CULTURA|CIENCIA
Crédito: Gentileza INACH
Jóvenes provenientes de Antofagasta, Maule, Valparaíso y Santiago, además de Ñuble, Punta Arenas y de otras ciudades convergieron entre el 20 y el 23 de junio en la capital de Magallanes. Integraban los quince equipos finalistas de entre 125 propuestas recibidas en esta versión XVI de la FAE. Los estudiantes viajaron junto a sus docentes, con quienes conformaron los grupos de trabajo de investigación científica sobre la Antártica.
El Instituto Nacional Antártico INACH fue el organizador con la colaboración del Programa Explora de Conicyt y el centro IDEAL y emocionante fue verlos reunidos hablando de micro algas, antartine, costras biológicas y otras rarezas en ese amplio salón con vista al Estrecho de Magallanes.
Entre los temas de investigación hubo otros referidos a la historia oral y los efectos en las familias de las estadías antárticas, materias nuevas entre las preocupaciones referidas al séptimo continente más austral del planeta.
La bióloga Paulina Rojas Paredes es la responsable y organizadora de la FAE y es además la Jefa del Departamento de Comunicaciones y Educación. Terminada la cita y cuando los equipos finalistas se aprontan muy pronto a realizar una pasantía en Isla Rey Jorge en las Shetland del Sur, quisimos hacer un balance con ella a propósito del evento formativo.
¿Qué observan entre las primeras versiones de la FAE y la que recién finalizó?
-El principal cambio de la Feria Antártica Escolar en su historia ha sido intentar migrar del clásico modelo escolar competitivo a una versión colaborativa entre establecimientos de distintos territorios, resaltando el modelo de trabajo antártico y diluyendo las fronteras regionales, Este formato, creo es único en el país y ha despertado el interés en diferentes perfiles y áreas investigativas.
En general, la FAE ha recibido mayoritariamente postulaciones de parte de establecimientos subvencionados, excepto este año en que primaron los municipalizados, alrededor de un 55 % en la selección nacional.
Foto: INACH
¿En qué medida la participación nacional tiene réplicas virtuosas en las diversas ciudades de origen o en sus comunidades educativas?
-Constatamos una alta fidelización docente y eso revela que los temas antárticos no son abordados exclusivamente para postular a la Feria. Algunos profesores ven la Antártica como una excusa extremadamente atractiva y útil para abordar casi cualquier tema o disciplina. Muchos de ellos siguen postulando a otras ferias científicas escolares con los mismos temas y también emprenden acciones en sus comunidades educativas, por ejemplo celebrar el Día de la Antártica Chilena cada 6 de noviembre.
¿Crees que existe una relación de continuidad entre los jóvenes participantes en la FAE y la opción posterior de estudios científicos?
-Sí, ya son varios los jóvenes que por su interés científico postularon a nuestra Feria y hoy se encuentran cursando estudios científicos. Me tocó conocer el caso emblemático de una geofísica de la UDEC, Katherine Gaete, quien habiendo ganado la FAE el año 2007, trabajó en INACH el 2018 en un proyecto de modelamiento climático. Ella representa la cadena completa de incubación de un investigador antártico y esperamos que vuelva a la Antártica como líder de sus propias interrogantes.
¿Cuánto del interés de los jóvenes y sus profesores en la FAE tiene que ver con lo que sucede con el cambio climático?
-Creo que la Antártica y la Patagonia tienen un encanto y un atractivo propio. La mayoría de quienes postulan a nuestra feria tienen un espíritu explorador e inquieto, también seguramente influye el interés de viajar a Punta Arenas y a la Antártica. Ciertamente, también es motivador lo que está ocurriendo con el cambio climático, como tema científico, porque es muy probable que en sus propias regiones los profesores y estudiantes vean o vivan fenómenos que pueden estar o no relacionados con el cambio climático. ¿Los tornados de la región del Bío Bío tienen o no que ver con el cambio climático? Esa respuesta debería venir de la comunidad científica o de estos jóvenes que comienzan a hacerse preguntas y buscan responderlas siguiendo el camino de la ciencia.
Al cierre, un breve comentario. En nuestra Educación – pública y privada- la Antártica es aún una asignatura pendiente. Quizás, lo anterior es parte de una ausencia aún más significativa: la motivación por conocer y re-conocer el territorio y el maritorio. Y la Antártida es parte de esa no apropiación pública y ciudadana con el entorno. Dicen por ahí, que lo que se conoce se quiere y lo que se quiere se cuida.
