Entre el 6 y 9 de octubre
Por primera vez este año, participará en FRIEZE -una de las ferias de arte más importantes del planeta- el escultor chileno Fernando Casasempere: Su obra comprende alrededor de mil 800 piezas de porcelana blanca, cada una de las cuales fue hecha a mano por el mismo escultor y están pensadas para que, paulatinamente, se integren al paraje. A medida que transcurran los meses, el pasto crecerá entremedio de cada unidad; es decir, la escultura modificará el paraje, pero la naturaleza también se encargará de cambiar la apariencia de la instalación.
Entre el 6 y 9 de octubre se llevará a cabo FRIEZE en Londres, una de las ferias internacionales de arte más importantes del planeta. FRIEZE convocará este año a 25 países y a cerca de mil creadores –grandes artistas consagrados y los conocidos como “emergentes destacados”–, que están representados por 160 galerías; entre éstas, las llamadas “mega-galerías”.
Los pabellones se levantarán en Regent’s Park, una de las áreas verdes más bellas de la ciudad londinense. Es un lugar para ver arte, pero sobre todo, para llevar a cabo transacciones a gran escala: un paraíso para los coleccionistas de pintura y escultura contemporáneas y, desde 2012, también para aquellos interesados en adquirir arte de los maestros. Ello porque la feria optó por destinar también un espacio a la venta de obras realizadas entre el siglo XIV y el siglo XX (véase FRIEZE MASTERS).
Por primera vez este año, participará en FRIEZE el escultor chileno Fernando Casasempere (Santiago, n.1958), radicado en Inglaterra hace dos décadas. Su propuesta site-specific, es decir, realizada “específicamente” para dicho lugar –o, si se prefiere, para dicho entorno–, fue postulada por la exclusiva Parafin Gallery. Se titula Second Skin (Segunda piel), y permanecerá durante tres meses en el parque de esculturas de la feria (The FRIEZE Sculpture Park) –cuya curadora es la inglesa Clare Lilley, reconocida experta mundial en arte y espacio público.
La obra de Casasempere comprende alrededor de mil 800 piezas de porcelana blanca, cada una de las cuales fue hecha a mano por el mismo escultor. Dispuestas en conjunto, realzándose unas a otras, cubrirán una porción del suelo de Regent’s Park, y están pensadas para que, paulatinamente, se integren al paraje. A medida que transcurran los meses, el pasto crecerá entremedio de cada unidad; es decir, la escultura modificará el paraje, pero la naturaleza también se encargará de cambiar la apariencia de la instalación.
No es la primera vez que el escultor crea una suerte de “tapete” para evocar formaciones naturales de rocas. Second skin se articula a partir de una operación de sumatoria, por medio de la cual el artista vuelve a explorar la estética de la agrupación, de la fisura y de la cavidad en sus múltiples posibilidades. Una vez desmantelada la obra, los registros fotográficos se encargarán de documentar no solo la participación del chileno en esta importante feria, sino de mostrar cómo fue mutando, semana tras semana, su efímera instalación.
Pese a que Casasempere acaba de mostrar buena parte de su trabajo en el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago (Mi Andadura, marzo-mayo 2016), no detiene su producción. Tenaz y meticuloso, continúa obsesionado con el ejercicio de intervenir espacios urbanos sin dañarlos ni modificarlos en forma drástica. Realizada en 2012, su obra Out of Sync, por ejemplo, consiste en 10 mil narcisos de arcilla que instaló primero en la Somerset House de Londres, que luego trasladó al Parque de la Ciudadanía –afuera del Palacio de La Moneda–, y que dispuso de manera permanente en el Parque de las Ruinas de Huanchaca en Antofagasta.
Su preocupación por problemas ecológicos y su predilección por la arcilla llevan a asociarlo conceptualmente con el Land o Earth Art –es decir, con artistas como Robert Smithson y Richard Long–, con la salvedad de que él se forma en la tradición cultural Latinoamericana: Casasempere admira el arte precolombino, y por muy lejos que esté, no olvida jamás el paisaje del norte de Chile.
Su poética se orienta hacia obras de apariencia orgánica; al rescate de materiales blandos y, por ende, moldeables –como la arcilla o la porcelana–; a la investigación de lo pulido y lo áspero; a la confrontación de la forma y la ausencia de la misma. Pero sea cual sea su inquietud, siempre se aprecia en sus trabajos un diálogo amable con los materiales y una fascinación por lo estético y lo armónico.
