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El eclipse en la urgente reforma a la salud visual en Chile Opinión

El eclipse en la urgente reforma a la salud visual en Chile

Marco Antonio Nunez
Por : Marco Antonio Nunez Médico, PHD y presidente de Ópticas de Chile
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La protección de los ojos con lentes especiales ha sido comunicada a la población como medida de salud visual a propósito del eclipse total de sol. Las reformas pendientes en oftalmología exigen esta misma fuerza para establecer acciones decididas de todos los actores de la salud. El ministro Jaime Mañalich tiene a la mano un instrumento que, de ser usado, puede reducir sustancialmente las listas de espera oftalmológicas. Ese instrumento es el desarrollo de la optometría, pues se reduce en un 80% el costo de la consulta para un examen visual y se dispone de una potencial red profesional de calidad en más de 2 mil puntos de atención inmediata, a través de las ópticas establecidas en todo el territorio nacional.


El reciente cambio realizado por el Presidente Sebastián Piñera en el Ministerio de Salud, intenta reafirmar la voluntad de hacer reformas para enfrentar uno de los desafíos más urgentes expresados por la gente: el acceso oportuno a una salud digna.

El nuevo ministro sabe que la oftalmología es la especialidad médica que cuenta con más pacientes en lista de espera de todo el sistema de salud chileno. Según cifras oficiales, son más de 230 mil personas las que hoy deben esperar 480 días en promedio para ser atendidas por un especialista en el sector público. En la lista de espera GES, la oftalmología nacional sigue también al debe. Las cataratas, los vicios de refracción y la retinopatía diabética son las tres patologías de la salud visual predominantes en la lista de espera AUGE.

Este déficit lo hemos arrastrado, prácticamente, a lo largo de toda nuestra historia, afectando gravemente la calidad de vida, el ingreso, la salud física y mental de millones de chilenos.

La promulgación de la Ley de Optometría en 2011 –que me tocó impulsar desde el Congreso– fue un gran paso para cumplir con los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud, al destrabar el monopolio del diagnóstico de los vicios de refracción que ostentaban los oftalmólogos, para extender la prescripción de lentes a tecnólogos médicos con especialidad en oftalmología y a los optómetras.

[cita tipo=»destaque»]Nuestra agenda de trabajo está orientada a reglamentar los protocolos de derivación con los profesionales oftalmólogos para que, si se detecta un paciente en las ópticas que requiera una consulta médica oftalmológica, esta se le indique claramente a través de un procedimiento preestablecido.[/cita]

Ese esfuerzo legislativo se volvió insuficiente, ya que tres años más tarde, se introdujo el artículo 126 en el Código Sanitario, cuyo fin fue impedir que los profesionales de la salud visual se desempeñen al interior de las ópticas, como ocurre en la mayoría de los países de la OCDE.

Paradójicamente, el resultado está a la vista. Con la limitación del ejercicio profesional se logró reducir la oferta diagnóstica y mantener elevados costos de la consulta de salud visual, aumentando la lista de espera de oftalmología. Un eclipse total y permanente a los esfuerzos legislativos anteriormente realizados.

El ministro Jaime Mañalich tiene a la mano un instrumento que, de ser usado, puede reducir sustancialmente las listas de espera oftalmológicas. Ese instrumento es el desarrollo de la optometría, pues se reduce en un 80% el costo de la consulta para un examen visual y se dispone de una potencial red profesional de calidad en más de 2 mil puntos de atención inmediata, a través de las ópticas establecidas en todo el territorio nacional.

Ópticas de Chile –que representa a pequeñas y grandes, independientes, de cadenas internacionales y laboratorios– ha decidido aportar ideas para acoger la demanda de los propios pacientes, que buscan simplificar el acceso al examen visual primario, que muchas veces se retrasa producto de la falta de especialistas médicos. Esto se hace más evidente en las zonas aisladas de nuestro país y en sectores más vulnerables, que es donde existe déficit de especialistas y dependen de la realización de operativos médicos esporádicos.

Así, hemos resuelto colaborar con la autoridad de salud, los colegios profesionales, las sociedades médicas, el sistema público y privado de salud y las asociaciones de consumidores, para construir un entorno colaborativo y ser un aporte a la mejora de la calidad, la protección financiera y la reducción de listas de espera en salud visual.

Nuestra agenda de trabajo está orientada a reglamentar los protocolos de derivación con los profesionales oftalmólogos para que, si se detecta un paciente en las ópticas que requiera una consulta médica oftalmológica, esta se le indique claramente a través de un procedimiento preestablecido.

Chile tiene una deuda histórica con la salud visual de las personas. Hoy tenemos la oportunidad de ofrecerle a la ciudadanía la reducción de las barreras de acceso, lo que, junto con aliviar el pago de bolsillo, es un tema fundamental relevante para la calidad de vida.

La protección de los ojos con lentes especiales ha sido comunicada a la población como medida de salud visual a propósito del eclipse total de sol. Las reformas pendientes en oftalmología exigen esta misma fuerza para establecer acciones decididas de todos los actores de la Salud.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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