado es a través de la visión de su guitarrista principal, Mr. Brett Gurewitz. Cuando partieron se dieron cuenta de que los sellos discográficos no les iban a dar ningún espacio, por lo que este hombre tomó la decisión de correr con colores propios y creó su propio sello para sacar sus discos y los de sus amigos. Nada menos que Epitaph Records, uno de los sellos independientes más importantes del punk. De ahí han salido discos de Rancid, Offsprings, NFOX, Pennywise, Agnostic Front e incluso alguno de Joe Strummer de The Clash.

Desde ahí un hombre de 50 años vestido en un terno elegante conduce los hilos de un negocio que mueve millones y luego saca la corbata para subirse al escenario y recordarnos que a veces nos controla una mala religión. Y que la única religión que vale es la verdad.

¡Que viva el rock!

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias