Zona crítica

La derrota ante Brasil aún duele. Pudo haber sido otro resultado, pero al final queda esa sensación contrariada de que muchas veces se puede, pero no se consigue el objetivo. Lo dijo Martín Lasarte, “tenemos sensaciones de buen juego, pero no estamos consiguiendo los resultados que pretendemos”.

Chile sigue siendo un equipo competitivo. De hecho, jugó mucho más y mejor que en relación al duelo de cuartos de final de Copa América. La Roja fue protagonista con un primer tiempo de excelente rendimiento, copando la cancha en amplitud y posesión. Sin embargo, sigue siendo el fantasma del gol el que no asoma en cada partido por los puntos.

Sin Sánchez y Brereton, todo el peso ofensivo recaía en Eduardo Vargas –de gran presente en Atlético Mineiro–, porque obligar a Iván Morales en su debut por la absoluta, y ante nada más y nada menos que Brasil, es una situación muy compleja y no fácil de asumir. Si bien los caminos al gol no dependen exclusivamente de los atacantes, hace rato perdimos ese poder de fuego. Y por ahora no se ve por dónde recuperarlo.

Si bien Sánchez y Vargas son los dos goleadores históricos de la selección y siguen estando a un nivel importante de competencia, el resto de las opciones son todas “apuestas o anhelos de que exploten”. En su momento y cuando el gran Chupete Suazo dejó de ser seleccionable, todo apuntaba a que Nicolás Castillo y Angelo Henríquez serían los herederos de la camiseta 9. No obstante, y por distintos motivos futbolísticos y de otra índole, ninguno de los dos pudo tener un feliz presente en la Roja y, a pesar de varios inconvenientes en sus carreras, uno espera que pueden reinventarse ambos y poder sumar goles a nuestro alicaído y famélico ataque.

Pero hay que rápidamente dar vuelta la página y pensar en el durísimo partido ante Ecuador en Quito, donde la estadística es otra montaña más para escalar. Chile jamás ha logrado ganar en la mitad del mundo por Clasificatorias. No juegan los números, es solo un antecedente que, por negativo que sea, está en el colectivo. Acá llegaremos sin dos titulares, suspendidos por acumulación de tarjetas, como es el caso de Maripán y Pulgar.

Lasarte ya dejó entrever que el plan Quito, tendrá de seguro otro módulo de táctica, pasando del 3-5-2, seguramente a un 4-4-2; con un Chile más replegado y apostando a transiciones ofensivas para intentar dañar la valla ecuatoriana. 

La obligación pasa por lograr tres puntos. De lo contrario, el escenario para seguir creyendo en las opciones a Qatar se complicaría demasiado, más aún si después se debe ir a Barranquilla para jugar ante Colombia. 

Ecuador y Colombia son rivales directos. Los de Alfaro llegan con 12 unidades, por lo cual, obtener un triunfo histórico sería un gran envión para recuperar terreno y mantener intactas las esperanzas.  No será un partido fácil, considerando la fortaleza de los locales jugando en Quito. Son un equipo muy fuerte en lo físico y con jugadores jóvenes que han ido logrando un rendimiento altísimo. Estupiñán, Plata, Caicedo, Castillo y Estrada son parte de esa camada, bien acompañados por la experiencia de Galíndez, Valencia y Mena.

Lasarte debe estar pensado esa fórmula que le permita salir no dañado a Chile desde Quito. Una derrota calaría muy hondo y, pensando que cuatro días después se juega ante Colombia, las obligaciones aumentan y a la vez nos dejan cada vez menos margen.

Entramos a la zona crítica de las definiciones. Y si bien el panorama no es muy auspicioso, este equipo aún tiene muchas batallas que dar.