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Álvaro Lillo, bajista de Watain: El embajador de Chile en el Infierno del Metal Columna metalera

Álvaro Lillo, bajista de Watain: El embajador de Chile en el Infierno del Metal

El año pasado, en el marco del “Monkey Bloodfest, más de 3.000 chilenos con poleras de Watain, llenaron el Club Kmasú para ver y adorar a los suecos, una de las bandas líderes de escena mundial del black metal. En el bajo estaba Álvaro Lillo, chileno, el representante más fiel de la cultura oscura volcada al metal. Fue su talento musical, como su apariencia y sus convicciones, lo que llevaron a Lillo a saltar a lo más alto de las escena metalera mundial y ganarse desde ahí un puesto destacado en el mismísimo infierno.


En medio de esta tremenda crisis de las últimas semanas, no dan ganas de opinar ni de hablar de la “realidad nacional”, salvo que uno pueda soportar la ira y la desazón que toda esta verdadera maquinaria provoca.

Pero, un acto fortuito del destino, me hizo cruzarme con uno de los pocos políticos honestos que nos van quedando. Se trata de uno de los miembros más distinguidos de nuestro cuerpo diplomático de rockeros, el embajador ante el Infierno, Honorable Embajador Plenipotenciario Sr. Álvaro Lillo.

Los chilenos siempre estamos buscando a los compatriotas que triunfan en otros países. Tal vez por esa conciencia de ser una isla y vivir aislados de todo en el fin del mundo. La necesidad de ser reconocidos y destacados.

Saber si Zamorano ha sido o no el mejor centrodelantero del Real Madrid, si la poesía de nuestros poetas Nobel es conocida en todo el mundo, si Parra merece el Nobel por haber inventado la antipoesía (que debe ser reconocida en el mundo entero), si nuestro himno nacional o la bandera patria han sido premiadas en algún concurso internacional, si somos o no el país menos corrupto de América Latina…. Y un largo etcétera.

Álvaro Lillo, en Watain.

Álvaro Lillo, en Watain.

Como muchos de los rockeros más extremos, siempre había estado muy orgulloso de la posición que ocupa Pentagram en el concierto internacional y su innegable rol de banda fundadora del Death Metal, reconocido (sí, en este casos es verdad) a nivel internacional.

Sin ánimo de desmerecer el gran trabajo que por años ha desarrollado Anton Reisenegger, tanto a través de Pentagram, como por Criminal y Lock Up, hay otro chileno que ocupa hoy un lugar destacado en la escena metalera mundial.

El embajador

A fines del 2014, tuve la suerte (no sé si buena o mala, realmente) de conocer a Álvaro Lillo, en el marco del “Monkey Bloodfest 2014”, quien visitaba Chile como músico en vivo a cargo del bajo en la banda sueca de black metal Watain,  junto a Suffocation y Criptosy.

A partir de ese encuentro comenzamos una larga conversación, personal y luego a través de emails y redes sociales sobre la música, el rock, el trabajo, Dios y sobre todo, el Diablo.

Álvaro partió en el metal en su colegio en Concepción, con una banda escolar llamada Bastards, que más que tocar, castigaba sus instrumentos al ritmo del metal. En 1990 regresó a vivir a Santiago e intentó formar algo más serio, decidido a dedicarse al metal. La primera fue Hell Fire, pero lo más importante vino al incorporarse a Execrator en 1992, una banda que marcó presencia en el ambiente nacional, donde Lillo se convirtió en el frontman a cargo del bajo y la voz. Eso terminó en 1999 y se regresó a Concepción.

Fue así como por arte de magia (negra o blanca, no lo sé), fue invitado por los músicos de Undercroft (una de las bandas históricas de la escena metalera chilena) pues planeaban relanzar su carrera. Desde el 2003, la banda volvió a los escenarios y a los estudios y publicaron Danza Macabra. Fue en la gira preparatoria de su disco Evilussion (2002) por Europa, que decidieron dar el gran salto de sus vidas. Eran ellos solos con sus instrumentos y su gran amigo Héctor Vera que las hacía de roadie, sonidista, manager y sobre todo compañero. Entonces el productor sueco Daniel Bergstrand, los invitó a sus estudios en Uppsala, Suecia, donde gravaron su disco y comenzaron el ataque demoníaco a Europa.

AlvaroLillo_Execrator_Santiago

Fueron años muy difíciles, donde les tocó vivir la realidad de los inmigrantes ilegales, solos, con frío y hambre, entrando y saliendo de la entonces Comunidad Económica Europea, evitando a los policías y los controles. Al margen de la Ley, viviendo con los okupas y los punks. Se radicaron (si es posible usar ese término) en Hamburgo, desde donde han azotado Europa con sus ritmos bestiales.

Fue en esa época cuando Lillo comienza a profundizar sus vínculos con las demás bandas de la escena Black Metal nórdica.

En los países del Norte, las bandas de Black Metal gozan de mucha popularidad, tanto en las ventas de sus discos como en las noticias, son tan célebres los premios de la industria como las condenas de los Tribunales, por la quema de Iglesias y otros delitos.

Pero Álvaro parecía tener una marca en su destino y la banda Watain, hoy en día una de las bandas más grandes del Black Metal a nivel mundial, lo incorporó como bajista para todas sus actuaciones en vivo. Desde 2003, además de mantener vivo a Undercroft, Lillo gira por el mundo en los más grandes escenarios,  bajo el tridente diabólico de Watain.

Watain

Así fue que nos conocimos el 2014, cuando más de 3.000 chilenos con poleras de Watain, llenaron el Club Kmasú para ver y adorar a los suecos. Pero la adoración iba más allá y me bastó sentarme con Álvaro en el bar de la esquina, para disfrutar del afecto incontenible que esos metaleros le profesaban, como si estuvieran frente al mismísimo Lucifer.

Y así comenzó la conversación, hablando los sentimientos de este músico, que no fue profeta en su tierra y que regresaba a Chile desde Suecia, cargado de medallas y triunfos, para recibir el reconocimiento de sus compatriotas.

Álvaro Lillo y Pablo Hales

Álvaro Lillo y Pablo Hales

-¿Cómo ha sido para tu recibir este reconocimiento?

-No soy mucho de mirar atrás, pero si me detengo a pensar, me da risa, melancolía, satisfacción, rabia, todo huevón, es como las cosas son más simples de lo que se cree. Es el hecho de trabajar por un plan común y desarrollarlo sin pensar en otros, ni en cagar a otros sin antes conseguir realmente lo tuyo. Es fantástico andar en una gira donde cada uno cumple su función, cada uno en lo suyo y nadie es más, ni quiere ser más que el otro, acá cada uno en un componente de esta máquina, si no las cosas jamás funcionaran.

-¿Hablas de respeto profesional?

-Claro. El respeto y la camaradería debe estar en un sitial muy alto dentro de cualquier banda y su gente que trabaja junto a ellos. Esto no es un chiste, no es un juego, no es para pasarlo bien ni recrearse. ¡No! Lo que yo hago merece mi mayor respeto y dedicación y si alguien no lo toma así de serio, lamentablemente no puedo caminar junto a esa persona, en ninguna circunstancia. Yo nunca soñé con una casa, un auto, un perro, un gato, una familia y las vacaciones en Cancún, por eso no tengo ni soy nada de eso. Solo soy lo que mi conciencia dicta y mi espíritu me revela, y lo haré a su cabalidad hasta el fin y en su totalidad, no hay términos medios.

Para Lillo, su dedicación, no es un juego, es real, es una especie de religión. Tal y como los propios Watain lo plantean al mundo. No se trata de un juego de imágenes o poses de cómo deberían ser los músicos de Black Metal. Al contrario, en el caso de estos músicos se consideran realmente siervos y heraldos de un poder venido desde otro lugar.

-¿Si no se trata de una postura, qué es esto de la creencia oscura del black metal? 

-El Diablo que han pintado los cristianos durante su existencia no es más que el reflejo de sus propios miedos. Una caricaturización absurda e infantil para amedrentar mentes débiles. No podemos olvidar que la Biblia es el libro más controversial que la humanidad ha leído hasta ahora. Entonces, te puedo asegurar que cualquier creencia la baso fuera de toda intervención cristiana, desecho sus mentiras y manipulaciones. En mi entendimiento Satán y Lucifer son la misma energía, son dos nombres que corresponden a dos aspectos de la misma fuerza. Ambos son oponentes. Así como Satán/Lucifer trae consigo la esencia espiritual del Fuego, también hemos de sentir los efluvios del aire de Beelzebuth, del agua de Leviathan y la tierra de Belial. Un conjunto de poderes supremos, fuerzas puras elementales carentes de manipulación.

Una de las cualidades de hacer metal en Europa, en Alemania, es que este tipo de creencias, explica Lillo, todo el mundo las respeta. «No hay discriminación por el aspecto, ni las ideas. Hay respeto. Todos tienen espacio para ser escuchados. Es posible desarrollarse en un marco que te lo permite».

Y claro, Alvaro ya ha dado la vuelta al mundo con Watain y ocupa un espacio reconocido, que de alguna manera le ha abierto más aún, las puertas a Undercroft, que ha sido fichado por el sello discográfico Seasons of the Mist, casa matriz de Morbid Angel, Mayhem, Rotting Christ, Samael, Terrorizer, entre otras bandas claves en el Death y Black Metal.

Aún más, las fuerzas que aparentan haber fortalecido a Lillo en su proceso creativo, le han permitido incluso participar del renacimiento de Execrator, que ya tiene preparada una gira Latinoamericana. Incluso parece quedar algo más para reflotar a Kakko Demon, su proyecto unipersonal.

Se viene un período creativo aún más intenso y cuando cualquiera se encomendaría a Dios, Alvaro dice: El “yo” es parte de una ecuación mágica que debemos desarrollar. Exaltación es arder en las llamas de la liberación, es la danza del purgatorio, un estado en que todo es nada y vuelve a serlo. Lo que menos me ha gustado de todo esto es la humanidad y su vacía existencia, seres mundanos sedientos de banales reflejos. Pero estoy participando en esta “vida”, a veces asusta, a veces no, a veces da asco, a veces mucha impotencia y rabia. Trascender es más importante que el propio existir, en eso estoy muy seguro y dedico mucho de mí para este fin.”

Y por supuesto al cierre, cuando le pedimos a este embajador plenipotenciario en el Infierno que mande un mensaje para los metaleros chilenos, Lillo lanza su arenga:

Sigan firmes en su senda, no teman y sean temidos. Mantengan encendidos los calderos y afiladas las dagas. Brindemos por los valientes y no por los impostores. Que los Dioses Negros del Caos os devoren y nos llenen de sabia eterna. El viaje es largo y sus alas son negras!  Fuerza y Honor… Hasta la Muerte ¡SALUD INFAMES COMPATRIOTAS !”

Después de esas palabras, solo queda brindar.

¡Qué viva el rock!

 

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