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Norton Maza, el artista detrás del carro antidisturbios en el MAC: «Es una obra que invita a la gente a reflexionar sobre nuestro comportamiento a través del impacto» CULTURA

Norton Maza, el artista detrás del carro antidisturbios en el MAC: «Es una obra que invita a la gente a reflexionar sobre nuestro comportamiento a través del impacto»

Emilia Aparicio
Por : Emilia Aparicio Periodista El Mostrador
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El artista visual ha llamado la atención por la instalación de un carro policial antidisturbios «de cabeza» en el hall del Museo de Arte Contemporáneo (MAC). Al respecto, Maza relata en esta entrevista que su obra busca hacer reflexionar a los espectadores sobre la crisis climática y el comportamiento humano. Además, expresa que le interesa abordar una problemática global y poder llevarla a distintos países. «La problemática climática es global, no es que aqueje solamente a Chile. En el fondo, todo el globo terráqueo tiene que ver con este tema del cambio climático y el absurdo de la sociedad», expresa a El Mostrador. Además, cuenta que varias personas le han escrito por redes y hasta han viajado desde distintas regiones para poder visitar la muestra y, en ese sentido, rescata que es una obra transversal que llama a la ciudadanía a que visiten el museo. La exposición se llama «Analogías de la realidad» y estará en el MAC hasta el 1 de octubre de este año.


El artista visual Norton Maza ha sorprendido a los visitantes del Museo de Arte Contemporáneo (MAC). En medio de hall del edificio, puso «de cabeza» un carro policial antidisturbios de tamaño real. La estructura genera un quiebre con la arquitectura del museo, además por su tamaño. La obra es parte de la muestra «Analogías de la realidad», que se inauguró a principios de agosto, un trabajo que busca –en palabras de Maza– representar el comportamiento humano y la devastación del planeta a través de la escena que creó en medio del espacio.

Si bien a primera instancia se tendería a pensar que la obra está relacionada con el estallido social u otros enfrentamientos entre Carabineros y manifestantes, no es el caso. Maza explica que el carro no tiene patente ni una marca en particular, es simplemente un carro antidisturbios que puede ser utilizado en diferentes escenarios, en distintos lugares del mundo para disuadir. Su obra habla de la forma en que se comportan los humanos en el mundo entero y de un tema que es global: la crisis climática.

La instalación es una escena que, pese a estar quieta, tiene movimiento. Es un carro que se estrella contra una pila de desechos humanos y en la punta del mismo se posan dos guacamayos azules, una especie en extinción. Maza explica que la situación tiene que ver con la fragilidad.

«Toda esa fragilidad sobre el carro es como cuando se posa una vez un ave pequeña sobre el lomo de un rinoceronte. Ese equilibrio, además, se posa sobre algo que no sabe lo que es y es una máquina para reprimir o simplemente para contener. Me interesaba mucho poder trabajar con ese poner ese enfoque de cómo la obra en el fondo te puede llevar a distintas vertientes, no solamente ecológico, también nuestro comportamiento, vamos a decir, antropológico», sostiene el artista.

«La problemática climática es global, no es que aqueje solamente a Chile. En el fondo, todo el globo terráqueo tiene que ver con este tema del cambio climático y el absurdo de la sociedad», añade.

Norton Maza tiene 51 años, nació en Lautaro, pero tras el golpe militar partió –siendo apenas un niño– junto con su familia al exilio en Francia. En 1980 se trasladó a Cuba e ingresó a la Escuela Nacional de Arte “ENA”, donde se tituló el año 1989. Luego, continuó sus estudios superiores de arte en la Escuela de Bellas Artes de Bordeaux-Francia, hasta el año 1994.

El tamaño de la obra requiere que sea observada desde distintos ángulos y, en ese sentido, la elección del MAC para presentarla no es aleatoria. El trabajo contrasta con los colores, las formas y la luz del museo, además puede ser observado tanto desde el primer piso como del segundo, para así poder abarcar toda la obra.

«Me interesa mucho este hall arquitectónicamente hablando. Es precioso. Tiene como las dimensiones ideales para un proyecto de esta magnitud y con todas estas características. Aquí la puesta en escena y estos balcones del segundo piso generan una situación particular, porque es como una acción que se produce en una especie de coliseo, y eso tiene que ver con nuestra sociedad que hemos creado y de la cual tenemos que modificar mucho, muchas cosas, porque, cuando tengamos hijos o nietos, ¿qué vamos a dejar? No dejamos nada. Sí, se están derritiendo los glaciares, la cantidad de especies que están desapareciendo es brutal», afirma Maza.

Una obra transversal que invita a reflexionar

El artista relata que en 2017 comenzó hacer los primeros bosquejos del vehículo, y que tardó más de cuatro años en terminar la obra. Le gustaría poder exponerla en otros países, porque la temática que aborda también involucra a espectadores de diferentes lugares.

«Mi idea es que sea itinerante, que circule fuera de Chile, no en Chile, lamentablemente, porque un espacio de esta envergadura no creo que haya muchos y, además, el costo de poner el emplazamiento y los costos financieros para volver a instalar en Chile son muy altos. Entonces, quiero gastar más energía en hacerlo circular por el mundo», explica.

Maza está agradecido del recibimiento que ha tenido la obra, con personas que le han escrito a través de redes sociales manifestándole su deseo de ver la exposición. En ese sentido, lamenta que en Chile no haya suficientes recursos para la cultura, y eso se ve reflejado en que el día domingo el museo no abre sus puertas.

«Lamentablemente los lunes cierran todos los museos, pero el domingo el MAC no puede abrir porque no le alcanza. Increíblemente mucha gente se desplazó incluso hasta de las regiones el domingo y me escribían sin conocerme y casi me insultan porque está cerrado el museo», afirma.

En ese sentido, se muestra agradecido de las personas que se interesan en su muestra y valoran la importancia del arte en la sociedad.

«A cualquier edad, gente adulta, gente joven puede acercarse al arte de un modo reflexivo y además constructivo, porque eso es lo lindo, que a pesar de ser una imagen muy elocuente en relación con lo que pasó a Chile, después te puede dar una vuelta de tuerca y empezar a analizar que tiene mucho más, mucho más que un momento puntual de Chile, que es un momento histórico, el estallido, pero es mucho más que eso. Hay millones de estallidos en todos lados. Es como cuando uno ve la luna, está llena de impactos. Así está el globo terráqueo, teniendo impactos sociales, está lleno de meteoritos que chocan contra la Tierra. Aquí son meteoritos simbólicos que están en distintas regiones, lugares, ciudades, espacios», menciona.

En ese sentido, añade que su obra es «muy abierta, transversal e invita a la familia y a la gente a analizar, reflexionar sobre nuestro comportamiento, pero a través de algo que impacta, que te provoca una sensación extraña. Veo esto como un gigante que tiene un peso visual, que parece un peso, y eso es muy interesante hacerlo acá. Yo creo que eso es muy lindo que se haya iniciado acá».

De la escala real a la miniatura

En la exposición también hay dos fotografías y cuatro esculturas donde Maza trabajó en una escala más pequeña. El artista relata que, a raíz de distintas manifestaciones que comenzaron esencialmente con las marchas estudiantiles, empezó a recoger pedazos de escombros, en otras palabras, los residuos de las protestas que quedaban en las calles y en ellos plasmó distintas escenas en miniatura.

Estos trozos de concreto Maza los define como «vestigios» de las manifestaciones.

«Yo me imaginaba a las piedras volando como pequeños planetas, así en cámara lenta, lo veía como una cosa casi de física cuántica, como un choque de átomos, y salían las piedras. Y después dije ‘en cada piedra pasa el tiempo, la vida’ y como que transmite la rabia, el sueño, la energía, la envidia, todo. Entonces, esos fragmentos son como pequeños planetas, como El Principito. Y dije que iba a ser una casa, sueño, utopía y también rabia y envidia. Hay gente que rompe algo porque no lo tiene, nunca lo va a tener o porque no lo tenga o no lo puede tener. Entonces, era como ‘aquí, sobre esos residuos, voy a empezar a hacer cosas'», explica.

Finalmente, Maza sostiene que un aspecto relevante de «Analogías de la realidad» fue el trabajo en equipo.

«Yo soy un convencido del trabajo en equipo, el equipo es lo más importante. Es necesario que el mundo cambie para que nosotros soñemos. Aunque hubiese sido esta una idea bonita o mala, lo mismo no se hubiera ejecutado jamás si no hubiera habido un equipo. Entonces, el equipo no es tan solo el que te ayuda a poner un clavo, sino que te ayuda a sacarlo también, o el que te da el ánimo para seguir haciéndolo, o el que no puede venir porque te apoya desde la distancia. Y el equipo físico, en este caso en particular, fue tan complejo el montaje, que estar juntos para mí fue muy importante. Fue muy emotivo y al final todo el equipo se empezó a involucrar de modo importante. Ya se apropiaron de la obra y con justa razón, por todo el esfuerzo entregado y el sueño puesto ahí», relata.

La entrada al Museo de Arte Contemporáneo (MAC) es gratuita y la exposición de Norton Maza estará abierta para todo público hasta el 1 de octubre de este año.

 

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