Alejandro Lagos y su realismo fílmico
La película cuenta la historia de una mujer que va en busca del asesino de su hija, que es absuelto por los tribunales. Filmada con “cámara al pecho” en lugares como la Villa Portales, la cinta se destaca no sólo por un rol protagónico notable, sino también por sólidos personajes secundarios, además de la música de Pablo Ilabaca, que acompaña a la historia con fría precisión.
Una película cruda, muy real y violenta es “Génesis Nirvana”. Este filme actualmente en cartelera cuenta la historia de Patricia Lucía (Mariana Loyola), una mujer que quiere venganza luego que el asesino de su única hija de seis años es absuelto por la justicia.
Filmada con “cámara al pecho” en lugares como la Villa Portales, la cinta se destaca no sólo por un rol protagónico notable, sino también por sólidos personajes secundarios, además de la música de Pablo Ilabaca, que acompaña a la historia con fría precisión.
Este largometraje de 78 minutos aborda el tema de la justicia por mano propia al igual que “Matar un hombre”, de Alejandro Fernández, recientemente postulada al premio Oscar y al Goya. Aunque apunta hacia otros objetivos.
El film fue escrito y dirigido por el joven cineasta Alejandro Lagos (Santiago, 1983), que estudió en el Instituto Fílmico de Chile y anteriormente trabajó como asistente de dirección en series como “Tiempo Final”, “Huaiquimán y Tolosa” y “Gen Mishima”, además de largometrajes como «De Jueves a Domingo», de Dominga Sotomayor, y «Sal», de Diego Rougier, también en la labor de asistente de dirección.
Entre sus influencias, Lagos cita a cineastas como el argentino Gaspar Noé, los estadounidenses Darren Aronofsky, Gus Van Sant y Stanley Kubrick, o el británico Danny Boyle. “Me encanta el cine de directores donde sus personajes están expuestos a situaciones límites y actúan de forma extrema, y donde el desarrollo del relato es violento e inesperado”.
Eso misma pasa en esta película sin clichés, que no está basada en un hecho real en particular, aunque destile realismo puro, como lo hace en el retrato que hace de la Villa Portales.
“Me parecía un lugar rico arquitectónicamente y porque no quería caer en el cliché de desarrollar la historia en una población callampa, del pobre que reclama justicia. No. Había que ser neutro y este lugar es muy representativo de la clase media chilena”, dice.
De nuevo: ni un gramo de falsedad hay en esta obra. Lagos, criado en la población Dávila de la comuna de Pedro Aguirre Cerda, sabe de lo que habla y se nota.
“El realismo logrado tiene que ver con la mezcla de varios factores”, dice. “La actuación, la cinematografía (cámara subjetiva), el arte y por sobre todo el que estaba contando un mundo por el cual me moví siempre. Y en eso me basé fundamentalmente. Además, todo debía ser real, porque así lograríamos la máxima identificación con el espectador, que fue un norte que no abandonamos nunca”.
Por eso mismo también los personajes secundarios son tan de verdad, como unos «flaites» que parecen serlo realmente. “Además de trabajo y estudio de personajes, estos personajes me los crucé en la vida, por lo que tampoco fue tan difícil desarrollarlos. Los vi alguna vez”, revela.
En cuanto al mensaje del film, Lagos es claro: habla de la igualdad, o de la falta de ella. Por algo su próximo proyecto, el largometraje «Los Primos», cuenta una historia basada en hechos reales que habla de la falta de oportunidades.
“Sólo traté de reflejar el sentimiento de toda una sociedad chilena que reclama todos los días por una justicia igualitaria”, explica. “Es un tema de gran contingencia y quería hablar de eso. Creo que después de entablar un tema y provocar discusión sobre este, pueden aparecer puntos favorables para mejorar el problema”.
Para Lagos, en el sistema judicial chileno hay debilidades y privilegios sociales que no pueden existir. “Creo en la igualdad, y en base a eso, no estoy a favor, por ejemplo, que en Chile aún exista una justicia civil y otra militar”, ejemplifica. “O que el señor (Carlos) Larraín o (Johnny) Herrera, por nombrar los casos más conocidos, estén pagando de diferente manera a otros que están pagando con cárcel un atropello con resultado de muerte. La justicia debe ser igual para todos. Así no más”.
