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Escritor nicaragüense Sergio Ramírez obtiene el Premio Cervantes 2017 Es el primer centroamericano en lograr el principal galardón literario español

Escritor nicaragüense Sergio Ramírez obtiene el Premio Cervantes 2017

El jurado concedió el premio al autor «por aunar en su obra la narración y la poesía y el rigor del observador y el actor, así como por reflejar la viveza de la vida cotidiana convirtiendo la realidad en una obra de arte, todo ello con especial altura literaria y en pluralidad de géneros, como el cuento, la novela y el columnismo periodístico». «La literatura nicaragüense gana una ventana y yo, desde el podio al que subo, tendré mejor oportunidad de ser visible nuestra propia literatura, y sobre todo, la de los jóvenes», aseguró el ganador.


El nicaragüense Sergio Ramírez fue reconocido este jueves con el Premio Cervantes 2017 en la primera ocasión en los más de 40 años de su historia que este galardón, el más importante en lengua castellana, viaja a Centroamérica para reconocer a un autor que convierte la realidad en una obra de arte.

Así lo consideró el jurado reunido en Madrid, que ha decidido por mayoría y tras siete votaciones otorgar el premio a Ramírez (Masatepe, Nicaragua, 1942), escritor, periodista, político y abogado, que fue vicepresidente de su país de 1984 a 1990, durante el gobierno sandinista.

El jurado ha concedido el premio a Ramírez «por aunar en su obra la narración y la poesía y el rigor del observador y el actor, así como por reflejar la viveza de la vida cotidiana convirtiendo la realidad en una obra de arte, todo ello con especial altura literaria y en pluralidad de géneros, como el cuento, la novela y el columnismo periodístico».

Trabajar con la realidad

«Yo siempre he trabajado con la realidad, con lo que me rodea, tratando de interpretarlo» a través de la expresión y el lenguaje, explicó el escritor en declaraciones a Efe en su residencia de la capital nicaragüense.

«Es -agregó- un reconocimiento que me llena de mucha responsabilidad y me obliga a escribir mejor», dijo Ramírez, que también resaltó que este galardón coloca en el maña a la literatura centroamericana.

El fallo fue anunciado en rueda de prensa por el ministro español de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, junto a Eduardo Mendoza, Premio Cervantes 2016, y el director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, que presidió el jurado.

Considerado el Nobel de literatura en castellano y dotado con 125.000 euros (147.500 dólares al cambio de hoy), esta edición del premio ha vuelto a cumplir la ley no escrita que reparte el galardón de forma alternativa entre Latinoamérica y España.

Marcado por Somoza

A sus 75 años, Ramírez es uno de los narradores más significativos de América Latina con su mezcla ficción y realidad en su producción literaria, que cuenta con novela, ensayo y cuentos, con alto contenido político.

Su vida ha estado marcada por la dictadura de los Somoza, la revolución sandinista y sus más de cincuenta libros. No en vano se define como un narrador a tiempo completo y un apasionado de la literatura que ha combinado su vida entre las letras y la política.

Su paso por la política, dice, fue circunstancial: «pasé por ella porque fue una necesidad tras la revolución sandinista».

Desde muy joven su vocación había sido la literatura (a los 14 años publicó su primer cuento y su primer artículo), pero se metió en la política para librar a Nicaragua de la dictadura de los Somoza (1937-1979).

En 1975 se integró en el Frente Sandinista de Liberación Nacional y tras el triunfo de la revolución formó parte del gobierno. Pero dejó la política en 1996 para dedicarse «a tiempo completo» a la que había sido su vocación de siempre: la literatura.

Ha recibido galardones como el Alfaguara de novela por «Margarita, está linda la mar» (1998), el Dashiell Hammett (1990) por «Castigo divino» o el Iberoamericano de Letras José Donoso (2011) y el Carlos Fuentes (2014).

Ha publicado más de 55 libros, que han sido traducidos a varios idiomas.

Entre sus obras figuran «La marca del Zorro» (1989), «Oficios compartidos» (1994), «Charles Atlas también muere» (1994), «Un baile de máscaras» (1995, Premio Laure-Bataillon 1998), «Adiós muchachos» (1999), «Mentiras verdaderas» (2000), Sara (2015) y las dos novelas negras protagonizadas por el inspector y exguerillero Dolores Morales.

Darío Villanueva explicó lo difícil que ha sido la elección del premiado por la cantidad de candidatos y destacó la narrativa de Ramírez tanto en novela como en cuento, además de ser «maestro de narradores», así como la coincidencia de este premio a un nicaragüense con el reciente centenario de Rubén Darío, que se cumplió en 2016.

Por su parte, el Premio Cervantes 2016 Eduardo Mendoza expresó su alegría porque el premio haya recaído en Ramírez, aunque se mostró disgustado porque hoy haya acabado su «reinado».

Un hito para Nicaragua

El Cervantes es un hito para la literatura de Nicaragua porque significa conquistar el Nobel hispanoamericano, afirmó Ramírez.

«Me parece que es un gran hito para la literatura nicaragüense, este es un premio muy alto, le llaman el Nobel hispanoamericano», dijo Ramírez.

Para el escritor, el Premio Cervantes permitirá que el mundo conozca mejor la literatura de su natal Nicaragua, cuna de otros grandes como Rubén Darío, Ernesto Cardenal, Carlos Martínez Rivas, Ana Ilce Gómez, Gioconda Belli y Claribel Alegría, quien esta misma semana recibió el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.

Un avance de eso se notó la mañana de este jueves en su casa: los teléfonos no paraban de sonar, solicitudes de entrevistas recibidas de todas partes del mundo, periodistas y camarógrafos esperando, mientras el autor apenas tenía tiempo para ponerse ropa apropiada para atenderlos y su esposa, Gertrudis, acomodaba un hermoso ramo de rosas amarillas en la barra del corredor.

«La literatura nicaragüense gana una ventana y yo, desde el podio al que subo, tendré mejor oportunidad de ser visible nuestra propia literatura, y sobre todo, la de los jóvenes», resaltó Ramírez, quien no ocultó su felicidad por haber ganado el Premio Cervantes 2017.

Señaló que la posibilidad de ganar el galardón no lo distrajo, ni siquiera cuando supo que estaba en la «lista corta», junto con la poeta uruguaya Ida Vitale y el bardo venezolano Rafael Cadenas.

Cuidado con los premios

«Yo con los premios literarios siempre he tenido el cuidado de gozarlos cuando me los dan y no sufrir cuando no me los dan (…) Hoy me toca disfrutar», sostuvo el escritor.

«Este es un día memorable para mí, ha cambiado mi rutina, yo debería estar escribiendo ahorita, encerrado en ese estudio», afirmó el autor, quien considera que una obra literaria se consigue con horas de trabajo escribiendo.

En lo que se puede reconocer como el momento cumbre de su carrera, Ramírez no se olvida del adolescente de mediados del siglo pasado que se dedicó a la narrativa cuando todos eran poetas, aunque reconoce que lee poesía antes de escribir, porque la prosa necesita ritmo, música y decadencia.

Luego de conquistar el codiciado Premio Cervantes, Ramírez anunció que su más reciente anhelo supera cualquier premio: «Aspiro a escribir una siguiente novela y seguir escribiendo, mi aspiración es la escritura».

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