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¡Sácate uno!: El cambio cultural de la sociedad chilena respecto a la cannabis PAÍS

¡Sácate uno!: El cambio cultural de la sociedad chilena respecto a la cannabis

El aumento del consumo, la prevalencia y la caída de la percepción de riesgo, son factores presentes tanto en Latinoamérica, como en Chile. Tanto los estudios que ha realizado Senda, como el Injuv, establecen que los patrones de consumo han aumentado. La sociedad ha cambiado su mirada respecto a la cannabis, lo que implica que los usuarios ya no creen que la marihuana es dañina para sus cuerpos, y frente a países del propio continente donde ya está legalizada, se plantea la necesidad de revaluar la ley que la prohíbe.


La cannabis es un planta que se ha establecido en el mercado de las drogas de tal forma que diversos estados han tenido que llevar a cabo iniciativas o proyectos que regulen tanto su consumo, como su venta y cultivo. El debate que se genera en torno a ésta es asociado directamente a los efectos que produce, y que en este caso corresponden a alucinaciones, debido al compuesto llamado Tetrahidrocannabinol (THC). Sin embargo, a pesar de ser utilizada con fines recreativos, también se puede emplear como un método paliativo para diferentes patologías.

Legalizar y consumir

En el continente europeo se ha limitado la ingesta y la posesión de la marihuana desde hace muchos años, algunos de los países que se adscriben a esto son Holanda, Suiza, Portugal, Bélgica, y la ciudad de Barcelona. Mientras que el panorama en Latinoamérica, a pesar de reducirse a unas pocas naciones, también presenta avances en esta materia, las más importantes son Uruguay y Canadá, quienes han generado políticas tanto para su consumo recreacional como medicinal.

Según el “Informe Mundial de Drogas 2018: crisis de opioides, abuso de medicamentos y niveles récord de opio y cocaína”, realizado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la marihuana fue la sustancia más consumida en 2016, revelando, además, que la cantidad de usuarios ha ido aumentado con el paso del tiempo, alcanzado casi un 16% de la población mundial en aquel período.

Recientemente una de las marcas de cigarrillos de tabaco más importantes del globo, llamada Marlboro, decidió ingresar al mundo cannábico, y empezar a producir cigarros a base de marihuana, lo que demuestra que esta droga se ha convertido en un fenómeno de gran envergadura imposible de ignorar.

Ley 20.000

Chile, por su parte, no prohíbe el consumo de cannabis, sino que por el contrario, tiene penalizado el cultivo y tráfico de ésta. Según la Ley 20.000, o “Ley de Drogas”, a partir del 2005 se castiga con cárcel y con multas desde las cuarenta Unidades Tributarias Mensuales (UTM), a todas las personas “que elaboren, fabriquen, transformen, preparen o extraigan sustancias o drogas estupefacientes o sicotrópicas productoras de dependencia física o psíquica.” Sin embargo, se destaca que si existe algún tipo de justificación médica, no se aplicarán estas medidas.

De acuerdo con la “Unidad Especializada de Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas” del Observatorio del Narcotráfico, las cifras de Condenados por Delitos de la Ley de Drogas entre 2010-2014, demuestran una curva que desde el 2012 al 2014 se reduce en casi un 23%. Cabe destacar que en dicho estudio no se consideran el porte o el consumo de drogas, así como tampoco se detalla cuáles son los narcóticos más recurrentes en estos casos.

Frente a este control, catalogado por diversas organizaciones pro cannabis como excesivo y arbitrario, se planteó el proyecto de Ley Cultiva Seguro, que podría permitirle a los usuarios con fines terapéuticos cultivar marihuana para complementar sus tratamientos. Esto refleja que la sociedad chilena, se ha empezado a educar sobre el tema, y a considerar la posibilidad de imitar a sus vecinos latinoamericanos, sobre una amplia regularización de esta droga.

“Yo creo que no me causa problemas”

“​Lo que muestra el último estudio, es un aumento en el consumo de marihuana en ambas poblaciones, y una disminución en la percepción de riesgo en ambas”, ​esto fue lo que señaló José Marín, Jefe de Estudios del Senda, respecto de las cifras entregadas por los Informes de Drogas aplicados en Población General (2016) y Escolar (2015), de los cuales se puede desprender que, en primer lugar, el 28,6% de la población consume marihuana.

Según el último estudio realizado por el Senda, los factores más relevantes para entender el aumento del consumo de esta droga en el país son: género, edad, y nivel socioeconómico. Cifras: ​Desde 1994 a 2016, la prevalencia de consumo en mujeres ha aumentado en un 8%, y en hombres en casi un 12%. Respecto de la edad, se concluye que el rango etario que presenta un mayor aumento corresponde al de 19-25 años con casi un 25%. En relación al nivel socioeconómico, el que presenta un mayor aumento es el alto con un 11,4%, pero le sigue de cerca el bajo con un 10,8%.

En segundo lugar, es posible observar que este aumento no guarda relación con la precocidad de los usuarios, pues, según lo constata la Octava Encuesta Nacional de la Juventud, realizada por la Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) en el 2015, de los jóvenes que declararon haberla consumido en el último año, 20% respondió que la utilizaba varias veces al mes, y el 28% de forma diaria o semanalmente, es decir, 1 de cada 2 jóvenes son consumidores de marihuana frecuentes.

José Marín está de acuerdo con estas cifras, y destacó que este fenómeno se debe principalmente a la caída en la percepción de riesgo del consumo de cannabis, “​hay un aumento del porcentaje de la población tanto en el ámbito escolar como en el adulto, que cree que la marihuana no es dañina, y dicen: “No me causa problemas con la familia, ni en el colegio, y tampoco en el trabajo”.”

En relación a lo anterior, señaló que esto se evidencia en los grupos socioeconómicos más vulnerables, pues generan una mayor dependencia hacia a la marihuana, y destacó lo siguiente: “En ese sentido nosotros decimos que la droga genera desigualdad, si bien se consume parejo entre todos los grupos sociales, hay un mayor nivel de daño en el nivel socioeconómico más bajo.”

Si se observa el consumo en la Población Escolar, el sector educativo con mayor prevalencia corresponde a los colegios municipales, además, es importante considerar que entre 2009 y 2013 toda la comunidad escolar disminuye su porcentaje de consumidores con riesgo alto en aproximadamente un 7,3%, y en 2015 la cifra aumenta apenas un 1,7%.

Tanto los estudios que ha realizado Senda, como el Injuv, establecen que los patrones de consumo han aumentado, lo que significa que los y las chilenas utilizan esta droga para fines recreativos en reiteradas ocasiones, es decir, la frecuencia ha ido en ascenso. Y, por otro lado, la intensidad también ha incrementado, pues las dosis son cada vez más grandes.

La oferta v/s la demanda

El consumo, la prevalencia y la caída de la percepción de riesgo, son factores que se han visto afectados con el paso tiempo por el rol que juegan diversos elementos presentes tanto en Latinoamérica, como en Chile. Algunos de ellos, son los artículos pro cannabis, la proliferación de Grow Shops, tiendas online que facilitan la venta de artefactos para consumir marihuana, y eventos de gran cobertura mediática como lo fue la Expoweed.

Esta convocatoria se llevó a cabo entre el 30 de noviembre y el 3 de diciembre, en el Parque O’Higgins. Según lo consigna su página web, se convirtió en un espacio de encuentro, información, diálogo y educación en torno a la cultura cannábica y los usos legales de la planta. En la misma línea, es relevante el vacío judicial en el cual se adscriben los Grow Shop, pues facilitan la venta de semillas, de indoors, y de fertilizantes para producir cepas mucho más agresivas, dulces, e incluso con pigmentaciones diferentes.

En resumidas cuentas, la sociedad ha cambiado su mirada respecto a la cannabis, y cada vez más se hace desde una perspectiva que reconoce los beneficios de esta planta, pero que al mismo tiempo se percata de que las personas que consumen pueden estar expuestas a situaciones riesgo como cualquier otra droga.

Esta evolución implica que los usuarios ya no creen que la marihuana es dañina para sus cuerpos, y frente a países del propio continente donde ya está legalizada, se plantea la necesidad de revaluar la ley que la prohíbe.

 

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