PAÍS
El director de la encuesta Data influye —la misma que en su último informe abordó precisamente el tema de la crisis migratoria—, señaló que la actividades de «crimen organizado», se han observado con mayor claridad en el sector norte del país como es Arica, Iquique y Antofagasta y que esta «nueva fórmula del crimen» coincide con el aumento de la migración irregular. De acuerdo al analista, estos nuevos «códigos delictuales» que no conoce la policía nacional preocupan también a la Región de Valparaiso, donde también están empezando a percibir que hay «otro estándar». Frente a esta «olla a presión», para Axel Callís, director del estudio, «es un misterio cómo hará (el futuro gobierno) para imponer su agenda de transformaciones en medio de una crisis que está marcada por el narcotráfico, el crimen organizado, el control del orden público y la migración». Callís planteó un potencial escenario con «una agenda tomada no necesariamente por las transformaciones sino que por la agenda delictual, la crónica roja, el portonazo, el narcotráfico y al mismo tiempo la ausencia de una regulación en términos de pandemia con un Parlamento empatado». «Todavía no he leído una fórmula con la cual uno pueda decir que el Gobierno de Gabriel Boric tiene una receta para el tema migratorio», criticó. Junto a Héctor Cossio también estuvo Eduardo Cardoza, director del Movimiento Acción Migrante, para quien lo vivido no es una crisis migratoria sino más bien «una crisis de las políticas migratorias y desarrolladas por el gobierno del Presidente Piñera, que van contra toda la experiencia, tanto propia chilena como internacional». A su juicio, y compartiendo la inquietud de la zona, la situación que se vive en el norte tiene que ver con un abandono, ya que el tema de la delincuencia es previo a la migración. «Ante esta situación, que tiene ribetes humanitarios pero también ribetes de abandono por parte del Estado—acusó Cardoza—, las organizaciones migrantes planteamos soluciones (…), pero de eso no se vio nada».
