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Las Mil y una Noches: La magia de contar historias en el Pequeño Municipal Crítica de música

Las Mil y una Noches: La magia de contar historias en el Pequeño Municipal

El domingo 24 de julio, el principal proscenio capitalino estrenó un nuevo título en su programa del Pequeño Municipal. Inspirada en la suite sinfónica del compositor ruso Nicolai Rimsky-Korsakov, la compañía Teatroonirus recrea cuatro historias que forman parte de la musicalización de la obra. Cada una crea atmósferas diferentes con las narraciones fantástica de Las Mil y una Noches.


Simbad, el valiente marinero, navega con su barco en el mar y estalla una furiosa tempestad. A punto de zozobrar, lucha resistiendo olas imaginarias. De pronto la borrasca cede paso a la calma y Simbad saluda extenuado. Los niños observaban impresionados. Esta famosa historia oriental, que ha sido trasmitida por la tradición oral desde hace varios siglos, hoy vuelve a revivirse en el principal coliseo santiaguino.

La compilación de Las Mil y una Noches fue la narración que inspiró a Occidente a conectarse con las fascinantes historias de la tradición Oriental. Las narraciones fantásticas se han mantenido vigentes desde hace siglos y quizás el gran desafío de esta nueva propuesta del Teatro Municipal es poder trasmitir la magia en una puesta en escena cautivadora.

El domingo 24 de julio, el proscenio capitalino estrenó un nuevo título en su programa del Pequeño Municipal. Inspirada en la suite sinfónica del compositor ruso Nicolai Rimsky-Korsakov, la compañía Teatroonirus recrea cuatro historias que forman parte de la musicalización de la obra. Cada una crea atmósferas diferentes con las narraciones fantástica de Las Mil y una Noches.

Resumida en cuatro historias, cada noche Scherezade se las va contando al sultán Shariar, un hombre imponente que infunde temor. El sultán desconfiaba de las mujeres y desposaba cada noche una doncella a la que ordenaba matar al día siguiente. Scherezade voluntariamente se ofrece para desposar al sultán sabiendo que podía seducirlo con su astucia y la magia de contar cuentos. De a poco, el sultán fascinado con las historias se va rindiendo y enamorando, terminado con un final feliz.

Musicalmente es una obra descriptiva y llena de alusiones románticas. Las cuatro escenas son las narraciones de El Mar y el barco de Simbad, la historia del príncipe Kalendar, la de los jóvenes príncipes enamorados y finalmente la Fiesta en Bagdad.

Tiene especial relevancia el leit motiv (idea musical) de Scherezade interpretado por el primer violín. Esta frase se va repitiendo durante toda la obra, evocando una atmósfera lejana y fantástica que nutre el imaginario colectivo de este mundo desconocido.

Adaptado a una reducción orquestal, el maestro Pedro Pablo Prudencio, dirigió al conjunto logrando matices y sonidos brillantes que dibujaron los paisajes orientales. Especial relevancia tuvo el violinista Francisco Rojas quien tenía a su cargo el popular leit motiv de Scherezade. Su interpretación contuvo y enmudeció al público al crear una mágica melodía que nos transportó, con delicadeza y sutilezas, a un mundo nostálgico y fascinante.

En este ejemplo citado a continuación, permite al lector conocer quien es Scherezade en el imaginario musical de Rimsky Korsakov. https://www.youtube.com/watch?v=6kaQNPPuizs

Por su lado, el guión adaptado por Horacio Videla recreó la mágica corte del sultán con inteligencia y humor.

Muy ágil la escena de la tempestad que vive Simbad, a cargo de Germán Díaz, en una nave que lo hizo tambalear recreando el mar con banderas.

La acción continúa con las aventuras del generoso príncipe Kalendar, a cargo de Felipe Montanares, ayudando al mercader con la pesada carga y defendiendo a la vendedora de naranjas acosada por los hábiles ladrones, lo que permitió ver una entretenida triple pelea.

Con evidentes inserciones circenses, los príncipes enamorados impresionaron a la joven audiencia bailando en las cuerdas colgantes. Excelentes acróbatas interpretados por Natalia Mora y Gabriel Gana deslumbraron con sus aéreas piruetas.

La iluminación a cargo de Rodrigo Cruces y Alexis Erpel, fue clave para retratar el mundo fantástico de los cuentos con el mundo real en el que el sultán, interpretado por el propio Horacio Videla, seguía fascinado por la narración de Scherezade, a cargo de Javiera Carrillo.

Finalmente, la fiesta de Bagdad permite reunir a toda la troupe liderada por un afectuoso y acertado camello, que llevaba en su lomo a princesas sonrientes.

Todo un acierto de este nuevo título del Pequeño Municipal que recrea, con atractivos guiños en un montaje efectista y ágil, esta milenaria historia.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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