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Artistas de Magallanes reconstruyen ruta del genocida Julius Popper, uno de los responsables del etnocidio Selknam CULTURA Crédito: Thierry Dupradou

Artistas de Magallanes reconstruyen ruta del genocida Julius Popper, uno de los responsables del etnocidio Selknam

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El álbum fotográfico de Julius Popper, publicado en 1887, fue el punto de partida para que la agrupación de artistas contemporáneos de la Región de Magallanes, Últimaesperanza, iniciara la geolocalización de los puntos exactos donde el genocida, de origen rumano, sacó sus infames fotografías, a fin de crear una ruta de la memoria. Hoy 12 de octubre de 2020, ese añoso libro de memorias aberrantes, vuelve con un cúmulo de historias en blanco y negro, para ser reinterpretadas por los investigadores, que apuestan por tensionar el discurso colonial y resignificar la historia del territorio, desde una mirada crítica y contemporánea, escrita por los propios habitantes del sur del mundo. «El etnocidio Selknam impuesto por la colonización y sus políticas de exterminio sistemático contra este pueblo nómade –para instaurar un modelo de explotación aurífera y ovina en tierras ancestrales– ha sido investigado desde variados ámbitos. Sin embargo, esta discusión en el contexto social contemporáneo, que busca reivindicar la memoria de los desaparecidos por el avance del progreso, suele encontrar –hasta el día de hoy– voces que niegan el horror”, advierte la artista visual Sandra Ulloa, quien junto con Nataniel Álvarez impulsan el proyecto “(Re)producción y sonificación de figuraciones”.


El cadáver de un hombre Selknam yace tendido sobre la pampa. Su cuerpo está dispuesto como una cruz. Los brazos abiertos y la mirada puesta en el cielo. En una de sus manos sostiene un arco y, en la otra, empuña algunas flechas. De pie junto a él, un hombre blanco llamado Julius Popper aparece con las manos sobre un rifle Remington calibre 22, con la mirada clavada en ese cuerpo semidesnudo, ya sin vida. Esa es una de las imágenes que sorprenden al recorrer las páginas del denominado Álbum Popper, registro fotográfico del ingeniero rumano Julius Popper, uno de los genocidas más nombrados en la Patagonia, responsable de una parte de la matanza del Pueblo Selknam en Tierra del Fuego. 

Dicho álbum fue publicado en 1887 y cuenta con seis copias, de las cuales una es conservada por el Museo Regional de Magallanes. Hoy 12 de octubre de 2020, ese añoso libro de memorias aberrantes, vuelve con un cúmulo de historias en blanco y negro, para ser reinterpretado por un grupo de artistas e investigadores, que apuestan por tensionar el discurso colonial y resignificar la historia del territorio, desde una mirada crítica y contemporánea, escrita por los propios habitantes del sur del mundo.

“El etnocidio Selknam impuesto por la colonización y sus políticas de exterminio sistemático contra este pueblo nómade –para instaurar un modelo de explotación aurífera y ovina en tierras ancestrales–, ha sido investigado desde variados ámbitos. Sin embargo, esta discusión en el contexto social contemporáneo, que busca reivindicar la memoria de los desaparecidos por el avance del progreso, suele encontrar voces que niegan el horror”, dice la artista visual Sandra Ulloa, quien junto a Nataniel Álvarez, fundaron el Colectivo Últimaesperanza y Liquenlab, agrupaciones magallánicas que promueven la creación contemporánea en torno a las artes mediales, desde Punta Arenas (Chile); y son quienes también hoy impulsan este proyecto denominado “(Re)producción y sonificación de figuraciones”.

“Hemos gestionado este proyecto como colectivo Últimaesperanza, cautivados por esta fotografía que hace referencia al cuerpo de ese hombre Selknam derrumbado en la pampa. Primero postulamos a un fondo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio para activar la colección del Museo de Magallanes, específicamente el álbum de Popper, con el apoyo de su directora, Paola Grendi. Luego, integramos al arqueólogo Alfredo Prieto y, con él y con la asistencia de Pedro Paredes y del fotógrafo Thierry Dupradou, fuimos a las locaciones que las fotografías indican e hicimos el circuito tras los lugares descritos por Popper”, contextualiza el artista visual Nataniel Álvarez, quien explica que producto de las medidas de seguridad aplicadas por la pandemia, el proyecto se encuentra paralizado, pero “ya vamos en la mitad del camino: Popper recorrió desde Bahía Chilota, cruzando a la Isla de Tierra del Fuego y llegó hasta el Páramo, en el lado argentino. Y esta última es la parte que aún nos falta por investigar”. En este proceso también se unió el curador Rodolfo Andaur, “con quien actualmente estamos trabajando desde la estética y la mirada anticolonialista”, concluye Álvarez. 

Trabajo en terreno. Crédito: Thierry Dupradou.

Así es como esta apuesta ha significado para los artistas un ejercicio de investigación profunda sobre un suceso sangriento que parece congelado en la historia, pero que también ha significado emprender su propia travesía tras la huella de Popper, reactivando el mapa de la zona para la geolocalización de los sitios de sucesos clave, que podrían contribuir al proceso de rearticulación de elementos, no solo a partir de la fotografía, sino que también desde el territorio, para proponer otras lecturas posibles más allá de esa captura en el tiempo que disparó relatos sobre vencedores y vencidos sobre un cuadro, según los artistas, “aparentemente editado y protagonizado por quien intenta romantizar la muerte de otro ser humano”. 

“Los exploradores auríferos empleaban rifles Remington de calibre 22, el impacto de un proyectil de estos, no dejaría a la víctima con esos objetos en sus manos; la nula presencia de sangre u orificios de proyectil en el cuerpo también son sospechosos”, dice Ulloa, y agrega que “salen a relucir los aparentes ‘errores de continuidad’ en el orden de las tomas y los objetos que allí aparecen. Todo parece indicar un montaje para justificar un modelo extractivista, cuando la búsqueda de oro en grandes cantidades marcaba la pauta”, remata Ulloa. 

Los aliados del colectivo Últimaesperanza

“(Re)producción y sonificación de figuraciones”, es parte de un proceso que comenzó a gestarse en 2008 con una serie de intervenciones y exploraciones visuales y sonoras, a través de las artes mediales, que hoy van dando vida a una “ruta de la memoria”, y que posteriormente se convertirán en una exposición que verá la luz en 2021. 

Para el arqueólogo Alfredo Prieto, quien ha trabajado largo tiempo en el norte de Tierra del Fuego y ha investigado en profundidad rutas de expediciones, como la del oficial chileno Serrano Montaner, la experiencia de trabajo con el colectivo Últimaesperanza ha sido “una feliz concurrencia, aunque el esfuerzo más grande se lo estaban llevando ellos”, pues explica que fue un encuentro casual el que los llevó a unirse en esta investigación: “Yo estaba revisando el álbum de Popper junto al fotógrafo Thierry Dupradou, y nuestro interés común con Sandra y Nataniel generó esta búsqueda conjunta”, comenta.

“Tenemos que encontrar los puntos donde Popper estuvo y se fotografió con su gente. Y hay fotografías que muestran distintas perspectivas. Algunas son más fáciles de seguir porque hay un paisaje a lo lejos, una laguna o un río, y hay otras más difíciles para dar con los lugares exactos, pero vamos a intentarlo”, confiesa el arqueólogo.

Crédito: Thierry Dupradou.

Además, Prieto agrega otros componentes a la investigación, dice que Popper podría ser “el chivo expiatorio” del genocidio Selknam: “Popper es un tipo que se fotografió teniendo a los pies a un Selknam asesinado, y sabemos que hubo muchos más asesinos –y mucho más cruentos–, entonces tal vez esta sea la ocasión –a través de Popper– de revelar los otros hechos que acabaron con la población Selknam del norte de Tierra del Fuego”.

En tanto, Rodolfo Andaur, curador de arte contemporáneo y Magíster en Historia del Arte en la Universidad Adolfo Ibáñez, convocado a este proyecto por el colectivo Últimaesperanza, plantea que “lo interesante de Popper es que sigue reivindicando el trabajo del conquistador. Popper es un símil de Cristóbal Colón y de Pedro de Valdivia, y de un montón de otros hombres que viajaron de Europa a América a buscar riquezas y con ese objetivo justificaban etnocidios”. Andaur va más allá y agrega que “el Estado chileno no quiere leer esa figura de Popper, porque tendría que empezar a revisar un montón de problemáticas que ha levantado la Conquista, desde que se instaló en el territorio chileno”.

Andaur ya ha trabajado antes con el colectivo Últimaesperanza y Liquenlab Magallanes, es por eso que reflexiona: “Yo creo que el arte siempre es una herramienta política que abre procesos de reflexión colectiva. Un proyecto como este colabora mucho con el pensamiento crítico de la Región de Magallanes y en encontrar –en el valor del arte– una respuesta ante el etnocidio, ante la impunidad. Cuando las regiones se reivindican, es importante que entre en el discurso colectivo este tema, porque no ha pasado mucho tiempo de eso y hay que buscar la forma de que eso no se vuelva a repetir”. 

Registro de intervención: Crédito: Thierry Dupradou

 

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