Opinión
Para nosotros como Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA) es sumamente importante, necesario y un anhelo la elaboración de una política de desarrollo para este sector, y es así como lo hemos hecho saber en diferentes instancias y ante distintos interlocutores; como también nuestra activa disposición a participar de un proceso acabado, definido, estructurado y sustentable.
En los últimos días se ha desarrollado desde los medios de comunicación un singular debate sobre las artes visuales en Chile, a partir de dos aspectos puntuales, como son el Centro de Arte Contemporáneo de Cerrillos y el corte temporal de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes en el año 1967, planteado por el Ministro Presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Ernesto Ottone. Esta discusión y las improvisaciones que se ven reflejadas en algunas opiniones aluden a un tema de fondo: la falta de una política de Estado en materia de artes visuales.
Para nosotros como Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA) es sumamente importante, necesario y un anhelo la elaboración de una política de desarrollo para este sector, y es así como lo hemos hecho saber en diferentes instancias y ante distintos interlocutores; como también nuestra activa disposición a participar de un proceso acabado, definido, estructurado y sustentable.
Entendemos que las políticas públicas deben ser avaladas por el más alto nivel de conducción política del Estado y respaldadas por un amplio consenso social y/o político, para que un determinado sector pueda alcanzar sus objetivos con un horizonte de sustentabilidad en el tiempo; y que se fundamenten en los intereses superiores de la Nación y no en la coyuntura ni en metas a corto plazo.
Creemos que se abre, por tanto, una nueva oportunidad de establecer una discusión progresiva y profunda -sin improvisación, ni premuras- que nos conduzca a la mejor decisión posible sobre una política y legislación dedicada al sector de las artes visuales, partiendo por un diagnóstico que refleje las diversas, particulares y complejas áreas de acción. Para esto no se requiere solo de participación, sino de un acuerdo estructural que proyecte a largo plazo las necesidades del sector a partir de una perspectiva de Estado. Para ello será fundamental un abordaje mancomunado que permita construir certezas y no acrecentar incertidumbres.
Claudia Zaldívar H.
Directora
Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA)
