Previo a la Guerra Civil de 1891, el Presidente José Manuel Balmaceda encargó a Francia la construcción de dos buques para reforzar el poder disuasivo de la Armada. No llegaron a tiempo. Con el coronavirus, el Gobierno de Piñera encargó ventiladores mecánicos, pero no hay certeza de que lleguen a tiempo. En Valparaíso, conociendo la historia de las embarcaciones encargadas por Balmaceda, los ingenieros de la Universidad de Valparaíso y la Universidad Técnica Federico Santa María ya están trabajando en un prototipo de ventilador mecánico para producción local. Así se busca evitar el desastre.
En plena Guerra Civil de 1891, Augusto Matte y Agustín Edwards dificultaron la entrega de los cruceros protegidos Presidente Pinto y Presidente Errázuriz, como del acorazado Capitán Prat, que habían sido encargados por el Gobierno del Presidente José Manuel Balmaceda, previo al conflicto. Este último tenía grandes esperanzas en la incorporación de estos buques para mejorar el poder disuasivo de la Armada de Chile, promulgando una ley el 22 de agosto de 1887 para la construcción de estos en Francia y los cazatorpederos en Inglaterra.
En medio de la Guerra Civil, sin embargo, estas embarcaciones eran consideradas primordiales para poder enfrentar a la escuadra “constitucionalista” para algunos, “revolucionaria” para otros. La fecha de la llegada de estos cruceros es controvertida. Según algunos, esto habría ocurrido en 1892 (1) y otros en 1891 (2), en todo caso habrían recalado cuando ya había terminado la Guerra Civil y Balmaceda ya se había suicidado en la Legación Argentina (19 de septiembre de 1891).
En diciembre del año 2019, en la ciudad de Wuhan se presentaron cuadros de neumonía de causa desconocida. El 7 de enero del año 2020 científicos chinos aislaron de estos pacientes un coronavirus desconocido hasta el momento, nominado COVID-19 (3). Al 20 de febrero se habían confirmado 56.848 casos. El 13,8% desarrolló una enfermedad severa y 6,1% crítica –insuficiencia cardíaca, shock séptico y/o falla o disfunción multiorgánica– (4), o sea, con la necesidad de utilizar ventilador mecánico. Información ya recopilada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 28 de febrero de este año.
En un escenario intermedio de transmisión, como el de la ciudad de Shenzhen en China, se identificó que, de 28.842 contactos cercanos, 3,1% de estos se infectaron con COVID-19 (4). O sea, era una enfermedad muy contagiosa.
Con esta información se podría haber calculado la potencial demanda de camas críticas y de ventiladores mecánicos necesarios para dar respuesta a la demanda que se podría presentar en Chile.
En ese momento aún no se contaba con la información publicada en Lancet (3) sobre la cohorte de Wuhan, pero estaba disponible el informe de la OMS en que se señalaba que el período desde el inicio hasta el desarrollo de síntomas severos, incluyendo la hipoxia (falta de oxígeno), era de una semana (4). Por tanto, era perentorio contar con ventiladores mecánicos y camas críticas, ya insuficientes en los hospitales públicos. Más aún cuando la epidemia se iba extendiendo al mundo desarrollado, donde se producen estos elementos.
Conservo la esperanza de que los ventiladores lleguen a tiempo, pero en Valparaíso, conociendo la historia de los cruceros protegidos encargados por el Presidente Balmaceda, los ingenieros de la Universidad de Valparaíso y de la Universidad Técnica Federico Santa María ya están trabajando en un prototipo de ventilador mecánico para producción local.
Referencias: