CULTURA
Entre 1948 y 1965, el investigador publicó en la revista En viaje una serie de retratos de lugares emblemáticos de la ciudad de Santiago, los que han sido recuperados para conformar el libro «Estampas santiaguinas» (Letra Capital Ediciones).
Investigador, folklórologo y escritor, Oreste Plath es uno de los más importantes estudiosos de las tradiciones, mitos y costumbres del pueblo chileno. Fue un gran difusor de la cultura popular a través de cursos académicos, charlas, libros que ya son un clásico como Folclor chileno, Geografía del mito y la leyenda chilenos y El Santiago que se fue, y también en revistas masivas como Hoy, Eva, El Cabrito y En Viaje, entre las que llegó a realizar un total de cerca de 300 artículos, en su mayoría nunca recopilados.
En esa abundante producción destacada una de las facetas más interesantes de Oreste Plath: el cronista urbano. Por medio de una escritura aguda, una atenta mirada de los usos y costumbres de los habitantes de la ciudad y un profundo conocimiento del pasado arraigado en calles, monumentos y espacios públicos, el autor va hilando en sus crónicas un retrato certero, irónico a veces y comprometido siempre, del Santiago de los años 40, 50 y 60.
El libro Estampas santiaguinas, compilado por Letra Capital Ediciones, rescata una selección de 25 crónicas publicadas en la revista En Viaje entre los años 1948 y 1965, donde, en palabras de Oreste Plath, se puede encontrar «el rostro de la ciudad”.
Publicadas por primera vez en formato libro, estas crónicas permitirán dar una nueva mirada a la obra del autor y propiciar una reflexión sobre el devenir de la ciudad de Santiago, su patrimonio e historia, temas que han sido uno de los ejes centrales de la labor de Letra Capital.
Realizado con apoyo del Fondo del Libro del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, el volumen cuenta con ilustraciones de Pati Aguilera y prólogo de Karen Plath Müller Turina, hija de Oreste Plath, y será presentado este sábado 20 de octubre, a las 12 horas, en PLOP! Galería (Merced 349, local 7) por el escritor Francisco Ortega.
Si bien el interés de Oreste Plath por la ciudad había quedado expresado en el libro póstumo El Santiago que se fue, en sus crónicas despliega una visión crítica de los procesos que presencia lo que despoja a sus textos de la nostalgia y los transforma en testimonios vividos y sentidos. Se trata así de un Oreste Plath más consciente de su escritura, menos memorialista y más escritor, que descubre en la ciudad un espacio “donde se funde lo inactual con lo actual” y que “tienen siempre algo de teatral”, como él mismo señala.
Sus textos revelan una urbe en pleno proceso de modernización, que experimenta profundo cambios en su arquitectura, convivencia y civilidad, y que comienza a descubrir los beneficios, y también los problemas, de las grandes metrópolis.
