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Metropolitan Opera House, una experiencia HD en el Nescafé de las Artes Opinión musical

Metropolitan Opera House, una experiencia HD en el Nescafé de las Artes

La experiencia es interesante, ya que normalmente un cantante hace de presentador y entrevista a los principales protagonistas mientras se pasea tras el escenario, en los camarines, talleres de vestuario y otras salas de ensayo durante la función. Estas intervenciones nos permiten apreciar lo que sucede dentro de la producción; así es cómo vemos los rostros de cantantes saliendo del escenario donde acaban de vivir una apasionada escena de amor o los acaban de asesinar…. Extenuados deben hacer un esfuerzo por salir de su personaje y sonreír a las cámaras.


Asistir a un teatro para ver en la pantalla lo que sucede en vivo en otro lugar, es toda una experiencia. Esta iniciativa, en HD con una excelente resolución de imagen apoyada por doce cámaras, permiten ver la acción de la ópera como nunca antes se había visto.

El programa de la ópera de Nueva York ya cuenta con diez años de vida y las transmisiones en directo se ven en los cines y teatros de pequeñas y grandes ciudades del mundo.

La temporada de este famoso espacio cultural, el “Metropolitan Opera House”, se realiza entre los meses de septiembre hasta abril de cada año y para este programa se escogen diez títulos que son funciones en vivo los días sábados a medio día. El altísimo nivel de cantantes es un sello característico, ya que cuentan con los mejores especialistas para cada reparto.

La experiencia es interesante, ya que normalmente un cantante hace de presentador y entrevista a los principales protagonistas mientras se pasea tras el escenario, en los camarines, talleres de vestuario y otras salas de ensayo durante la función. Estas intervenciones nos permiten apreciar lo que sucede dentro de la producción; así es cómo vemos los rostros de cantantes saliendo del escenario donde acaban de vivir una apasionada escena de amor o los acaban de asesinar…. Extenuados deben hacer un esfuerzo por salir de su personaje y sonreír a las cámaras.

Detalles del vestuario y escenografía, entrevistas a los creadores de este mágico espectáculo nos develan el complejo y delicado trabajo que hay detrás de cada producción. Por otro lado, la presentadora nos lleva a otra sala de ensayo en la que en ese momento cantantes en ropa de calle realizan escenas de un futuro título. Sin duda, una experiencia que invita a ver la ópera con diferentes miradas en 360 grados.

Asistimos al popular título pucciniano, “Manon Lescaut”, que contó con la glamorosa soprano Kristine Opolais y el reconocido tenor Roberto Alagna en los roles titulares y bajo la experimentada batuta del director Fabio Luisi. La puesta en escena adaptada a los años ‘40 fue una acertada visión del director Richard Eyre, quien justifica el cambio de época inspirado en la versatilidad del vestuario, que va más acorde con el drama. Escalas, balcones y rampas mirados desde los varios ángulos dan cuenta de la fastuosa producción.

Más allá de calificar sus participaciones en detalle, quisiéramos destacar la experiencia. Mientras los melómanos esperaban con ansias el gran momento de la soprano en su aria final “Sola, perduta abandonnata”, en los intermedios fuimos al backstage y asistimos al mundo tras las bambalinas. Las entrevistas nos acercan a los artistas y así es como el director musical Fabio Luisi señala que en esta ópera es clave el color y conectarlo con las diferentes ambientaciones musicales de cada acto. Por su lado, el tenor Alagna responde que los desafíos de su personaje son la versatilidad entre ser ágil y juvenil, y a la vez dramático; y el bajo Brindley Sherratt nos revela que su mayor desafío es subir y bajar las escalas del hotel para cantar desde el balcón en un momento y en la calle en otro.

Sin duda, las transmisiones en HD exigen mayor cuidado a los cantantes de su presencia física en la interpretación. Los detalles del maquillaje y sobrepeso con trajes ajustados son evidentes. Este cambio estético rompe el paradigma de la caricaturización de que la opera son cantantes obesos y chillones.

Con esta iniciativa, el Met busca cautivar nuevas audiencias, ya que con este formato miles de personas en más de dos mil pantallas en 90 países asisten a este espectáculo simultáneamente. En Chile se transmite en el Teatro Nescafé de las Artes y aún quedan tres títulos de esta temporada con la popular Madame Butterfly el 2 de abril, el belcanto de Roberto Devereux el 16 de abril y finaliza con la dramática Elektra el 30 de abril, todos a las 14:00 horas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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