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Al final de la trama gremialista todo quedará igual que siempre Opinión

Al final de la trama gremialista todo quedará igual que siempre

Edison Ortiz González
Por : Edison Ortiz González Doctor en Historia. Profesor colaborador MGPP, Universidad de Santiago.
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La elección UDI se fue complejizando y, de los apoyos potentes iniciales, se fue desgranando el choclo al punto que el viernes el mismo Macaya señalaba que “había 5 puntos de diferencia a su favor en relación con La Coca (Van Rysselberghe)», lo que, sinceramente, era casi un error estadístico. Prueba del complejo escenario es que, nuevamente, Joaquín Lavín se declaraba “en reflexión» ante el empate técnico entre ambos el pasado jueves y, curiosamente, el domingo a mediodía se suspendía la elección UDI por “fallas técnicas en el sistema de votación electrónico”.


El Mostrador, apenas se supo del asesinato de Camilo Catrillanca, adelantó que había dos muertos en La Araucanía: “El comunero mapuche y la candidatura de Alfredo Moreno”.

Pero, lo que no supieron los medios ni los analistas es que el asesinato del comunero mapuche no solo era un tema del conflicto en la agitada zona, que afectaba no solo las aspiraciones del ministro de Desarrollo Social, sino que también cobraba la forma de una disputa, como siempre brutal, por la candidatura presidencial en la derecha y donde se involucraba un personaje más: Andrés Chadwick.

Recién el día domingo 18 de noviembre, el Vicepresidente de la República se aparta de la versión oficial y da a conocer lo que todos presuponíamos: que Catrillanca había sido asesinado por la espalda, dando un golpe letal a Moreno.

Arde la Moneda, y los distintos medios reiteran la disonancia entre el jefe de gabinete –a la sazón Vicepresidente–  y el ministro de Desarrollo Social.

Se enciende la polémica, pero nadie se concentra en lo obvio: detrás de la muerte de Catrillanca y del asedio policial en La Araucanía, hay una disputa presidencial entre el jefe de gabinete y el regalón del empresariado.

La elección UDI

Desde que asumió el nuevo Gobierno, eran comunes en la Región de O’Higgins las quejas y reclamos de consejeros RN sobre el rol del flamante ministro del Interior de Piñera: “En la región nombró hasta el portero de la Intendencia”, decían, sin estar presente un dejo de malestar.

La razón que se esgrimía era que Chadwick a su entorno íntimo le había manifestado que quería ser presidenciable o, en su defecto, volver a ser senador por la región.

Por esa razón, cuando Javier Macaya presentó su candidatura en Rancagua hace un par de meses, se encargó de aclarar que “contaba con el apoyo de Chadwick” pese a la oposición del senador local y del alcalde de Rancagua, Eduardo Soto, acosado por un caso de pedofilia.

Y es que, en el caso de ambos, se sabe que la capital regional es manejada a su antojo por Álvaro Lavín, con gran influencia tanto en el municipio como en la Corporación Municipal de Rancagua (Cormun), y por Gonzalo Cornejo, líder de la candidatura de la senadora por Biobío, y estrecho amigo del alcalde de Rancagua, quien –como se sabe– fue sacado literalmente de la visibilidad de la campaña presidencial de Sebastián Piñera en su último tramo y quien no apoyó al diputado Macaya.

En esa oportunidad, en El Tomacho, diversos líderes nacionales se encargaron de manifestar el apoyo del ministro a Javier Macaya, y más de alguno expresó, en confianza, palabras de apoyo de Chadwick a esa candidatura. El propio Lavín, en el mes de octubre en entrevista en CNN, dijo que “apoyaba la candidatura de Macaya”.

Pero la elección UDI se fue complejizando y, de los apoyos potentes iniciales, se fue desgranando el choclo al punto que el viernes el mismo Macaya señalaba que “había 5 puntos de diferencia a su favor en relación a La Coca (Van Rysselberghe)”, lo que, sinceramente, era casi un error estadístico. Prueba del complejo escenario es que, nuevamente, Joaquín Lavín se declaraba “en reflexión” ante el empate técnico entre ambos el pasado jueves y, curiosamente, el domingo a mediodía se suspendía la elección UDI por “fallas técnicas en el sistema de votación electrónico”.

En 2013, se dijo que Longueira suspendía su aspiración presidencial por una depresión, pero entre bambalinas se señaló que era por líos de faldas. Tal vez nunca sabremos la verdad, tratándose de un partido tan significativo y que cuenta con el apoyo de la mayoría de los medios.

[cita tipo=»destaque»]Macaya se ha caracterizado por dar entrevistas a diversos medios o en la misma presentación del libro de El Mostrador en Rancagua, donde señaló que a él “le interesaban los medios B, en la jerga periodística política, y aproximarse a ellos”, etc., en el que se aparta del ideario tradicional UDI y de su vínculo estrecho con la dictadura, cuestión que ha sabido aprovechar Alejandro García-Huidobro con su video socializado entre los militantes, dando una rúbrica de cercanía con los medios digitales y la nueva democracia.[/cita]

¿Qué significa Macaya en la derecha?   

No hace mucho en Santa Cruz, el diputado gremialista había señalado que se sentía “más cómodo en su casa”, pero que la aspiración de Van Rysselberghe era un fuerte retroceso de lo logrado por el gremialismo hasta hoy y que “habla más del pasado que del presente y futuro de la UDI”. En la ocasión, el legislador gremialista estrenó a sus noveles aspirantes al sillón municipal de varias comunas de la región, aunque ninguno de la capital regional, dando con ello una fuerte señal de descentralización local.

En aquella oportunidad, indicó que se sentía más bien parte del “presente y del futuro de la UDI, más que del pasado”, dando un potente mensaje de renovación política gremialista en relación con el imaginario UDI de la dictadura. Ello le valió que el senador García-Huidobro difundiera por las redes sociales un video de Macaya con frases suyas que se apartaban de la dictadura de Pinochet y que cuestionaban su candidatura gremialista.

Recién ayer, un matutino próximo, El Mercurio, difundió lo que ya sabíamos: que cuatro ex presidentes UDI –Juan Antonio Coloma (presidente entre 2008 y 2012), Julio Dittborn (1990-1992), Patricio Melero (2012-2014) y Ernesto Silva (2014-2015)– invitaban a votar por el jefe de bancada.

Y es que la disputa no era menor: pasado, presente y futuro del gremialismo.

No es casual que 20 de los diputados UDI que apoyan a Macaya –7 respaldan a Van Rysselberghe– sean figuras jóvenes y de recambio, como Jaime Bellolio, María José Hoffmann, Issa Kort o Juan Antonio Coloma, y que ningún senador diera su apoyo explícito a la candidatura del diputado por Rancagua y alrededores.

En cambio, en la Cámara Alta el asunto es inverso: 6 senadores dieron su apoyo formal a la senadora por el Biobío y ninguno al diputado oriundo de Colchagua.

Macaya se ha caracterizado por dar entrevistas a diversos medios o en la misma presentación del libro de El Mostrador en Rancagua, donde señaló que a él “le interesaban los medios B, en la jerga periodística política, y aproximarse a ellos”, etc., en el que se aparta del ideario tradicional UDI y de su vínculo estrecho con la dictadura, cuestión que ha sabido aprovechar Alejandro García-Huidobro con su video socializado entre los militantes, dando una rúbrica de cercanía con los medios digitales y la nueva democracia.

Se ha suspendido la elección UDI y, con ello, una eventual candidatura de Andrés Chadwick. Recién el 16 de diciembre sabremos el final de la trama.

Claro, a menos que se llegué a una lista de consenso, y donde los espectadores nos enteremos recién que las cosas, en la UDI, seguirán como siempre.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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