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El magistrado sostiene que a los pueblos originarios «debe considerarse su cosmovisión o la manera de relacionarse entre ellos y de acuerdo a eso se podría resolver de distinta manera de acuerdo a su realidad». Sin perjuicio de lo anterior, agrega, «deben reconocerse sus particularidades y respetarlos de acuerdo con su realidad». Consultado por si era necesario un reconocimiento constitucional, el ministro Simpértigue afirma que «es bueno que se diga y reconocer las inquietudes». A su juicio, «los cambios no son malos, pero requieren de estudios previos». El juez de origen aimara puso el foco en que «uno debe partir de la base de que todos (los principios constitucionales) son aplicables a todos los chilenos, sin ninguna excepción». Y enfatizó que de todas formas actualmente en la Corte Suprema «nosotros ya estamos resolviendo conflictos de pueblos originarios».
El ministro Diego Simpértigue Limare, quien desde el 21 de enero pasado forma parte de la Corte Suprema, siendo el primer integrante de origen aimara del máximo tribunal, abordó la discusión sobre el pluralismo jurídico; principio que ya está en el borrador de la nueva Constitución y que se refiere a la existencia de tribunales de justicia indígena, relacionados con el Sistema Nacional de Justicia, y que proviene de la Comisión de Sistemas de Justicia de la Convención Constitucional.
Junto con señalar que «todos los pueblos son distintos y por lo tanto es un tremendo desafío de llegar a aprobarse los tribunales de los pueblos originarios», el ministro Simpértigue sentenció que en Chile «no hay personas privilegiadas, todos somos iguales ante la ley, de tal manera que ese (el pluralismo jurídico) es un desafío tremendo a resolver».
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Definitivamente no lo ve sencillo, «es complejo», dice. Pero, en todo caso, el ministro Simpértigue sostuvo —en entrevista con El Mercurio— que a los pueblos originarios «debe considerarse su cosmovisión o la manera de relacionarse entre ellos y de acuerdo a eso se podría resolver de distinta manera de acuerdo a su realidad».
«Sin perjuicio de lo anterior, deben reconocerse sus particularidades y respetarlos de acuerdo con su realidad», comentó al matutino el magistrado que fue propuesto por el Presidente de la República para proveer el cargo vacante dejado por el cese de funciones de Rosa María Maggi —quien cumplió con la edad estatuida para ocupar integrar el máximo tribunal—.
Consultado por si era necesario un reconocimiento constitucional, el ministro Simpértigue argumenta que «es bueno que se diga y reconocer las inquietudes». A su juicio, «los cambios no son malos, pero requieren de estudios previos».
Respeto de los límites que podrían llegar a tener este tipo de tribunales, Simpértigue explica que están dados por los principios constitucionales que nos deben regir a todos». En ese sentido, manifestó: «Uno debe partir de la base de que todos (los principios constitucionales) son aplicables a todos los chilenos, sin ninguna excepción».
De todas formas, ya que son muy distintos unos de otros, Simpértigue recalca que se debe estudiar a cada pueblo en particular. «Yo pediría a los que tienen que decidir sobre estas materias que haya prudencia, equilibrio y pensar que la decisión que se va a tomar nos va a afectar a todos y que ojalá sea para tener un mejor país», concluyó.
Finalmente Simpértigue expresó, sobre los integrantes de los tribunales indigenas, sería ideal que sean abogados y también jueces de pueblos originarios capacitados para cumplir esta función. «Es posible que en la Corte Suprema, en un tiempo más, haya más ministros que provengan de pueblos originarios y si no hay, en algún momento llegarán».
El magistrado enfatizó que de todas formas actualmente «nosotros ya estamos resolviendo conflictos de pueblos originarios».
