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Premios Nacionales reconocen en el padre de la biofísica chilena al maestro que dignificó la ciencia en el país Ramón Latorre, Cecilia Hidalgo y Nibaldo Inestrosa lamentan la muerte de Mario Luxoro

Premios Nacionales reconocen en el padre de la biofísica chilena al maestro que dignificó la ciencia en el país

Siempre dispuesto a transmitir su conocimiento, los Premios Nacionales de Ciencias consultados coinciden en señalar que el biofísico fue un hombre de una capacidad intelectual y humana única. Autor de numerosas publicaciones científicas, pero lo más importante es que nunca abandonó su país y trabajó hasta el último día por el desarrollo científico de Chile.


La importancia de la figura del Dr. Mario Luxoro en el desarrollo de la biofísica y la fisiología en Chile no puede ser desconocida. Siempre fue un científico de una lógica implacable. No aceptaba tonterías y fue vehemente en su denuncia contra la arbitrariedad, pero al mismo tiempo se apasionaba con las ideas creativas y no vacilaba en apoyar sin condiciones a quienes tuvieran pasión por la ciencia. Destaca en su labor como fundador y luego como Decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, sus trabajos más recientes en investigación y su participación en la formación de otros fisiólogos celulares chilenos.

Dr. Ramón Latorre

Dr. Ramón Latorre

Ramón Latorre, Premio Nacional de ciencias y Director Instituto Milenio Centro Interdisciplinario de Neurociencias, Universidad de Valparaíso, CINV explica que el legado de Mario Luxoro es inmenso. «Fue un hombre que siempre trabajó por el desarrollo científico de Chile y que se transformó en un maestro para muchos investigadores nacionales y extranjeros».

«Tuve el privilegio de dar mis primeros pasos bajo su alero, además creó la Escuela de Biofísica de Chile, la cual es reconocida como una de las mejores escuelas en electrofisiología del planeta. Me une a él un sentimiento de admiración y de amistad. Estuve con él durante la creación del Laboratorio de Fisiología Celular de Montemar, en Viña del Mar. A través de su mirada muchos investigadores logramos llevar a cabo importantes investigaciones. Mario es un gigante de la ciencia nacional, sus estudios traspasaron las fronteras e hicieron que la comunidad científica internacional pusiera sus ojos en nuestro país», señala el neurocientífico.

Calificado siempre como un hombre muy generoso, que abrió el Laboratorio de Montemar a jóvenes científicos que, en aquellos años, daban los primeros pasos en la actividad investigativa y que hasta nuestros días se mantienen ligados a la ciencia.

Montemar fue la materialización de los sueños de este hombre que llevó la ciencia y la investigación al más alto nivel internacional.

Dra. Cecilia Hidalgo

Dra. Cecilia Hidalgo

Cecilia Hidalgo, Premio Nacional de ciencias e investigadora del Instituto Milenio Neurociencia Biomédica, BNI, reconoce a Luxoro como el científico que  «me abrió las puertas a algo que nunca me había imaginado que podía existir como la biofísica. En un tiempo en que la actividad científica estaba destinada casi exclusivamente a los hombres, él vio en mí un potencial académico y me invitó a participar de su trabajo en Montemar, así me transformé en la primera mujer en relacionarme con su mundo científico»,

«Su rigurosidad intelectual nos enseñó a pensar de manera clara, abrió la visión científica de muchos investigadores. Trabajar con él era un desafío intelectual constante, pero su calidez y sus enseñanzas dejaron huella en varias generaciones de profesionales», indica.

Hidalgo comparte la idea que el profesor fue un hombre que siempre llevó a Chile a la primera plana de la ciencia mundial.

Dr. Nibaldo Inestrosa

Dr. Nibaldo Inestrosa

Nibaldo Inestrosa, Premio Nacional de ciencias y Director del Centro de Envejecimiento y Regeneración, CARE, también reconoce en el primer doctor en ciencias en Chile al profesor insoslayable que formó a destacados científicos nacionales.

«Sin duda, Mario Luxoro fue el maestro indiscutido de la fisiología celular de Chile y el primer investigador con un doctorado en el extranjero. Además decidió concentrar su trabajo en el país, con el objetivo de promover el quehacer científico nacional. Bajo su atenta mirada formó a destacados hombres y mujeres de ciencia, como Ramón Latorre y Cecilia Hidalgo, por nombrar algunos.
Fue un visionario, inicialmente desarrolló su trabajo en la estación de biología marina de Montemar, en la V Región, el cual posteriormente se transformó en el Laboratorio de Fisiología Celular de la Universidad de Chile».

Con sus estudios, agrega, «logró evidencia experimental de la existencia poros en la membrana, los cuales estaban formados por proteínas que dejaban bajar iones y con el pasar del tiempo fueron conocidos como canales iónicos. La primera evidencia experimental a nivel mundial la generó Luxoro en Montemar.

Siempre dispuesto a transmitir su conocimiento, los científicos consultados señalan que fue hombre de una capacidad intelectual y humana única. Autor de numerosas publicaciones científicas, pero lo más importante es que nunca abandonó su país y trabajó hasta el último día por el desarrollo científico de Chile.

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