Curada por Ismael Frigerio, la muestra de Juan Carlos Bustamante recopila una treitena de obras de la última década cuyas temáticas giran principalmente en torno a la periferia urbana y todo lo que la rodea, gatillando una reflexión crítica sobre la sociedad contemporánea y sus contradicciones. La exhibición también incluye manifestaciones más abstractas, que el artista llama “vírgenes” inspiradas en la populares y míticas “animitas”.
Dedicado muchos años al cine, como director, guionista y director de fotografía donde ha obtenido gran reconocimiento, el pintor se empodera y regresa a las artes visuales con obras de extraordinario simbolismo que reflexionan, entre otras temáticas, sobre la sociedad actual y sus conflictos, a través de una obra vigorosa y matérica que cautiva por el manejo del color y la textura. “…los cuerpos en sus entornos mundanos y citadinos que como iconos nos asaltan a nuestros mirada y se desplazan por la superficie de los linos, han sido escogidos con reflexión, con sentido, con ahínco y expresión. Los temas se trasladan desde este mundo extremo, en este caso a lo que llamo profano, a manifestaciones casi abstractas, a quien el artista llama “vírgenes”, y que el despliegue de la materia, la riqueza pictórica, el superior uso del color, nos hace entender de aquello popular en donde la sagrado se transforma en materias y objetos de culto…”, reflexiona Ismael Frigerio en su texto curatorial acerca de la muestra.
“Aunque dedico gran parte de mi vida al cine, jamás he dejado de pintar. Actualmente me aboco por entero a ello, potenciándolo con la poesía que es otra de mis pasiones”, señala el artista.
Juan Carlos Bustamante experimenta con aplicaciones de pintura que incluyen materiales no convencionales y técnicas filtradas a través de una gran variedad de medios, incluyendo la tierra, pigmentos, arcilla, cenizas etc. Sus temáticas, exploran las temáticas de la memoria, el tiempo, la emoción, la autenticidad, la perdida, y la apropiación. Expresa las realidades que se encuentran en la vida que no siempre son los aspectos positivos, hermosos, sino que incluyen la fealdad y la confusión que se experimenta en nuestra cultura consumista, violenta y psicótica. Los sentimientos de desesperanza, el caos y la incertidumbre que podemos encontrar en la vida cotidiana.
Juan Carlos Bustamante (Talca, 1947) transcurrió su infancia en la región del Maule, lo que marcará profundamente su imaginario y obra. A los 20 años abandona Chile instalándose en Europa por cuatro años. Regresa en 1971 a su lugar de origen para realizar un proceso que él describe como “el desentrañamiento e internalización de las vivencias de infancia y juventud”, el cual se extenderá por 10 años Con su hermano Patricio, director de cine, se unen laboralmente en 1980 para realizar algunos trabajos cuya temática es el amor que les provoca el hermoso paisaje de su infancia, como el desconcierto que les produce la terrible miseria que los rodea. Destaca en este período la película El Maule. Más tarde realizará en forma individual dos largometrajes: Historias de Lagartos y El Vecino, donde aborda el tema del “exilio interno”, motivo que nutrirá e inspirará también su pintura.
Bustamante pinta desde muy joven y siempre ha evitado el formalismo y la academia. Muy influenciado por el conceptualismo y el Land Art, a partir de su estrecha amistad con Juan Castillo y Loty Rosenfelt del grupo CADA, que lo hizo cuestionar la pintura y acercarse al cine por ser un medio aparentemente más directo y masivo en un contexto de dictadura. Entre sus muestras más destacadas en Chile, se cuentan en la galería Espacio Siglo 20 de Alberto Pérez, en la década de los 80, y más tarde en 2013 en la galería El Ladrón de Bicicletas y en 2014 en Espacio Matta.
Exposición «De lo sacro a lo profano» de Juan Carlos Bustamante.
Factoría de Arte Santa Rosa, Santa Rosa 2260, segundo piso, Persa Bío Bío.
Desde el 19 de marzo.
