CULTURA
Floripondio y La Brígida Orquesta en Teatro La Cúpula
El encuentro reunirá a dos grandes de la música nacional, congregados en torno al rock, ska, hip-hop, etnoelectrónica, jazz, reggae y beats, junto a los mexicanos Zompantli.
Se trata de la última presentación de “La Flori” antes de emprender su próxima gira latinoamericana que los llevará por Perú, Colombia y México.
La Floripondio, figura indiscutible de trascendencia nacional, ha recorrido desde Villa Alemana al mundo, el trazado del rock y lo “caribeño” en más de 30 años de trayectoria. Sus inolvidables shows en vivo y la genialidad del “imaginario Floripondio”, son parte la historiografía de la música chilena y se han convertido en referentes de inspiración a punta de letras necesarias, orquestación impecable, por supuesto, rebelde conducta, con más de ocho producciones de larga duración y conciertos por casi todo el globo.
La Brígida Orquesta es hip-hop, espacios de jazz y sonidos experimentales. Tiene sus orígenes en la Conchalí Big Band, fuente integradora y escuela de gran parte de la formación de La Brígida. Cuatro discos, un ep y el premio Pulsar (2019) a “Artista Revelación”, avalan los más de 10 años dedicados a la perspicaz y punzante fusión de líricas urbanas a cargo de Matiah Chinaski y la aguda dirección musical del pianista de jazz Gabriel Pillao, enlazadas con la excelencia sonora de trompetas, trombones y saxofones. Hoy anuncian “Brigidamente”, una red de conciertos que los llevará hasta los escenarios de ciudades como Arica, Iquique, Antofagasta, Copiapó, La Serena, Coquimbo, Talca, Temuco, Puerto Montt y Puerto Varas.
“Estamos muy contentos de este cruce. La Flori es un ìcono de la resistencia, el underground y la contracultura y eso va muy de la mano con nuestras convicciones y la manera de ver la música que hacemos y por qué la hacemos” comenta Alfredo Tauber, trombonista de la Brígida Orquesta.
Zompantli mezcla los instrumentos prehispánicos, coloniales, con beats de música electrónica, y sintetizadores, acompañado con performances. Nace en México y se inspira en Tzompantli, un altar maya en forma de bastidor donde se montaban cráneos para honrar a los dioses. Un sinfín de sensaciones siderales que tendrán su explosión planetaria este 15 de marzo en un concierto único.
