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El poder constituyente y el mal diseño del Gobierno de la instalación Opinión

El poder constituyente y el mal diseño del Gobierno de la instalación

Marta Lagos
Por : Marta Lagos Encuestadora, directora de Latinobarómetro y de MORI Chile.
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Malo el diseño de la sesión de instalación de la Convención Constitucional. Mal diseñado el formato de participación. ¿Permiten tres marchas desde tres puntos distintos del centro de la capital, y fijan un perímetro de papel? ¿En qué país viven? Si no les das salida a los que marchan al final de la marcha, es obvio que habrá presión por pasar. Esto era más importante que la inauguración de un presidente o la visita del mandatario de EE.UU. ¿Por qué no fueron capaces de hacer una seguridad acorde con el acontecimiento? Podrían haber instalado pantallas gigantes con otra carpa en la Plaza de Armas para los familiares, podrían haber hecho tantas cosas.


La función primordial de la Convención Constitucional es la redacción de una Nueva Constitución que disperse el poder y les dé total soberanía a los electores, a los chilenos.

El 4 de julio de 2021 vivimos el primer momento del uso del poder constituyente, en que se comienza a dispersar el poder. Fue cuando una constituyente recibe un mensaje en su teléfono, informando que los estaban reprimiendo afuera. Unos pocos habían botado una valla y roto el perímetro de seguridad, intentando llegar al Congreso. Algunos llevaban piedras con otros propósitos. Estaban afuera también los padres, los familiares de constituyentes, que intentaban asimismo llegar al Congreso. Una combinación claramente explosiva para la seguridad. Por una parte, la legítima aspiración de ser parte de la historia por parte de familiares y, por otra, la inevitable infiltración de los que quieren destruir.

Recuerdo las inauguraciones de las presidencias pasadas, donde había varios perímetros para distintos tipos de público. El Estado, el Gobierno, cometieron un error histórico ayer al (nuevamente) no pensar en que los constituyentes de los pueblos originarios vendrían con su gente al hecho histórico. Que había que darles espacio. Que había que considerar lo histórico de la situación. Deberían haber tenido, por respeto al momento, un lugar especial para ellos.

Al mismo tiempo, recuerdo haber asistido a cumbres de presidentes, donde los círculos perimetrales de seguridad no eran uno sino una media docena. Imposible pasar porque habría que romper no una barrera sino varias barreras sucesivas. El Estado chileno, de nuevo fallido. El Gobierno hizo mal su trabajo. No pensó bien en lo histórico del momento y lo que se requería.

Vallas adecuadas, perímetros suficientes, se pueden instalar para impedir el disturbio de los que quieren destruir.

Mal hecha la seguridad de la Convención, que por una parte excluyó a granel a todos menos los convencionales, sin respeto al momento histórico e ignorando, no siendo capaz de ver, lo que sucedería. Hoy parece de toda obviedad que deberían haber tenido un espacio para familiares de convencionales. Limitado pero un espacio, para al menos familiares de pueblos originarios, los que venían especialmente de fuera de Santiago.

Botar una valla no es difícil y es infantil pensar que 20 carabineros y una hilera de vallas pueden parar una manifestación. ¿No han aprendido nada?

¿Mandar el guanaco para reprimir a granel era la solución?

Malo el diseño de la sesión de instalación de la Convención Constitucional. Mal diseñado el formato de participación. ¿Permiten tres marchas desde tres puntos distintos del centro de la capital, y fijan un perímetro de papel? ¿En qué país viven? Si no les das salida a los que marchan al final de la marcha, es obvio que habrá presión por pasar. Esto era más importante que la inauguración de un presidente o la visita del mandatario de EE.UU. ¿Por qué no fueron capaces de hacer una seguridad acorde con el acontecimiento? Podrían haber instalado pantallas gigantes con otra carpa en la Plaza de Armas para los familiares, podrían haber hecho tantas cosas.

No más de un centenar de personas terminó presionando para pasar al otro lado del perímetro de seguridad. Un milagro que no hayan sido mil.

No tener inteligencia, no conocer al pueblo, no aprender de la experiencia, no implementar medidas de seguridad de verdad y luego parchar los errores con un guanaco y Fuerzas Especiales que no discriminan, es un poder mal usado, un abuso de poder.

Los convencionales que interrumpen la sesión porque sus familiares estaban siendo reprimidos tenían razón, no es aceptable ese trato de parte del Estado. Ellos ejercen en ese momento su poder constituyente, marcando un hito en cuanto a que la Convención Constitucional requiere de condiciones mínimas. La Convención no es una isla o un satélite que debe funcionar en un búnker aislado del mundo. Ese es el mensaje de ayer.

El Estado de Chile tiene que empezar a funcionar considerando a todos y haciendo las cosas bien. Se acabó el tiempo en que, si no eres de la elite, no vales. Ahora tienen poder los que no son de la elite también. Ayer comenzó la dispersión del poder, el fin último de la Nueva Constitución.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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