CULTURA
El Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2009, destacó la importancia de los Derechos Humanos como “una creación humana feliz”, enfatizando la dignidad humana y la igualdad intrínseca con su afirmación “nadie es más que nadie”, en una charla magistral.
El reconocido abogado y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2009, Agustín Squella, defendió la dignidad humana y señaló que “nadie es más que nadie”, informó la Universidad de Chile.
Squella dio las declaraciones en el marco de una ceremonia solemne en el Salón de Honor de la Casa de Bello para dar inicio al Año Académico, en una charla magistral. En un discurso que resonó entre los muros cargados de historia de la universidad, Squella profundizó en la esencia y el significado de los derechos humanos.
“Si en mi caso tuviera que optar por una determinada fundamentación de los derechos humanos, lo haría por la dignidad humana, entendida como el similar valor que damos a todos quienes comparten la condición humana, un concepto que podría resumirse en la afirmación de que ‘Nadie es más que nadie’”, dijo el abogado de la Universidad de Chile –sede Valparaíso– y Doctor en Derecho de la Universidad Complutense de Madrid.
Squella, un erudito con una carrera distinguida tanto en Chile como en el extranjero, abordó temas cruciales como la pluralidad, la diversidad, y la tolerancia en el contexto de una sociedad democrática moderna.
“Me refiero a la pluralidad y al pluralismo y también a la moderna virtud de la tolerancia”, afirmó Squella, destacando la importancia de ver en la diversidad un bien y no una amenaza. Además, destacó que instituciones como la Universidad de Chile tienen la obligación de ser pluralistas, no solo porque son estatales, sino porque es su deber comportarse de manera tolerante.
El abogado también reflexionó sobre la naturaleza de los derechos humanos, subrayando que son “un invento en cuanto constituyen una creación o producción humana, de las más felices en la historia de la humanidad”. Esta perspectiva destaca los derechos humanos no como una ficción, sino como un logro cultural profundamente arraigado en la lucha y el esfuerzo humanos a través de los siglos.
Squella aprovechó la ocasión para discutir el papel fundamental de la democracia en la promoción y protección de los derechos humanos, enfatizando que “mejorar en derechos humanos es hacerlo en dignidad, una palabra, esta última, que no es vaga, equívoca ni vaporosa, sino atrevida y exacta, al consistir la dignidad en el igual valor que damos a todos los seres humanos sin distinción”. En sus palabras, la democracia real es un compromiso continuo, una deuda por cumplir que se debe mejorar constantemente.
Al hablar sobre la dignidad, Squella articuló que este concepto, aunque tardó milenios en ser reconocido, es la respuesta más apropiada a la naturaleza de los derechos fundamentales. “La dignidad es una propiedad distintiva de todo ser humano”, expresó, añadiendo que los derechos humanos son la manifestación de esa dignidad compartida y reconocida universalmente.
Finalmente, en un mundo cada vez más influenciado por la inteligencia artificial, Squella llamó a una reflexión sobre cómo la tecnología impacta los principios legales y democráticos, sugiriendo que debemos estar siempre alerta y preocupados por cómo la IA podría afectar nuestra comprensión y ejercicio de los derechos humanos.
“No solo el derecho y los derechos humanos se verán impactados por la inteligencia artificial. También lo hará la democracia y la pregunta es si eso ocurrirá para bien o para mal”, afirmó.
En resumen, la ceremonia no solo marcó el comienzo de un nuevo año académico, sino que también reafirmó el compromiso de la comunidad universitaria con los valores fundamentales de justicia, igualdad y humanidad, principios que Squella defendió con elocuencia y pasión.
