Publicidad
Pymes a contrarreloj: las horas clave que enfrentan para no caer al vacío con miles de quiebras MERCADOS

Pymes a contrarreloj: las horas clave que enfrentan para no caer al vacío con miles de quiebras

Natalia Saavedra Morales
Por : Natalia Saavedra Morales Editora periodística El Mostrador Mercados
Ver Más

Sin plata para pagar las cuentas a fin de mes. Es la realidad de cerca de 150 mil pymes que podrían quebrar debido a los efectos económicos del nuevo coronavirus. Las medidas del Gobierno suavizan pero no solucionan los problemas que ya arrastraban desde el estallido de octubre. ¿Lo más complejo? Negocios facturando cero, empresas sin liquidez y la banca aceptando solo reprogramaciones al día, algo que para algunos pequeños y medianos empresarios parece irrisorio e insostenible. Tramitaciones engorrosas que de nada sirven. Ahora esperan una señal clara del poder político que no los deje a la deriva.


«La Bodeguita de Fernando» era el proyecto de Fernando y su esposa Natalia de toda la vida. De servir comida con un sello gourmet en Lo Valledor se cambiaron al sector oriente. Ahorraron todo lo que pudieron entre el local y reparto de frutas y verduras, para lo que se levantaban a las 3 a.m. Recibieron una pequeña herencia, su suegro los ayudó y vendieron el auto. Todo porque decidieron irse a un segundo piso en el corazón de Providencia. Un local grande donde ofrecen comida chilena a buenos precios, buffet y eventos. Todo venía bien. Varios de sus seguidores, del otro extremo de Santiago, los siguieron a su nuevo local. Celebraron su upgrade.

A los pocos meses de abrir «La Bodeguita de Fernando», el estallido social le pegó el primer golpe. Pero así y todo siguieron adelante. Es un negocio familiar en el que invirtieron todo su capital. Hicieron el aguante con un colchón para emergencias, pero que «ya se acabó».

La historia es relatada por su dueño mientras reparte por Providencia un menú a $3 mil. Un monto casi insignificante para todo el esfuerzo de mantener a flote el negocio. En un pequeño cartel en la puerta del local en calle General del Canto se lee: «Tenemos menú, pedidos al WhatsApp». Como tantas pymes, ahora Fernando está al borde del caer al vacío.

«Esa caja chica de octubre a la fecha se acabó, estamos viviendo al día. Ahora el golpe de gracia del COVID-19 nos hizo cerrar definitivamente, ante eso y las ayudas del Gobierno –y hemos investigado todo– es poco a lo que podemos acceder. Por ejemplo, para pedir un préstamo, nos piden tantos papeles que se vuelve muy engorroso», asegura.

La experiencia se sitúa en un escenario repleto de anuncios: del Gobierno, de los gremios, de las empresas, de los ministros. Instrucciones, leyes, subsidios. Todo, lo que en medio de una crisis para el bolsillo de cientos de miles de pymes es difícil de aterrizar.

El agua ya la tienen hasta más arriba del cuello. Las mismas empresas que otorgan más del 60% del empleo del país, han tocado masivamente la puerta de los bancos.

Este martes, en la comisión de Hacienda, el presidente de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF), les comentó a los senadores la realidad: ya hay 625 mil solicitudes de flexibilización de créditos de consumo, hipotecario y para pymes. Pese a que el 93% ha sido aprobado, el porcentaje de pymes en el total es menor: 75 mil empresas del segmento han pedido alguna solución para no entrar en las temidas moras.

Lejos de los bancos, la sensación de las pymes es de angustia. Ayer un informe sobre la situación de hoteles y restaurantes señaló que el sector –altamente intensivo en empresas de este segmento– podría perder hasta 150 mil puestos de trabajo.

La secretaria general de Unapyme, Gianina Figueroa, advierte que es indispensable poner en contexto cómo la crisis del nuevo coronavirus golpea a las pymes. Lo primero que dice es que sistemáticamente han ido perdiendo mercado, pues no hay un interés en proteger al segmento frente a inequidades del mercado o frente a la competencia de grandes actores.

«Es un sector tremendamente golpeado y hemos hecho hincapié en que las medidas implementadas después del 18 de octubre fueron insuficientes. Agrego el dato de que en la capitalización que hizo el Gobierno para BancoEstado, que fue solicitada por cerca de 270 mil empresas, solo el 37% pudo acceder a estos beneficios. Y ahora, con el coronavirus, nuevamente oímos hablar de capitalización, pero el BancoEstado, como ejemplo, tiene exigencias altísimas que cumplir de parte de la pyme. Partiendo por que piden estar con crédito vigente y no tener deuda, cosa que es imposible pedírsela, por ejemplo, al sector de turismo. Suma que no debe tener deudas con la Tesorería, no debe tener IVA atrasado, no deben tener Dicom ni deuda previsional. No es una medida que salve de la quiebra a cerca de 150 mil pymes», apunta.

Figueroa agrega que hay que sincerar el escenario. Esto, por ejemplo, en relación con los anuncios del pago oportuno de proveedores por parte del Estado. «Hay deudas de proveedores de la salud que se arrastran del año 2014. Nos alegramos por quienes reciben su dinero, por quienes requieran esos proveedores. Pero hubiésemos querido que incluyera a todos los proveedores. El sector municipal, por ejemplo, arrastra deudas millonarias con muchas pymes que están cruzadas de brazos. Las medidas son a medias», enfatiza.

El Gobierno, en medio de los diferentes escenarios que está enfrentando, dijo ayer, tras la reunión de Hacienda con Chile Vamos, que se debe evaluar la ampliación de las garantías estatales a los créditos, de tal manera de apoyar a las pymes.

La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) les dio mayores facilidades (mediante normas) a los bancos para prestar dinero, pero les advirtió que deben poner especial énfasis en el riesgo. Desde la banca plantean que el Gobierno, como consecuencia, debe dar mayor apalancamiento al sector. En la industria aseguran, por ejemplo, que fondos de apoyo como el Fogape tienen requerimientos que no permiten que se convierta en una línea de crédito fluida. «Es urgente apurar todas esas líneas», puntualiza una fuente del sector.

El lunes, el presidente de BancoEstado, Arturo Tagle, señaló precisamente que se debe permitir que a Fogape accedan más empresas y que se deben aumentar los recursos disponibles, incluso para compañías con mayor facturación . «Es una tarea pendiente», expresó en relación con su mejoramiento. Uno de los pendientes –detalló en la Comisión de Hacienda– es que se entregue la posibilidad para refinanciar créditos, porque solamente es para créditos nuevos.

La Asociación de Emprendedores de Chile (Asech) también tiene un diagnóstico preocupante. Aseguran que hay más de 4 millones de personas trabajando en pymes y que hoy están llenos de incertidumbre: servicios, turismo, entretención y comercio en general.

«Lo que las pymes necesitan hoy es liquidez para poder sobrellevar estas semanas o meses sin ventas, sin tener que cerrar. Y es que las iniciativas tienen que ir enfocadas en que puedan posponer ciertas obligaciones o poder subsidiar esos compromisos de alguna manera. Consideramos que aún hay muchas medidas que pueden aportar a dar liquidez a las pymes, entregando subsidios o suspendiendo el pago de gastos fijos como arriendos, o de servicios básicos como agua, luz y de telecomunicaciones. Creemos que hay que seguir por ese camino que les signifique un verdadero alivio a las pequeñas y medias empresas de nuestro país», sostiene la directora de Asech, Gina Ocqueteau.

Desde Asech valoran el primer paquete anunciado por el Gobierno, pero creen que no será todo. «Esta es una crisis sin precedentes y necesitamos medidas aún más agresivas… Hay que entender que de lo contrario las pymes quiebran», añade la directora del gremio.

¿Qué tipo de medidas podrían tomarse? Aseguran que muchas: suspender el pago de las patentes municipales y que el BancoEstado otorgue créditos avalados por el Estado, por ejemplo.»Se necesita también que la banca deje de poner trabas a nuestras pymes, que se posterguen créditos, al menos por 180 días y sin capitalización de intereses, y considerando aumentar los plazos de postergación según evolucione la situación», agrega Ocqueteau.

El problema que perciben es siempre el mismo, el mismo que percibe Fernando: trabas y más trabas, papeles, estar al día. «Como lo dijo Ana Botín, presidenta de Banco Santander, hoy los bancos pueden ser parte de la solución, pues esta vez no se trata de una crisis financiera como lo fue en 2008, por tanto, la banca puede ser un actor clave en entregar a las pymes esa liquidez que puede marcar la diferencia entre seguir funcionando o quebrar», aseguran desde Asech.

Sin medidas adecuadas, la crisis puede solo profundizare. El abogado experto en reestructuraciones de empresas, Nelson Contador, explica a El Mostrador que los números recién reflejan lo ocurrido a partir de octubre. Y mayo será un mes clave para ver cuántas solicitan su reorganización.

«Gran parte de las compañías están viviendo una falta de liquidez que les impide afrontar sus compromisos inmediatos con los acreedores financieros y proveedores. Además, este faltante de caja está afectando seriamente al empleo; la única salida para evitar las falencias son los acuerdos que se deben negociar con los acreedores, para que el pago de los créditos se realice en una condición distinta de plazo y tasa de interés al originalmente pactado. Este acuerdo se toma dentro del marco de un Procedimiento de Reorganización Judicial que regula la Ley 20.720, que hace 5 años sustituyó a la antigua Ley de Quiebras. Acá los acreedores tienen la palabra: o acogen los nuevos planes de reestructuración que les propone la empresa deudora o esta es declarada en liquidación o quiebra. En este último escenario, cada uno debe medir bien su determinación y efectos. E empresario perderá su negocio y los acreedores perderán las posibilidades de recuperar sus créditos, todo ello teniendo en consideración, además, que se perderán fuentes de empleo, incrementando con ello las tasas de cesantía, que cada día se han visto aumentadas en esta crisis sanitaria», detalla.

«¿Que cómo estoy enfrentando la crisis», se pregunta Fernando, mientras organiza pedidos, y responde: «Con una rama en la cabeza y un cuchillo en los dientes».

Publicidad

Tendencias