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Raúl Camargo, director del FicValdivia: «Somos una organización con hambre cultural»

Raúl Camargo, director del FicValdivia: «Somos una organización con hambre cultural»

A poco más de un mes de que se inicie este importante certamen y a días de que se libere la programación, el director pone el acento en el acercamiento con los públicos y en la importancia de traer películas a este festival, de las que se tiene plena claridad, que no se exhibirán en Chile. “Somos una organización que tiene mucho hambre cultural, que tiene una necesidad de contacto con la comunidad y la única posibilidad de establecer ese contacto es con acciones concretas», dice.


El festival que ha transformado a la ciudad de Valdivia en un foco cultural, no sólo durante la semana de duración sino que a lo largo de todo el año, se alista para montar una nueva versión. Como ha caracterizado a sus 22 años de vida, el FIC Valdivia es un evento con una visión que apuesta por la producción audiovisual chilena que no tiene un espacio asegurado en las salas de cine del país.

Así lo enfatiza su director, Raúl Camargo: “Más allá de la posibilidad de ver películas el punto es cómo verlas y por qué mostrarlas, y en ese sentido, el festival tiene un compromiso de privilegiar películas que sabemos que no se van a exhibir en Chile. No damos películas que sabemos que tienen distribución. Y a su vez generar una mixtura entre el cine contemporáneo y el del pasado en celuloide”.

Uno de los eventos más reconocidos a nivel latinoamericano que, con 22 años de trayectoria, comparte igual realidad de muchos festivales en el país que cada año viven en la incertidumbre de cómo se financiará la siguiente versión. Con un mayor porcentaje de dineros públicos, el FIC Valdivia depende de los fondos concursables para asegurar su realización.

“El festival lo que requiere es un apoyo público constante, no concursable. No sólo el festival. Hay trece instituciones, doce en Santiago, que tienen apoyo en la glosa presupuestaria de la nación. Pero hay más de trece instituciones en Chile que generan una actividad cultural constante y que merecen un apoyo más decidido del Estado”, declara el director de FIC Valdivia.

Como todos los años, la inestabilidad presupuestaria es la piedra en el zapato de los eventos de cine y se traduce en el límite de insumos básicos como el número de invitados y de películas a proyectar y a subtitular. Esta situación -no ajena a otros festivales- no se condice con el permanente apoyo discursivo que emana de las autoridades culturales y regionales.

Sin embargo, esto no ha impedido que el FIC Valdivia implemente un programa anual con el objetivo de que la actividad cultural se prolongue más allá del mero evento. A la fecha cerca de cinco mil personas han asistido a las actividades al aire libre y en salas de cine, una cifra importante considerado que el festival aún no empieza.

“Somos una organización que tiene mucho hambre cultural, que tiene una necesidad de contacto con la comunidad y la única posibilidad de establecer ese contacto es con acciones concretas. Ya generamos un espacio para el cine que no se ve en Valdivia. Entonces no podemos solamente hacer que ese espacio se evidencie en octubre, tenemos que hacerlo también el resto del año”, sentencia Camargo.

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