El lugar, que hoy cumplirá cinco años, fue fruto de una larga labor de generación de audiencias en la comuna. “Hoy podemos decir que tenemos un público que sabe ver teatro, escuchar un concierto y ver cine, y eso ha sido gracias a que hemos buscado la construcción de un ciudadano culturalmente activo, que es nuestro propósito final”, asegura.
La comuna de San Joaquín está de fiesta. Hoy se celebrará el quinto aniversario de su centro cultural, cuya construcción fue fruto de una larga y paciente labor de generación de audiencias en la zona, gracias a un modelo que es ejemplo para otros barrios.
La celebración se realizará en el propio centro (Coñimo 286, en las Industrias con Carmen Mena), un lugar cuyo principal atractivo es una sala de 400 butacas que cuenta con altos estándares de calidad en términos de sonido, iluminación y producción, por donde han pasado destacados artistas nacionales e internacionales.
En la ceremonia de esta noche estarán el alcalde Sergio Echeverría, el secretario ejecutivo Francisco Valenzuela y también Jonny Labra, el famoso ex bajista del grupo Sol y Lluvia que oficia como asesor de contenidos y programación de la Corporación Municipal de Cultural.
Labra lleva diez años en la Corporación y cuenta que la principal clave ha sido la vinculación con el territorio “que nos permitió instalar lo que llamamos un clima cultural” entre familias de gran precariedad económica, que no disponían de dinero para ir al cine o a un concierto, pero sí interés.
Recuerda que cuando él llegó no había una política cultural y que una de las primeras tareas fue contar a los vecinos de barrios como La Legua o Las Castrina que iban a poder acceder a la cultura de manera gratuita.
“Durante cinco años hicimos este trabajo de crear este clima cultural con una presencia permanente, cuyo fruto natural fue acceder a un programa de construcción de centros culturales para comunas de más de cincuenta mil habitantes en el primer periodo de la presidenta (Michelle) Bachelet”, rememora.
¿Cómo se genera audiencia? Tras constatar que había un interés cultural, el equipo de Labra tomó varias medidas: crearon mesas culturales en cada una de las zonas en que está dividida la comuna (son siete), integradas por artistas, las organizaciones culturales y grupos como juntas de vecinos o clubes deportivos, que permitieron hacer “el cable a tierra” con la comuna.
Las actividades en terreno fueron numerosas. Partieron por la difusión en lugares como las ferias, donde regalaban entradas y eventualmente también montaban algún espectáculo. Además crearon un servicio de bus (Buscultura) para poder acerca a los vecinos a los espectáculos.
Asimismo, trabajaron el cine con los colegios municipales con el programa Cineduca, donde en básica y media han visto temas como el medio ambiente, las reivindicaciones de los pueblos originarios y el movimiento estudiantil, foro incluido, con el fin de estimular el pensamiento crítico.
Otro hito han sido los encuentros artísticos territoriales (verdaderas fiestas de barrio), que son permanentes a lo largo del año y se realizan desde 2007, donde actúan los artistas de la zona, donde facilitan infraestructura técnica y entregan algunas orientaciones.
Por último está el Festival de Teatro de San Joaquín, que realizan junto a Teatro a Mil, que ha permitido la exhibición de obras de gran renombre.
Los resultados están a la vista: la masiva asistencia a los diversos espectáculos de cine, teatro y música no sólo ha creado un hábito entre los habitantes de la comuna, sino que también se han multiplicado los grupos musicales juveniles de rock, pop y jazz , entre otros (ya son 34), las compañías de teatro (ocho) y otras organizaciones culturales (que pasaron de 15 a 100).
Tras la construcción del centro cultural, en tanto, el trabajo de audiencia se afianzó. “Hoy podemos decir que tenemos un público que sabe ver teatro, escuchar un concierto y ver cine, y eso ha sido gracias a que hemos buscado la construcción de un ciudadano culturalmente activo, que es nuestro propósito final”.
“Vivir la experiencia artística es transformadora”, destaca Labra. “Para nosotros el que la gente tenga la posibilidad de acceder a una obra de arte le da la posibilidad de tener mayor sensibilidad, una visión más amplia y valores”, lo que permite tener “mejores vecinos, mejores comunidades, mejor comuna, mejor convivencia, más tolerancia y más participación”.
