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Harboe: «Los partidos de centroizquierda se han ido acomodando al poder, a los cargos, en lugar de defender principios» PAÍS Créditos Imagen: Agencia Uno

Harboe: «Los partidos de centroizquierda se han ido acomodando al poder, a los cargos, en lugar de defender principios»

El exsenador defendió la Convención Constitucional pese a haber votado Rechazo. En ese sentido, se refirió a la perspectiva que debe adoptar la centroizquierda en un nuevo proceso constituyente: «Una centroizquierda que hable tranquilamente de estado social de derecho, de justicia, de redistribución, pero que también sin complejos hable de seguridad como derecho fundamental, que hable de desarrollo, de emprendimiento, de cambio climático, que hable del tema digital, pero que no tenga los traumas que tiene el sector de izquierda hoy, de que esos temas no se tocan», sostuvo en una entrevista.


El exconvencional Felipe Harboe, una de las principales figuras de la centroizquierda por el Rechazo, se refirió a los costos políticos y humanos que le ha tocado pagar por haber promovido la opción de Rechazo a la propuesta que emanó de la Convención Constitucional de la que fue parte, al tiempo que criticó la orientación doctrinaria de los partidos de su sector, los que -a su juicio- han traicionado sus convicciones y principios por acceder a cargos de confianza.

«Humanamente ha sido difícil, ha habido quiebres, algunos que me han dicho ‘yo no puedo entender tu posición’ y otros que me dicen ‘mira, fue valiente tu posición en el sentido de defender principios'», señaló el también exsenador PPD. «Como dijo Churchill alguna vez, prefiero traicionar a mi partido por mis principios que a mis principios por mi partido. He pagado costos políticos, pero creo que si yo no le deseo algo malo a mi familia, no tengo por qué desearle algo malo a mi país», sostuvo en una entrevista con La Tercera.

En ese sentido, el exconvencional afirmó que la Convención Constitucional fue un espacio de debate diverso. En ese sentido, defendió el proceso, no así parte de los resultados.

«La Convención fue un espacio donde confluimos personas de diferentes orígenes, sociales, culturales, territoriales, de visiones ideológicas distintas, de vivencias distintas y se dio un debate, probablemente no como yo hubiese querido, pero sí era muy importante. Lo defiendo como proceso. Fue un proceso de mucho aprendizaje, de aprender a escuchar, porque en general en la política cuando uno escucha, escucha a pares que reflexionan con ciertos códigos parecidos. Uno puede tener diferencias estructurales con la UDI o con el PC, pero hay ciertos códigos. Por ejemplo, nadie se cuestiona la historia republicana. En la Convención no había puntos de partida vetados», señaló.

En relación con el inicio de un nuevo proceso constituyente, Harboe afirmó que lo ideal sería que «las fuerzas políticas democráticas enfrentemos sin eufemismos a aquellos que bajo la lógica de propuestas de cambio nos plantean en la práctica modelos autocráticos. Por eso es tan relevante que un sector de la centroizquierda haya roto esa muralla que nos separó desde 1988».

«Tiene que haber entendimiento, una centroizquierda que hable tranquilamente de estado social de derecho, de justicia, de redistribución, pero que también sin complejos hable de seguridad como derecho fundamental, que hable de desarrollo, de emprendimiento, de cambio climático, que hable del tema digital, pero que no tenga los traumas que tiene el sector de izquierda hoy, de que esos temas no se tocan», agregó.

Finalmente, manifestó que «la centroizquierda tiene que tener como principios básicos el respeto irrestricto a la democracia, la instalación y la defensa del diálogo como única forma de resolver las controversias y el respeto a la libertad y las garantías ciudadanas. Esos tres elementos son fundamentales desde el punto de vista filosófico. Y desde el punto de vista doctrinario, incorporar lo que se ha denominado un Estado de bienestar, pero más bien en la lógica de generar condiciones de desarrollo humano que no dependan de la capacidad de pago de las personas. Lo que ha habido, creo, es que los partidos tradicionales de centroizquierda se han ido acomodando al poder, a los cargos, en lugar de defender principios».

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