Libros de Actualidad: «La Reforma Agraria en Chile. Historia, efectos y lecciones» Alberto Valdés y William Foster
El haber subtitulado su trabajo como una “Historia” del proceso fue una mala idea. El lector (especializado, en este caso) espera mucho de esa bajada y se encuentra con poco. Sensato, pero poco. Mejor habría sido algo así como “cifras de una historia”, porque en cuadros y gráficos el texto es superlativo para cada una de las cuatro etapas del proceso: antes de 1964, hasta 1971, durante la UP, y en el Gobierno militar.
¿Un libro más sobre la Reforma agraria? ¿Será necesario con todo lo ya publicado?
Sí. El proceso de transformación de la sociedad rural chilena, de su economía, de sus coordenadas políticas, fue de tal magnitud que puede seguirse investigando sobre la materia casi al infinito (piénsese, por ejemplo, en la apenas explorada relación entre Reforma agraria y deterioro de la familia y la religiosidad popular en los campos de Chile).
En ese pozo sin fondo buscan nuevas aguas los dos investigadores de la Facultad de Agronomía de la PUC y lo hacen con especial capacidad y experiencia.
Pero el resultado es, sin duda, disparejo.
El haber subtitulado su trabajo como una “Historia” del proceso fue una mala idea. El lector (especializado, en este caso) espera mucho de esa bajada y se encuentra con poco. Sensato, pero poco.
Mejor habría sido algo así como “cifras de una historia”, porque en cuadros y gráficos el texto es superlativo para cada una de las cuatro etapas del proceso: antes de 1964, hasta 1971, durante la UP, y en el Gobierno militar. Pero en consideraciones generales de historia política, de historia de las mentalidades y de historia social, se queda muy corto. Hay comentarios sobre esas dimensiones, hay una que otra raspadura a la DC y a la UP, pero habría sido mejor obviar todo aquello, ya que no se lo domina.
El contraste con la información económica es demasiado grande. Los investigadores, en su dominio propio, han hecho un trabajo de joyería, de gran importancia para el conocimiento de la estructura agrícola, del uso de los suelos, de la producción y de la productividad, de los costos fiscales de administración y de las pérdidas y ganancias de los propietarios expropiados y de los beneficiarios, así como de las medidas de intervención de precios y del comercio exterior.
En esa dimensión, el libro de Valdés y Foster es imprescindible y, como ellos mismos lo afirman, deja una lección rotunda: la Reforma agraria se diseñó en Chile en base a un diagnóstico errado, se aplicó con un modelo muy ineficiente (los asentamientos y las CERAS), desde Allende se integró a un proyecto completo de transformación socialista y trajo como consecuencia una declinación en la producción.
Así, como a la pasada, casi sin darle mayor importancia, los autores dejan caer una de las afirmaciones que mejor resumen todo su trabajo de números, proyectándolos al proceso completo, la Reforma agraria. Nos dicen que al comienzo se publicitó como un plan para entregar tierras a los pequeños agricultores, pero que a los pocos años se transformó en algo muy diferente, un modelo cuasi corporativo de producción a gran escala. Valdés y Foster consignan que sólo durante los primeros años del Gobierno militar esa característica sería revertida, con la asignación de parcelas a unas 56 mil familias.
El lector interesado encontrará en este buen libro los números duros que los autores aportan, así como las lecciones que extraen. Todo útil para continuar con una discusión abierta.
Alberto Valdés y William Foster, La Reforma Agraria en Chile, Historia, efectos y lecciones, Ediciones UC, Santiago 2015, 98 páginas
Gonzalo Rojas Sánchez
