Catalina Bauer estará hasta marzo de 2015
El objetivo es aprovechar la riqueza cultural del lugar y paralelamente desarrollar un proyecto de obra que integre trabajos en diversas disciplinas como video performance, tejido y dibujo, realizados a partir de la observación de sus rutinas en este nuevo contexto.
Desde octubre de 2014 y hasta marzo de 2015, la artista chilena Catalina Bauer (Buenos Aires, 1976) estará participando del Programa Internacional de Residencia LIA en la ciudad de Leipzig, en Alemania.
El espacio está ubicado en el reconocido Centro de Arte y Cultura Spinnerei, una antigua ex fábrica de algodón (data de 1884) que desde el año 2001 reúne a las galerías más importantes de la ciudad y a decenas de destacados artistas locales. Además cuenta con un teatro, una escuela de danza, un cine y talleres de cerámica, grabado y fotografía, entre otros.
Para la artista, el objetivo de esta residencia es aprovechar la riqueza cultural y el acceso a importantes museos, tanto en Leipzig como en otras ciudades de Alemania, y paralelamente desarrollar un proyecto de obra que integre trabajos en diversas disciplinas como video performance, tejido y dibujo, realizados a partir de la observación de sus rutinas en este nuevo contexto.
Catalina Bauer en su taller en Alemania
El Programa de Residencia LIA, junto con proporcionar un espacio de trabajo privilegiado, ofrece instancias de intercambio con otros artistas, curadores y galeristas, gestiona exhibiciones, talleres abiertos y participa de eventos como el recién pasado Winterrundgang el cual convoca a miles de visitantes en la Spinnerei.
Esta residencia está financiada por Fondart y cuenta con el apoyo del Goethe Institut, Taller Bloc, Galería Die Ecke y el Museo de Artes Visuales, instituciones y espacios donde luego se presentará el resultado de esta residencia.
Bauer es licenciada en Artes Plásticas de la Universidad Finis Terrae, con un magíster en Artes Visuales en la Universidad de Chile, y ha expuesto de forma individual en lugares tan diversos como Santiago, Veracruz (México) y Londres, entre otros.
“Siempre tuve la idea de ir a hacer un postgrado a Alemania, pero por distintas razones eso no fue posible y entonces pensé que una residencia era una alternativa interesante para igual acceder a ese contexto, donde surgieron movimientos y artistas que me interesan y han sido referentes importantes para mí”, cuenta Bauer desde tierras germanas.
La artista primero estaba enfocada en Berlín, pero conversando con otras personas se dio cuenta de que hay varias otras ciudades interesantes en Alemania, “así que me metí a investigar en internet, y postulé a varias, una vez que ya tenía el lugar comencé a buscar el financiamiento, y tuve la suerte de obtener un Fondart”.
En Leipzig, Bauer está trabajando en una serie de video performance, “en los que realizo secuencias de movimientos muy simples que observo de mis actividades cotidianas, y luego los voy trabajando con un sentido visual, más formal, como quien dibuja con el cuerpo”.
“Este es un proyecto con el que me vine para acá, pero estando aquí, el lugar, su historia y sobre todo el edificio y su arquitectura industrial, se han transformado en un componente más de la obra”, relata. “Paralelamente estoy trabajando en una serie de dibujos y tejidos, y comencé a asistir a un taller de posturas básicas de ballet en una academia que hay aquí mismo en el Spinnerei”.
Para esta creadora, la experiencia germana ha sido “muy interesante”, desde “el habitar una ex fábrica con espacios enormes y marcados por su historia, también recorrer la ciudad, percibir el tiempo en los cambios de arquitectura, usar el transporte, recorrer los parques, interactuar con personas de distintas partes del mundo, viajar en tren, probar la comida, en fin, todo resulta novedoso y estimulante”.
Al mismo tiempo, ha sido un desafío “con sus dificultades, el proceso de adaptación te obliga a replantearte muchas cosas, y eso es un muy buen ejercicio”.
“También he podido visitar museos, galerías y otro espacios como bibliotecas o centro de arte muy buenos, tanto en Leipzig, como en otras ciudades de Alemania y Europa”, señala.
“En particular de Leipzig me ha llamado la atención la cantidad de proyectos comunitarios que hay, ya sea para fomentar el reciclaje, escuelas libres de lenguaje, cultivo de alimentos orgánicos y también espacios de arte independientes, eso ha sido bien inspirador”, revela satisfecha.
¿Cómo ha sido la recepción de tus pares y el público a tu obra allí? “Ha sido una muy buena experiencia, la residencia es un contexto bien internacional, así que he conocido no sólo artistas y curadores alemanes, sino también de otros países de Europa, Europa del Este, Asia y Norte América”, responde Bauer.
“Por acá circulan siempre grupos que vienen de visita, ha comienzo de este año fue el Winterrundgang, que es un evento en el que participan todos los espacios, artistas y galerías que hay en el Spinnerei y atrae a miles de personas. Eso fue muy interesante, y recibí muy buenos comentarios”.
En cuanto a la diferencia entre el medio artístico chileno y su par alemán, Bauer cree que varía mucho según la ciudad.
“Leipzig se me ha presentado como un medio bastante amable, receptivo y abierto, pero eso puede ser en parte porque al estar en una residencia tienes su respaldo y accedes a sus contactos”, dice.
“Me imagino que al haber tanto espacio en esta ciudad, y tantas iniciativas de los mismos artistas pareciera que las posibilidades no son tan esquivas y que, si bien existe el circuito de galerías comerciales establecidas que están principalmente enfocadas en la pintura, hay paralelamente toda una escena de arte más experimental, muy interesante, que poco a poco he ido descubriendo”, indica.
En ese sentido, le parece que no es tan distinto al panorama que existe en Chile, al menos en Santiago. “La gran diferencia está dada por la infraestructura que tienen aquí las universidades y los museos”, destaca.
Atención editor:
-fotos de obras y artista en mail de Cultura del 28 de enero
