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Escritor y editor Galo Ghigliotto presenta su novela «Matar al mandinga» Será este viernes en el barrio Lastarria

Escritor y editor Galo Ghigliotto presenta su novela «Matar al mandinga»

La novela ganadora del Premio Municipal Juegos Literarios Gabriela Mistral 2016 cuenta la historia de un aprendiz de karate cuyo profesor, un militante del MIR, es asesinado por agentes de la dictadura a mediados de los 70. «Podría pensarse que ‘Matar al Mandinga’ es una novela sobre la dictadura, pero me gustaría pensar que es una representación de la extenuante transición que estamos viviendo, de la cual desconocemos un desenlace», señala el autor.


El escritor y editor Galo Ghigliotto (Valdivia, 1977) presentará este viernes su novela «Matar al mandinga» (LOM Ediciones), ganadora del Premio Municipal Juegos Literarios Gabriela Mistral 2016.

El libro cuenta la historia de un aprendiz de karate cuyo profesor, un militante del MIR, es asesinado por agentes de la dictadura a mediados de los 70.

La presentación contará con la participación de la académica Cecilia Vera Wilke y el escritor Marcelo Leonart. Será este viernes a las 19:00 horas en el Culto Bar (Estados Unidos 246, Barrio Lastarria, Metro UC).

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La historia

Según la reseña editorial, «el protagonista de esta novela no tiene nombre, aunque podríamos llamarlo «el karateca». Su historia comienza en 1975: tiene 18 años y un grupo de agentes de la dictadura de Pinochet acaba de secuestrar y asesinar a su sensei, un profesor de castellano militante del MIR. El karateca comienza a tener visiones en las cuales aparecen Cristo, los ángeles, diversos seres demoníacos, un anciano fraile llamado Casaus y el espíritu de su sensei, quien le exige luchar contra el mal y vengar su muerte».

Para cumplir el encargo, el pupilo decide olvidar su nombre, «porque eso era lo único de lo cual podían agarrarme», y comienza una etapa de entrenamiento, meditación y oración para fortalecerse física y espiritualmente. Sabe que le espera una batalla colosal, porque es la lucha contra el mal mismo.

«Son varios los intentos que el protagonista de esta historia realizará para cumplir su cometido, a lo largo de años, en diversos lugares de Chile, involucrándose en varias tentativas –algunas imaginarias, otras no– para acabar con la dictadura. De cada uno de esos eventos el karateca guardará una cicatriz como recuerdo», agrega.

Ghigliotto es Magíster en Literatura Latinoamericana y Chilena (U. de Santiago). En poesía ha publicado los libros Valdivia (2006), Bonnie&Clyde (2007), Aeropuerto (2009), Monosúper (2016). Como narrador publicó el libro de relatos A cada rato el fin del mundo (2013). «Mandinga» es un término que en algunas partes de Chile se usa para designar al diablo.

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Galo Ghigliotto.

Un país dividido

«Los conscriptos descargaban cuerpos humanos, inertes, envueltos en lona y amarrados. Los dejaban caer al fondo de la quebrada. La fuerza negativa era intensa y me incitaba a luchar. Después de tanto entrenamiento me sabía poderoso y capaz de vencer a la muerte», escribe en Ghigliotto en «Matar al mandinga».

«Hace tiempo conversaba con el escritor José Leandro Urbina, quien me decía que Chile nunca ha dejado de ser un país que se divide entre indios y españoles; esa es una idea que me pareció muy acertada, porque han transcurrido los siglos y esos grupos han adoptado diversos nombres, aunque la relación entre ellos sigue siendo la misma», explica el autor. «Esa bipolaridad es la base de la narración, ahí confluyen sueños y deseos, ideales y ambiciones, aspiraciones que suenan muy similares pero tienen orígenes y objetivos diferentes».

«Podría pensarse que Matar al Mandinga es una novela sobre la dictadura, porque empieza en 1975, en el contexto de un joven karateca que pierde a su maestro en manos de la represión, pero me gustaría pensar que es una representación de la extenuante transición que estamos viviendo, de la cual desconocemos un desenlace», agrega.

«Hoy una amiga me preguntó quién era el Mandinga, y muchas respuestas se vinieron a mi cabeza. Finalmente le dije que era el demonio, aunque me faltó aclararle que no en el sentido cristiano, porque yo soy ateo y no creo en el diablo. Joseph Conrad decía que la creencia en una fuente sobrenatural del mal no es necesaria, ya que el hombre por sí mismo es muy capaz de cualquier maldad; en Matar al Mandinga esa idea está presente, a través de una fábula onírica».

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