El próximo 6 de julio en Vitacura
El lanzamiento será a las 19:00 horas en el Espacio de Arte Ojo Rojo (Edificio Transoceánica, Avenida Santa María 5888). «El libro se enmarca en un proyecto poético que desde el inicio y a lo largo de toda la obra ha estado dedicado y referido al individuo y su silencio», comenta el autor. «Está escrito, no para todos, sino para cada uno. Aparece desde todo lo solitario que nos enmudece».
El libro «Dolora quietud» (Pequeño Dios Editores), del poeta Jorge del Río Pérez (Santiago, 1955), será presentado el próximo 6 de julio en un evento en la comuna de Vitacura.
El lanzamiento será a las 19:00 horas en el Espacio de Arte Ojo Rojo (Edificio Transoceánica, Avenida Santa María 5888).
«Solo en mis doloras gime la sangre / la mía / la única propia», escribe Del Río en este poemario. El poeta posee una extensa obra de ocho obras entre su libro «De los oleajes» (1988) y «El mar de los silencios» (2009).
«El libro se enmarca en un proyecto poético que desde el inicio y a lo largo de toda la obra ha estado dedicado y referido al individuo y su silencio», comenta el autor. «Está escrito, no para todos, sino para cada uno. Aparece desde todo lo solitario que nos enmudece».
El poeta cuenta que los temas de este libro siguen la línea de los poemarios anteriores.
«Es la evocación de una realidad abstracta que vive en nuestro inconsciente, pero que es tan verdadera como la realidad concreta de lo contingente», dice. «Es una mirada más allá, más al fondo del anecdotario cotidiano. Estos poemas están inspirados en el silencio detrás de lo que dice, el transcurso de la reflexión hasta la calma, desde el amor a la muerte como dos hitos vitales del ser».
«El título es la composición de las Doloras y de la Quietud. Las Doloras son composiciones poéticas breves dotadas de drama y reflexión, y en el libro se manifiestan en el primer capítulo. La quietud es el camino y la resultante de semejante reflexión, hasta llegar a la última quietud que es la muerte poética», cuenta.
Entre los versos, Del Río destaca especialmente el poema final, «La muerte siempre llega a tocarme junto al último verso».
«Ello porque escribir intensamente un poema es al final un despojo, un desarraigo, el desprendimiento del todo quedando en la nada. En síntesis una muerte figurada».
