CULTURA|OPINIÓN
Crédito: Lis de Nazareth
Son historias sobre personas simples, una joven; una niña en busca de su madre; un policía tras huellas de un crimen; una fallida relación de pareja; la relación de un par de hermanos. Son relatos muy ágiles, dan ganas de seguir leyéndolos. La autora combina muy bien la entretención con la profundidad de los relatos. Las narraciones están ambientadas en México y creo que otro de los méritos de este volumen es que muestra el ambiente local, el habla, las calles. Pareciera que uno camina entre medio del D.F., pero en los sectores menos globalizados.
“Una grieta en la noche” es un volumen de cuentos de la escritora mexicana Laura Baeza, publicado este año 2022 por la editorial Páginas de espuma.
El libro está compuesto por seis cuentos: “Quinto round”, “Veintidós días en la vida”, “Veladoras”, “Lady stardust”, “Ruinas”, “Una grieta en la noche”.
Me parece que todos los cuentos apuntan a la condición humana, a la soledad de la existencia, más allá de la anécdota que narra cada una de las historias. Los personajes buscan rastros de sus vidas, de su historia, buscan los lazos que los pueden atar a otros o descubren los lazos que subterráneamente ya llevaban.
Por ejemplo en “Quinto round” es la historia de una familia formada por una pareja, donde tanto la mujer como el hombre tienen sus propios hijos de relaciones anteriores. La historia está narrada por la joven hija de la mujer. Juan Francisco; la pareja de la mamá; tiene un hijo que no vive con ellos. La joven y Julián tienen algo parecido a la amistad. La mamá lo rechaza, y Juan Francisco decide ir a probar suerte a Estados Unidos. La joven protagonista recorre junto a Julián algunas calles y locales que Julián conoce. Él le cuenta algunas historias, en uno de esos locales hay un joven que atiende que en un pasado no tan lejano era un prometedor boxeador pero un golpe no lo solo lo noqueó, sino que le produjo un severo daño. El ex boxeador es una mala copia de sí mismo. En algún momento las historias se juntan, porque así es la vida y la literatura se encarga de recordárnoslo y en el relato uno prevee que la tragedia por alguna parte va a aparecer y cuando aparece uno piensa que no quedaba otra alternativa.
“Veladoras” tiene un aire de novela negra, me gustó mucho ese cuento por la atmósfera y también porque lo relaciona con las tradiciones mexicanas, la búsqueda del éxito, el precio que se paga por el triunfo, la posición económica; y otra vez aparece la soledad del protagonista como una condición inevitable, martirizado por sus vagos recuerdos, hasta que toma conciencia de los hechos.
El cuento “Una grieta en la noche” que le da el título al libro, es la historia de una joven que narra la relación de su madre con su hermano y lo que acontece cuando éste; producto de un accidente; debe ir a vivir con ellas. La joven trata de establecer las relaciones existentes y por qué son de esa forma tan peculiar. Una relación distante, pero hay algo más y tras ese “ algo más” la joven se lanza en un búsqueda que termina cuando la madre le explica los sucesos que acontecieron veinte años antes y que marcaron para siempre la vida de ambos. Porque la existencia es así, hay hechos, reacciones de los otros que nos marcan para siempre, sobre todo en los momentos difíciles. Es ese instante donde se prueba las relaciones y no podemos escapar de esos recuerdos.
Los seis cuentos de “Una grieta en la noche”, son historias sobre personas simples, una joven; una niña en busca de su madre; un policía tras huellas de un crimen; una fallida relación de pareja; la relación de un par de hermanos. Son relatos muy ágiles, dan ganas de seguir leyéndolos. La autora combina muy bien la entretención con la profundidad de los relatos. Las narraciones están ambientadas en México y creo que otro de los méritos de este volumen es que muestra el ambiente local, el habla, las calles. Pareciera que uno camina entre medio del D.F., pero en los sectores menos globalizados.
“Andaba de arriba abajo con la vieja, estaba perdido de amor el muy pendejo, pero en una de esas, cuando regresó de un entrenamiento …. se encontró a la vieja con otro vato, y la Chinche se puso como loco, carnal, le rompió la madre al vato, dicen que lo dejó como trapo, más culero que ese que tiene ahorita en la mano” (p. 17)
La rutina nos ocupa los días, hora tras hora. Vivimos en un mundo marcado por nuestras relaciones, por nuestros espacios. Nos movemos en ellos siguiendo la costumbre, a veces alguien escapa, y a veces también se produce una grieta por la que nos asomamos a lo que se nos escapa, una grieta que nos muestra el mundo tal cual es.
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