Casi siempre es entretenido leer sobre conspiraciones, sobre sociedades secretas. En este caso, además, puede ser muy ilustrativo para saber hasta qué punto El Yunque ha desarrollado en Chile unas acciones de penetración realmente desaconsejables. Seguramente Mata tiene mucho más que contarnos sobre El Yunque en nuestro país.
Santiago Mata, El Yunque en España. La sociedad secreta que divide a los católicos. Amanecer, Madrid, 2015, 333 páginas.
¿Le ha llegado alguna vez algún correo de Citizens-go o, años atrás, de Muévete-Chile?
Si es así, el libro de Santiago Mata -aunque esté referido a la situación de España- le va a significar un gran aporte para vincular a esas organizaciones con El Yunque.
El Yunque… ¿qué diantres será El Yunque?, se está preguntando usted.
Ese es justamente el propósito del libro de Mata, periodista e historiador que ha dedicado su último esfuerzo de investigación a develar la fundación, estructura, financiamiento, comportamiento y formas de penetración de esta sociedad secreta.
Lo que Mata logra determinar -en medio de un cúmulo de información por momentos excesivamente detallada y no siempre bien sistematizada- es que El Yunque fue fundado hacia 1953 en México y que desde entonces ha reclutado jóvenes para una acción política que los miembros de la organización califican como “la restauración del reinado social de Cristo”. El autor logra mostrar con abundantes fundamentos la dependencia que los orgánicos del Yunque tienen de la sociedad secreta a partir de un juramento que los liga de por vida y les prohíbe contar esa afiliación, incluso a sus familias. Explica que el carácter secreto de El Yunque se fundamenta en que no quiere ni depender de la Iglesia Católica -a la que simplemente instrumentaliza- ni del Estado, al que considera corrupto y objeto de conquista.
La llegada de El Yunque a España hace ya más de 50 años pudo pasar inadvertida, pero la presencia de sus miembros más maduros en las diversas organizaciones que han constituido públicamente, Hazteoir, Instituto de Política Familiar y Profesionales por la Ética, despertó muchas sospechas con el paso de los años, hasta que entre 2014 y 2015 dos juicos públicos terminaron por poner a algunos de sus principales dirigentes en un doble enfrentamiento: con algunos obispos españoles que ya han denunciado a la organización y con otros católicos que han hecho lo mismo y han logrado salir indemnes de las querellas por calumnia interpuestas por los yunqueros.
Lo que está pendiente, en todo caso, es una condena de toda la Conferencia episcopal española, porque hasta ahora sólo ha habido pronunciamientos de unos pocos obispos.
Volvamos a Chile.
El libro de Mata hace una media docena de referencias a la presencia de El Yunque en nuestro país. Consigna su actuación -oculta por cierto y contraria al espíritu de los organizadores chilenos- en algunos de los congresos Católicos y Vida pública de hace pocos años y en actividades organizadas en el DUOC, denominadas Escuela Nacional de líderes secundarios católicos. Reitera que la plataforma Citizens-go y su antecesora Muévete Chile, son en realidad organizaciones de fachada -tapaderas, las llama- de la organización secreta. Y menciona también al Instituto Phoenix que ha promovido algunas actividades en la Universidad de Notre Dame en Indiana, a las que han acudido jóvenes chilenos.
Casi siempre es entretenido leer sobre conspiraciones, sobre sociedades secretas. En este caso, además, puede ser muy ilustrativo para saber hasta qué punto El Yunque ha desarrollado en Chile unas acciones de penetración realmente desaconsejables. Seguramente Mata tiene mucho más que contarnos sobre El Yunque en nuestro país.
Gonzalo Rojas Sánchez
Académico