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Hacienda: la manzana envenenada MERCADOS|OPINIÓN

Hacienda: la manzana envenenada

Los beneficios tributarios discrecionales, la concentración excesiva de la riqueza y las facilidades para eludir el pago de impuestos se ubican en la base de la desigualdad, que es uno de los problemas de fondo que sufre Chile y que limita su desarrollo. El Ministerio de Hacienda no ha logrado –o no ha querido– ofrecer respuestas a la altura de las necesidades de la población. El listado de errores, tardanzas y negativas es extenso y bien conocido. En tanto y frente a la mirada atónita de millones de chilenos, el ahora exministro Ignacio Briones dejó su cargo entre aplausos y loas, para emprender una carrera presidencial.


Treinta y dos mil 709 millones de dólares. Esa es la cantidad de dinero que –hasta hace pocos días– había sido retirada desde las AFP por los cotizantes que han accedido al 10% de sus fondos de pensión.

Cuando se esperaba que, ante una situación excepcional como la que estamos viviendo, el Gobierno echara manos a sus recursos para garantizar un estándar de vida digno a la población durante la pandemia, la tarea de inyectar recursos a nuestra alicaída economía recayó en los propios trabajadores y en sus ahorros.

Buena parte de esos casi 33 mil millones de dólares –que equivalen a poco menos de la mitad del presupuesto fiscal del país para 2021– han dinamizado las actividades económicas locales, generando más consumo, mayoritariamente de tipo primario, pues muchas familias acudieron a estos fondos para subsistir, ante la tardanza y la precariedad de las ayudas ofertadas por el Gobierno.

[cita tipo=»destaque»]Hereda el cargo, a Rodrigo Cerda, la difícil tarea de rectificar los errores cometidos. Como en un cuento de hadas y brujas, el nuevo ministro recibe de obsequio una manzana aparentemente deliciosa, pero envenenada. Si continúa la ruta trazada por Briones, el país continuará contraído, las pymes agobiadas y las familias cada día más empobrecidas, en medio de cuarentenas eternas. Si enmienda el rumbo y toma medidas que realmente ayuden a los chilenos, evidenciará que la gestión de su antecesor fue, en efecto, precaria. Al final del día, el país no necesita liderazgos de laboratorio, sino que exige servidores públicos que hagan bien su trabajo.[/cita]

De no ser por el ahorro al que millones de chilenos han tenido que echar mano –AFP, fondo de cesantía, recursos propios–, la economía interna sería incluso mucho peor. Más todavía, bajo la tutela de un Gobierno que no logró aquilatar la magnitud de las necesidades de la población. Y si es que pudo hacerlo, no tuvo la voluntad de generar las acciones necesarias para paliar los efectos de la crisis.

Con todo, las proyecciones al mediano plazo no son alentadoras ni para las pequeñas y medianas empresas, ni para el empleo, ni para el gasto público. Por lo tanto, también son malas las perspectivas para la inmensa mayoría de las familias chilenas. ¿Qué va a hacer el Gobierno en los meses que vienen? ¿Se la va a jugar durante su último año de gestión por revitalizar la economía?  ¿O va a insistir en endosar el costo a los trabajadores?

Un comité de expertos trabaja en una propuesta para modificar algunos aspectos del sistema tributario, sobre la base de recomendaciones hechas por la OCDE y el FMI, especialmente en materia de exenciones tributarias. Se espera que la propuesta esté terminada a fines de enero y que, luego del receso legislativo, se convierta en proyecto de ley.

No es un tema menor. Según el Servicio de Impuestos Internos, solo durante 2020 las exenciones alcanzaron los 9 mil 333 millones de dólares. Para varios especialistas, tales beneficios tributarios no se justifican bajo ningún punto de visa. Otros, son más moderados y apuntan a establecer diferenciaciones respecto de la exención.

No obstante, rectificar las exenciones tributarias es un paso necesario para mejorar la recaudación de recursos por parte del Estado.

Tan necesario, como reducir al mínimo la evasión tributaria que promedia los 21 mil millones de dólares anuales, materia sobre la que el Ejecutivo no ha sido ni claro para condenar ni firme para corregir. E igualmente válido que sincerar la discusión sobre el impuesto a las superfortunas del país y abordar la necesidad de poner fin al secreto bancario, al menos de manera parcial, de modo tal de detectar indicios de cualquier tipo de irregularidad.

En el fondo, los beneficios tributarios discrecionales, la concentración excesiva de la riqueza y las facilidades para eludir el pago de impuestos se ubican en la base de la desigualdad, que es uno de los problemas de fondo que sufre Chile y que limita su desarrollo.

El Ministerio de Hacienda no ha logrado –o no ha querido– ofrecer respuestas a la altura de las necesidades de la población. El listado de errores, tardanzas y negativas es extenso y bien conocido.

En tanto y frente a la mirada atónita de millones de chilenos, el ahora exministro Ignacio Briones dejó su cargo entre aplausos y loas, para emprender una carrera presidencial. «La vida es sueño y los sueños, sueños son», escribió Calderón de la Barca en el año 1635.

Hereda el cargo, a Rodrigo Cerda, la difícil tarea de rectificar los errores cometidos. Como en un cuento de hadas y brujas, el nuevo ministro recibe de obsequio una manzana aparentemente deliciosa, pero envenenada. Si continúa la ruta trazada por Briones, el país continuará contraído, las pymes agobiadas y las familias cada día más empobrecidas, en medio de cuarentenas eternas. Si enmienda el rumbo y toma medidas que realmente ayuden a los chilenos, evidenciará que la gestión de su antecesor fue, en efecto, precaria. Al final del día, el país no necesita liderazgos de laboratorio, sino que exige servidores públicos que hagan bien su trabajo.

En lo inmediato, hace falta asegurar que el Estado tendrá recursos suficientes para enfrentar la contracción económica, que de seguro rondará nuestra realidad durante los próximos dos o tres años, antes de regresar recién a un estado precrisis. Hasta ahora, los chilenos han puesto de su bolsillo 32 mil millones de dólares. ¿Qué está dispuesto a hacer el Gobierno?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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